Ros, muebles que renacen en Artesa de Segre

Mundo empresarial

La empresa invierte 20 millones para reconstruir su planta de producción tras quedar prácticamente calcinada en un incendio

ENRIC ROS Y LLUIS TRUJILLO EN SU FÁBRICA DE MUEBLES EN ARTESA DE SEGRE (LLEIDA)

Enric Ros y Lluís Trujillo, en la fábrica de Artesa de Segre

Marc Carnice / sirerafoto

En agosto del 2022, la firma de muebles Ros sufrió un incendio que calcinó más del 70% de la superficie de la planta de producción, poniendo en riesgo unos 280 empleos directos en la pequeña localidad de Artesa de Segre (La Noguera). Lejos de rendirse, la propiedad de esta compañía nacida en 1933 como un taller artesanal de carpintería y ebanistería ha realizado una inversión de 20 millones de euros para volver a poner en marcha la fábrica.

“Estuvimos entre tres y cuatro meses parados por temas del peritaje y del seguro y durante el tiempo que dejamos de operar tuvimos que aplicar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), pero a día de hoy ya hemos reincorporado a todos los empleados que se quedaron y estamos haciendo nuevas contrataciones”, indica Enric Ros, nieto del fundador de esta empresa familiar. El propietario de la compañía, que ejerce de director general desde hace más de una década, estima que la fábrica volverá a estar operativa al 100% en el mes de abril.

La reconstrucción se aprovecha para invertir en tecnología y energía y para ampliar la capacidad productiva

Ros ha aprovechado para invertir en tecnología e incrementar su capacidad de producción. “Cuando decidimos reconstruir la planta, apostamos por hacer un salto tecnológico; hemos automatizado procesos, reduciendo la necesidad de mano de obra y las incidencias, y mejorado el entorno de trabajo y la calidad final”, explica Lluís Trujillo, responsable del área de operaciones de la firma. También se ha introducido el embalaje en cartón en sustitución del plástico y se han instalado más paneles solares para la producción de electricidad.

La compañía fabrica a demanda y de forma personalizada, siendo su especialidad el mueble infantil y juvenil, con artículos convertibles que se adaptan a la evolución de los más pequeños de la casa. “Desde que entra el pedido hasta que lo enviamos al cliente pasan únicamente ocho días”, señala Enric Ros.

Con el 85% de las ventas, el nacional es el principal mercado de la empresa, mientras que las exportaciones se concentran sobre todo en Portugal e Italia.

Para el 2025, los responsables de la compañía prevén facturar unos 24 millones de euros, una cifra de negocio similar a la del 2021, ejercicio previo al incendio. También estiman llegar a emplear al mismo número de personas, unas 280, con el añadido de que estarán produciendo más, gracias a las inversiones en tecnología y al incremento en la capacidad de producción. En la actualidad, Ros se encuentra al 70% de su capacidad.

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