Este mercado nos tiene acostumbrados cada cierto tiempo a algunos precios de locura por obras que muchos cuestionan si son realmente arte. Y los profesionales nos preguntamos si dentro de unos años estas “creaciones” aguantarán las cotizaciones. Ejemplos no nos faltan. Sin ir más lejos, en las pasadas subastas de Nueva York, el “plátano” de Maurizio Cattelan que se adjudicó por 6,24 millones de dólares sería un caso paradigmático.
Otro sería el de hace unas semanas atrás cuando Sotheby’s sacó a subasta, también en Nueva York, una pintura creada con inteligencia artificial de la mano de Ai-Da, una robot humanoide que desarrolla un equipo en Oxford liderado por el galerista Aidan Meller. Con cámaras en los ojos y brazos articulados es capaz de pintar y dibujar. La obra, A.I. God. Portrait of Alan Turing (2024), no ganaría ningún premio de pintura y retrata a Alan Turing, un matemático británico de la Segunda Guerra que es recordado como uno de los pioneros de la IA y la ciencia computacional. El robot afirmó que realizó su creación gracias a una foto que le enseñaron de Turing en el laboratorio. Por si alguien albergaba dudas, en una visita a la Casa de los Lores británica hace dos años, comentó que “no tiene experiencias subjetivas. Que sólo actúa bajo programas informáticos, pero que, pese a no estar vivo, puede crear arte”.
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‘A.I. God. Portrait of Alan Turing’ (2024) ya fue presentada este año en el United Nations global summit on AI de Ginebra
Sotheby’s estimó el tríptico entre 120.000 y 180.000 dólares. Una valoración para nada baja si lo comparamos con obras de media art de artistas reputados, pero tampoco alta si la contraponemos con los famosos NFT que se vendieron en su momento más álgido. La casa de subastas dijo que para esta venta aceptaba el pago en criptomonedas, y el precio final, tras 27 pujas, superó todas las estimaciones: más de un millón de dólares (1.080.000), un nuevo récord por una obra de arte creada por una robot.
Meller afirmó que lo que hace esta obra tan duchampiniana y distinta de otras generadas por IA es que con Ai-Da hay una manifestación física, y esta es la primera vez que la creación de una robot de este tipo llega a subastarse. A lo que añadió que reinvertiría todo el dinero recaudado en el proyecto Ai-Da, dando a entender que la producción de obras de arte creadas por la robot será larga. Lo que no está tan claro, y sin despreciar lo que la IA puede aportar en redefinir la creatividad artística, es si otras obras suyas que lleguen a subasta conseguirán cotizaciones como esta.