Pol Antràs: “Europa puede captar talento a costa de EE.UU.”

Entrevista

El catedrático de Economía en la Universidad de Harvard (EE.UU.) advierte del impacto de la guerra comercial y la falta de innovación europea

Pol Antras, Harvard

Antràs, durante un evento

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El profesor catalán Pol Antràs imparte clases sobre comercio internacional en la Universidad de Harvard (EE.UU.). La semana pasada estuvo en Madrid invitado por la Fundación BBVA para dar las claves económicas después de la victoria de Donald Trump.

Aquellos ciudadanos norteamericanos más golpeados por la inflación votaron a favor de mayores aranceles, que en principio encarecen los precios. ¿No es un tanto contradictorio?

Efectivamente, el votante medio de Trump es una persona de renta media-baja. Si se llevan a cabo las políticas comerciales que está anunciando el presidente electo, verán disminuido su poder adquisitivo. Entonces, uno se puede plantear por qué esta gente le vota. Hay quien cree que subir tarifas quizá sea solo una manera de ponerse duros con China, aunque esto tenga un coste económico. Y, por otro lado, los impuestos bajarán y eso ayudará a estos votantes.

¿No era la economía el tema esencial de la campaña?

Creo que los temas más sociales han sido mucho más importantes. El movimiento woke ha progresado muy rápidamente y una parte del electorado, el que no es muy joven, sin mucha educación, entiende que se está yendo demasiado lejos. No sólo en temas de género, sino también sobre la idea de que la policía tiene que limitar su acción, cuando tienes ciudades como San Francisco o Chicago, donde el crimen ha subido mucho...

A corto plazo, esta guerra comercial global con los aranceles tendrá un efecto inflacionario”

¿Así que tenemos que esperar un retorno de la inflación?

Yo creo que los aranceles se van a introducir. Hay una demanda inherente de proteccionismo. Trump es un poco impredecible en algunas cosas, pero sí que tiende a implementar lo que dice en campaña. Eso en el corto plazo es inflacionario. Las restricciones de inmigración de mano de obra menos cualificada también van a incrementar el precio de muchos bienes. ¿Esto va a generar inflación o no? Depende de cómo responda la Fed. La inflación es un animal bastante dócil, pero a veces le coge una rabia y es difícil calmarlo.

¿Vamos hacia una guerra comercial?

Si miras los aranceles medios de Estados Unidos, han subido bastante en los últimos años. Pero esto no ha tenido mucho impacto hasta ahora en el comercio global. Ha habido una reconfiguración de algunos flujos, pero no ha habido una desinversión masiva, una relocalización global de producciones hacia el mercado doméstico. En parte, porque se pensaba: “Esto es parte de una negociación”. Pero ahora la sensación es que esta vez va a ser diferente. No será algo inmediato, porque no puedes reconfigurar tus cadenas de producción en tres meses. En cuanto al largo plazo…

¿Irá a peor?

La clave será el tema migratorio. EE.UU. podría traer a 100 millones de inmigrantes más y sería algo muy bueno para su economía. Pero si empiezas a introducir restricciones, aunque no quieras, esto también afecta a la mano de obra cualificada. Hay mucha gente joven, talentosa, europea, que en los últimos años se ha marchado a EE.UU., pero que ahora se lo está planteando. Países como Rusia, Irán, China, han sido fundamentales en su aportación de talento. Si la inmigración procedente de estos países y de Europa baja, esto tendrá impacto en la innovación, que es el motor de la economía estadounidense. Las ideas salen del capital humano presente aquí, que se nutre mucho de la inmigración. Tal vez esto represente una oportunidad para Europa.

¿En qué sentido?

Si realmente EE.UU. cierra mucho las fronteras o da la percepción de ser un país que no está tan abierto a la inmigración como en el pasado, eso crea oportunidades para otros países. Tú puedes dar subsidios o crear clústeres para intentar que la gente se quede y, si tienes Silicon Valley, la gente se va a ir para allá. Pero si pones trabas, es más fácil que el talento se aglomere en otro lugar. Y yo no veo que pueda moverse a China, por su régimen político, por su cultura, etcétera. En cambio Europa está en una posición única donde se vive bien, donde hay unos buenos fundamentos democráticos, unas buenas instituciones. Es verdad que el capital riesgo no está desarrollado como en EE.UU., pero esta vez las políticas puntuales de atracción o retención de talento en Europa podrían ser más efectivas que en el pasado.

Si restringes la migración, disminuyes tu atractivo también para la mano de obra cualificada”

Pero en EE.UU. la innovación ha producido oligopolios. En Bruselas no dejarían que esto pase.

Teóricamente una empresa muy grande tiene el poder de poner precios que están por encima de costes y esto para el consumidor no es bueno. Pero en muchas industrias, este margen es lo que permite la innovación, que es la que nos trae productos que no existían, que nos facilitan la vida o nos la alargan, en el caso de las farmacéuticas. Me parece que tener un sector de pymes significativo es importante para una economía, porque tiende a generar una distribución de la renta menos desigual que un país donde solo haya empresas muy grandes. Pero también hay que entender que a veces, en la economía global donde vivimos, las empresas capaces de usar eficientemente recursos que están en muchos países y de vender bienes globalmente requieren un tamaño bastante significativo.

Durante décadas se difundió la teoría que gracias al comercio habría paz y democracia. Ahora el comercio se vive como una amenaza para la seguridad.

Washington enfocó el comercio con China en los años 90 exactamente así. “Tenemos este gigante dormido que está despertando. Vamos a estar mucho mejor si nos abrimos a él, si comerciamos con él, quizá eso va a llevar a un crecimiento económico, va a generar unas dinámicas que van a llevar la democracia y el capitalismo a ese país”. No ha ocurrido. Lo mismo se puede decir de Rusia y Oriente Medio. China se abrió y generó ganancias para muchas empresas que consiguieron reducir costes y fue bueno para el consumidor medio americano y europeo. Pero también los chinos llevaron a cabo políticas industriales bastante agresivas que llevaron a la expropiación de propiedad intelectual. Y el tema democrático está estancado, mientras su sector militar está creciendo mucho.

De ahí el peligro...

El problema es que el comercio internacional es mucho más complejo hoy de lo que era antes. Todos podemos entender que si yo vendo patatas y tú vendes coles y a ambos nos gusta comer coles con patatas, nos tendremos que entender. Pero hoy vivimos en un mundo donde hay muchos bienes que se comercializan que son de uso dual. Los chips son esenciales en la industria de la automoción, pero también han hecho que el armamento sea mucho más eficiente, más preciso. Y cuando lo que estás vendiendo no solo es algo destinado al consumidor, sino que estás aumentando el potencial militar de países que quizá van a intentar invadir una isla o expandir su poder en el continente…

O Europa innova o se convierte en un museo; tiene que decidir lo que quiere ser”

¿En qué debería especializarse Europa? ¿Con qué modelo de desarrollo?

Dada las tasas de fertilidad en Europa, su porcentaje sobre la población mundial caerá por debajo del 5%. Va a ser muy difícil que como continente Europa mantenga la influencia con una población cada vez menos importante y con además restricciones migratorias. Europa tiene que elegir. O convertirse en una fuente de innovación. Intentar reproducir el éxito del fútbol: los mejores jugadores del mundo, sean de África, de Sudamérica o de donde sea, aspiran a jugar en los equipos europeos. Porque se les facilita mucho el acceso. Lo mismo se puede hacer con la innovación: atraer talento y mano de obra cualificada. La otra alternativa es que Europa pase a ser un museo. El continente donde la gente va a pasar las vacaciones. Y lo mismo que le ha pasado a Venecia o a Barcelona le puede pasar al continente en general.

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