La multa de Renfe a Talgo por 116 millones de euros, en concepto de indemnización por el retraso en la entrega de los 30 trenes modelo Avril que acumula más de dos años, ha obligado al fabricante vasco de trenes de alta velocidad a provisionar esa cuantía en sus cuentas de 2024, pese a que la sanción todavía no es efectiva, lo que ha derivado en unas pérdidas de 108 millones de euros, según la información remitida al cierre de mercado del viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Talgo defiende “la solidez de los argumentos técnicos y jurídicos contra la penalización de Renfe” y se ratifica en que los motivos que provocaron esos retrasos son “causas no imputables a la compañía”. También se compromete a “buscar una solución que proteja sus intereses y los de sus accionistas, reservándose el derecho de acudir a los tribunales si fuera necesario”, ha apuntado la compañía en la información remitida al mercado.
Amenza de llevar a Renfe a los tribunales
A su vez, la compañía ha recordado que esa multa, que supone el 20% de la cuantía del contrato, estaba en fase de alegaciones y justificaciones desde julio de 2022 y apunta a que “la complejidad de los proyectos, la larga duración de su implementación y la influencia de factores exógenos que afecten a los plazos de entrega son habituales en el sector ferroviario, y por ello es una práctica extendida que concurran circunstancias que permitan el ajuste de los calendarios de entrega sin responsabilidad para el contratista”.
Sin ese impacto extraordinario, el beneficio habría sido de 8,8 millones de euros, un 28% inferior al de 2023. El resultado bruto de explotación (Ebitda) también fue negativo, de 46,7 millones de euros por esta provisión, y sin tener en cuenta la sanción, sería de 69,9 millones, un 8,6% inferior al de 2023. Por su parte, las inversiones en Capex ascendieron a 48 millones de euros, incluidas las inversiones en I+D, a las que se destinaron 35 millones de euros.
Pedidos de 4.173 millones sin capacidad indusrial para abordarlos
Todo ello en un año en el Talgo ha batido récord en ingresos tras superar los 669,2 millones de euros, un 2,5%por encima de los registrados en 2023. Según Talgo, “los ingresos reflejan principalmente el aumento de la actividad industrial, en línea con los calendarios de los proyectos de fabricación”. La cifra de pedidos a cierre de 2024 alcanzó los 4.173 millones de euros, y espera que en el conjunto de 2024 y 2027 supere los 5.000 millones.
Unas cifras que no por optimistas generan tranquilidad, sino todo lo contrario. La compañía carece de capacidad industrial para abordar esa cartera y ese es uno de los principales motivos por los que se ha complicado la venta de la participación de su principal accionista, el fondo Trilantic, en el último año. Finalmente, Sidenor, propiedad de José Antonio Jainaga, junto con el Gobierno vasco y las fundaciones de las antiguas cajas vascas, cerraron el pasado 14 de febrero un preacuerdo para hacerse con el 29,9% del capital de Talgo. La negociación está pendiente de ser ratificada y de que los nuevos propietarios presenten un plan estratégico que se esperaba también para este viernes, pero que no ha sido comunicado.
