El francés Vincent Warnery (1968, Neuilly-Plaisance) asumió el cargo de consejero delegado del grupo Beiersdorf, la empresa matriz de grandes firmas de cuidado de la piel como Nivea, Eucerin o La Prairie. Tienen 873 empleados y dos centros de producción en España, uno de ellos en Argentona. El año pasado, las ventas de Beiersdorf alcanzaron el récord de 9.900 millones de euros, un 6,5% más. Warnery acude a Bruselas junto a representantes de otras empresas del sector para defender que sean considerados estratégicos para la UE.
“Las nuevas normas europeas sobre el sector están obstaculizando nuestro crecimiento”
¿Por qué la cosmética debe ser más escuchada en Bruselas?
Solíamos ser los buenos. Estábamos creciendo y teníamos éxito: cinco de las siete principales empresas de belleza somos europeas. Pagamos impuestos, damos empleo. Nunca vinimos a Bruselas a pedir ayuda porque no la necesitábamos. Pero desde hace unos años vemos cada vez más restricciones y burocracia. Al mismo tiempo, hay más competidores procedentes de fuera de Europa. Estados Unidos, pero también China o India. Llega un momento en el que decimos basta y reclamamos que, cuando nos piden que pongamos algunas restricciones, estas sean útiles, que las nuevas reglas tengan sentido y que cuando se hable de competitividad no se obstaculice el desarrollo de esta industria.
¿Cuáles son sus demandas?
Hay una que es obvia, los ingredientes. Si intentas analizar cada ingrediente desconectado del entorno en el que se utiliza, acabas prohibiendo el etanol. Acabas prohibiendo ingredientes que han formado parte de los cosméticos durante décadas y siglos. Podemos reformular pero lleva tiempo. La seguridad del consumidor no es negociable, pero las reformulaciones deben hacerse con base científica y contando con un plazo razonable. También está el tema del agua urbana. Que de repente se nos pida que paguemos el 26% del tratamiento del agua utilizada frente al 1% de responsabilidad es injusto. Obviamente, este dinero no se destinará a fomentar la competitividad y el éxito de nuestras marcas.
La Comisión Europea está muy centrada en que Europa gane competitividad frente a gigantes como China o EE. UU. ¿No lo están haciendo bien?
Hay cosas que están haciendo bien y otras que podrían hacer mejor. Lo miro con el prisma de mi industria, y hasta ahora no se ha hecho nada que nos ayude. Necesitamos estar seguros de que nuestra vida se hace más fácil cuando nos enfrentamos a la competencia, cuando ganamos cuota de mercado, cuando lanzamos nuestras marcas fuera de Europa. Queremos decirles que tengan cuidado porque se está obstaculizando nuestro crecimiento. No conocen nuestro sector, no hicimos un buen trabajo de educación.
Hay temor en Europa respecto a posibles pasos atrás en los objetivos climáticos.
Todos tenemos el objetivo de cero emisiones netas. De hecho, hay un objetivo intermedio específico, que ha sido validado por una iniciativa con base científica, que para nosotros es lograr en 2032 menos del 50% de emisiones. Esto no viene de Europa, viene de nosotros. Tenemos un compromiso con nuestros accionistas, con nuestros consumidores, con nuestros empleados, y cumplimos. Es también el mensaje que estamos compartiendo como responsables políticos. Confíen en nosotros, lo lograremos, cumpliremos. Estamos impulsando esta dirección. Pero hay cosas que son absurdas.
¿Los cosméticos de China o India les están perjudicando?
Son más perjudiciales en el sentido que están ganando cuota de mercado a nivel local. Estuve en China la semana pasada: las marcas chinas locales están ganando cuota de mercado en el lujo o en el cuidado de la piel. En India la historia es la misma. Es probable que estas hermosas exportaciones por valor de 26.000 millones que realizamos cada año se vean perjudicadas porque esas marcas también están cobrando impulso. Mientras trabajamos en la reformulación, ellos vienen con nuevos ingredientes. No son un peligro para Europa, aquí no se ven marcas chinas o indias. El problema es la exportación. Somos una de las industrias que más rápido crecen en Europa, queremos continuar con ello.
¿Cómo explica este auge en el cuidado de la piel?
Es muy interesante lo que vimos después de la pandemia. Sufrimos como todo el mundo, quizás menos que otros sectores. Existe esta voluntad de cuidarse, porque esta industria ha sido muy buena en renovar, año tras año, trayendo novedades a los consumidores. Siempre estás creando una emoción. La belleza está impulsada por la oferta. Te propongo algo nuevo en lo que no habías pensado, y te interesa, y compras. Tuvimos un gran éxito con Nivea y su serie con un nuevo ingrediente contra la hiperpigmentación. Nadie se despertaba pensando tener un problema hiperpigmentación, pero llegamos con una propuesta y tuvimos un gran éxito. Esa es la belleza de la belleza, que venimos con nuevas aspiraciones.
¿Cuáles perspectivas tienen de crecimiento?
Estamos entrando en un crecimiento más normalizado. En cierto modo, hemos estado muy impulsados en los últimos dos años por los aumentos de precios, porque hubo un enorme incremento de los costes de nuestras materias primas. Todos tuvimos que aumentar drásticamente los precios, de dos dígitos. Ahora ya está hecho. Hemos vuelto a un nivel normal de coste de los bienes. Esperamos un crecimiento del mercado de alrededor del 4% o 5%. Como empresa, planeamos superar eso.
Ante las turbulencias económicas que despierta la guerra comercial con EE.UU. ¿Podría verse afectado el sector de la belleza?
Puede que afecte otra cosa porque producimos en México. Dos tercios de los productos que vendemos en EE.UU. se fabrican en México y un tercio en EE.UU. Como empresa, no nos veremos afectados por ningún impuesto entre Europa y EE. UU. Aun así, este es un problema que será malo tanto para EE.UU. como para Europa, así que esperemos que no suceda. Ya se ve la inflación. Obviamente será malo para nosotros. En México hasta ahora no ha pasado nada. Podríamos escapar de eso, pero sabemos que tendrá un impacto negativo porque aumentaremos los precios para compensar el coste de los bienes. Así que se hará a expensas de los consumidores estadounidenses, que serán quienes al final del día saldrán perdiendo.
¿Ve alguna particularidad en el mercado español?
Somos muy fuertes por nosotros mismos en el mercado español. Estamos tanto en Madrid como en Barcelona. Tenemos dos fábricas. Vemos un apetito por la belleza, lo cual es absolutamente asombroso, particularmente con dos de nuestras marcas, Nivea y Eucerin. Voy a ir en dos semanas a Barcelona a un gran congreso farmacéutico, de dermatólogos, donde presentaremos una nueva innovación sobre Eucerin. Esto es apetito por la belleza, esto es apetito por el cuidado personal, por nuevas fórmulas, nuevas texturas. Esto es cierto tanto en España como en otros países.