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El Banco de España advierte sobre el fuerte avance del crédito al consumo

Evolución de la deuda de los hogares

El supervisor pide prudencia a la banca y las familias al financiar las compras

Buena parte de los créditos al consumo se deben a la financiación para comprar el coche

praetorianphoto / Getty

Las familias españolas han disparado en los últimos años el crédito al consumo para comprar coches, electrodomésticos, cursos o viajes, entre otros bienes y servicios. Al término del primer trimestre de este año, las familias tenían casi 81.000 millones en créditos al consumo en España, 25.000 millones más que los 56.000 de principios del 2015, cuando este saldo alcanzó el mínimo desde que empezó la crisis.

La financiación bancaria destinada a las compras domésticas sigue siendo una parte relativamente pequeña del endeudamiento familiar, que ronda los 700.000 millones en estos momentos. Y está muy lejos de los máximos precrisis, a mediados del 2008, cuando se superaron los 106.000 millones.

El riesgo reside en la ausencia de garantías en una financiación que es muy rentable para los bancos

Pero su avance, a un ritmo del 15% anual, ya preocupa al Banco de España. No son ganas de aguar la fiesta. El supervisor sabe que el actual aumento del consumo, en paralelo al progresivo desapalancamiento familiar que se sigue produciendo en el sector hipotecario –aunque crece con fuerza la venta de pisos, baja el saldo porque las amortizaciones aún superan con creces la nueva producción–, es uno de los factores que explican el buen comportamiento de la economía. Sin embargo, el aumento desmesurado del crédito al consumo tiene componentes poco sanos.

“Como puso de manifiesto la última crisis, los incrementos rápidos del crédito pueden llevar asociados algunos riesgos futuros para la estabilidad financiera y macroeconómica al elevar la vulnerabilidad de los agentes frente a perturbaciones adversas”, dijo ayer en una nota el Banco de España. ¿Dónde se encuentra el peligro? El supervisor sólo menciona la ausencia de garantías de los créditos al consumo –con la excepción de los que sirven para la compra de vehículos– y llama a las entidades financieras a “minimizar los riesgos, de modo que las decisiones de los oferentes [bancos] y los demandantes [consumidores] se basen en unas expectativas prudentes sobre la capacidad de repago de esta deuda”.

Crédito a los hogares

Rosa M.ª Anechina

De los citados 81.000 millones de créditos al consumo de saldo vivo actual en España, 45.500 millones corresponden a la financiación de productos duraderos –básicamente coches– y otros 35.300 millones, a servicios y bienes no duraderos. Como constata el Banco de España, en un entorno de tipos bajos, hay más competencia entre bancos y otros establecimientos de crédito para vender estos préstamos, que son muy jugosos para las entidades, ya que el diferencial del interés aplicados supera de media los 6 puntos (6% más) al de los préstamos hipotecarios. En conclusión, el supervisor, que siempre que puede manifiesta su satisfacción por el esfuerzo que han hecho las familias para reducir su deuda total –ha pasado de 880.000 millones a 690.000 en los últimos ocho años–, quiere evitar que nada enturbie la disciplina y la contención lograda por los hogares en lo relativo a la deuda.