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Agentic, la próxima fase de la inteligencia artificial

Digitalización 

La IA evoluciona hacia la toma de decisiones remotas tanto en la fábrica como la oficina, según la consultora NTT Data

La IA usa procesos lógicos parecidos al de un cerebro humano

Geralt/Pixabay

Todo el mundo conoce la inteligencia artificial generativa, pero... ¿y la Agentic IA? Esta es la siguiente evolución tecnológica que pronto llegará a las empresas. NTT Data lo tiene claro. La compañía, especializada en servicios de consultoría, ya trabaja para implantar Agentic IA en casa de sus clientes.

“Estamos en fases piloto y le vemos mucho potencial”, comenta Manel Martorana, socio responsable de transformación digital de NTT Data España. La compañía trabaja para grandes corporaciones del Ibex35 y empresas medianas españolas desde hace más de veinte años.

¿De qué puede ser capaz la Agentic IA? Por ejemplo, en un entorno fabril la tecnología podrá escuchar lo que sucede y a partir de ello, tomar decisiones de forma autónoma. En una agencia de publicidad, por poner otro ejemplo, la Agentic IA será capaz de trabajar de forma mucho más independiente, recibiendo apenas una orden y llegando a desarrollar una campaña completamente entera.

La IA puede llegar a recortar el 30% de costes en un caso de uso empresarial

“Hace décadas que hablamos de IA pero ahora se ha acabado la hora de jugar, los proyectos que implantamos ya van en serio y se aplican a gran escala”, constata el directivo. El mayor reto, comenta, no está en implantar la tecnología, sino en elegir bien el caso de uso. “Está claro que los beneficios son muchos. La IA puede ayudar a recortar costes entre un 20% y un 30%, pero hay que saber elegir bien su utilidad para poder amortizar la inversión”.

Martorana comenta que implantar IA tiene un coste significativo y que si las empresas quieren que esta inversión salga a cuenta deben calcular de forma ajustada el ahorro de los costes, el aumento de ingresos y la productividad de sus empleados. En este sentido, advierte que si los empleados tienen más tiempo libre usando la IA, hay que encargarles nuevas tareas para evitar desperdiciar el coste salarial.

Aunque la IA está en boca de todos, el consultor reconoce que el gran volumen de negocio de NTT Data sigue estando en la migración de datos en la nube. En este ámbito, queda mucho trabajo por hacer, actualizando el almacenamiento de datos de compañías que siguen teniendo modelos antiguos.

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Pero abordando las últimas tendencias tecnológicas, Martorana vislumbra un futuro lleno de novedades. “Es cierto que al lado de la IA todo palidece, pero hay otras soluciones digitales que tienen mucho potencial aunque sean menos transversales”. El directivo cita los primeros casos de computación cuántica. “Las aplicaciones se encuentran en el sector público y el bancario, en el uso de datos criptográficos. De momento, el uso es muy limitado pero en el futuro se va a extender a todo tipo de sectores”, comenta. Sin embargo, la computación cuántica nunca llegará a ser como la IA, que ya puede ser utilizada desde el sofá de casa por todo el mundo. “Hay que entender la computación cuántica como un motor que estará detrás de cualquier solución tecnológica que usamos. Permitirá acelerar los tiempos de procesamiento y ofrecerá resultados que ahora son impensables de concebir. La cuántica permite probar infinitas circunstancias de forma simultánea, algo que ahora los sistemas informáticos son incapaces de hacer”, detalla.

Desde su perspectiva privilegiada, Martorana también observa la evolución de dos tecnologías que hace años que prometen romper moldes, pero que no acaban de explosionar: el blockchain y el metaverso.

En cuanto al blockchain –o cadena de bloques– el uso ha quedado reducido a casos muy concretos, en el ámbito financiero y de la seguridad y muy lejos del potencial que se prometía en sectores como la firma de contratos sin intermediarios. Y en cuanto al metaverso –una tecnología abanderada por Meta (la antigua Facebook, que se cambió el nombre por este motivo)– los usos son dispersos y no siempre se dan a conocer bajo este nombre. “El hype que hubo hace tres años ha desaparecido pero actualmente hay aplicaciones reales que casan dentro de este concepto. Por ejemplo, la realidad virtual y los avatares tan característicos de este universo virtual se están utilizando para formación educativa en remoto”, comenta Martorana.

En todo caso, el consultor apunta que es normal que las tecnologías vivan subidas y bajadas y que su gran momento tarde en llegar. A la Inteligencia Artificial le ha costado siete décadas.

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