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La última gota de sudor de David Ferrer

Adiós ante Nadal

El alicantino, el único en activo con más de 700 victorias junto a Nadal, Federer y Djokovic, se retiró lesionado de su último Grand Slam

David Ferrer, en su último partido en un Grand Slam

AFP

Pocos se extrañaron este martes cuando, al levantarse, vieron que Rafa Nadal había iniciado la defensa del título del US Open con triunfo. El rival había sido nada más y nada menos que su amigo David Ferrer, una de las víctimas predilectas del balear en el circuito (24 victorias en 30 partidos) y que además afrontaba su último Grand Slam en caída libre. Sin embargo, lo que seguro que no sorprendió a nadie fue la implicación de ‘Ferru’ en la pista Arthur Ashe. Sólo una lesión en el sóleo de su pierna izquierda cuando iba por delante en el segundo set le impidió morir matando (6-3 y 3-4).

Desde que en el año 2000 hiciera su debut como profesional, el de Xàbia ha sido uno de los tenistas más comprometidos cuando le tocó agarrar una raqueta. Con los dientes apretados y su grito característico en sus innumerables intercambios desde el fondo de la pista, su esfuerzo y tenacidad de guerrero le valió para plantar cara en cada una de sus mil batallas. Para que el rival resoplara cuando le viera al otro lado de la pista. Para llegar a ser número tres del mundo y terminar siete temporadas en el top 10. Para ganarse el respeto de sus compañeros de profesión y ser un ejemplo dentro de la pista para los que vienen. Siempre con sudor en la frente, hasta la última gota.

Soy un hombre con suerte. Estoy orgulloso de haberlo dado todo, de haber mejorado cada año. Me voy tranquilo a casa por haber dado hasta la última gota de sudor”

David Ferrer

Le costó mantener la emoción al recibir la ovación del público estadounidense después de disputar su partido 208 de un Grand Slam. Precisamente en Flushing Meadows alcanzó sus primeras semifinales en un ‘grande’. “Me voy con grandes recuerdos del US Open. Siento no haber podido acabar el partido, pero de todas formas, muchas gracias a todos. Os echaré mucho de menos”, dijo a pie de pista.

No es el adiós definitivo de Ferrer. Quiere despedirse el próximo año de torneos especiales como Buenos Aires y Acapulco, dos ciudades en las que fue muy feliz a título individual. Ganó tres y cuatro veces respectivamente. Pondrá el broche de oro presumiblemente en España para recibir la cálida despedida que se merece de su afición, en el Godó y en Madrid.

El triunfo histórico de David Ferrer este año en la Copa Davis

AFP

Sus constantes problemas físicos, sobre todo en el talón de Aquiles, le han obligado a decir basta a sus 36 años. Admitió “no tener ya fuerza” para seguir en lo más alto. “No es que no quiera, es que no puedo”, subrayó mermado antes de asegurar haber cumplido su objetivo en el tenis. “Soy un hombre con suerte. Estoy orgulloso de haberlo dado todo, de haber mejorado cada año, de haber escuchado a todo tipo de personas para ser mejor en mi vida. Me voy tranquilo a casa por haber dado hasta la última gota de sudor”.

Contribuyó en las tres Copas Davis de España de 2008, 2009 y 2011, aunque su partido más recordado seguramente será el que dio el pase a semifinales este mismo año ante Alemania. El maratoniano partido contra Kohlschreiber de casi cinco horas en la plaza de toros de Valencia quedará grabado en la memoria de todo aficionado a este deporte. Queda por ver si hará un último servicio en las semifinales ante Francia a mediados de septiembre o en una hipotética final.

Cuando juegue el último punto como profesional se irá al vestuario totalmente tranquilo de haberlo dado todo. Y no hay mayor satisfacción que poder decir eso”

Rafa Nadal

El Masters 1000 de París ha sido su mayor éxito en solitario entre las más de 700 victorias que ha logrado, un número sólo al alcance en activo de tenistas como Nadal, Federer y Djokovic. Ferrer siempre ha reconocido que es gracias a estos tres colosos que ha llegado hasta donde lo ha hecho por la exigencia que ha supuesto tenerlos en el circuito. Se despedirá con 27 títulos, casi la mitad en arcilla, una superficie en la que podía haber marcado una época de no haber sido coetáneo de su bestia negra.

En siete finales Nadal le impidió saborear las mieles del triunfo; la más dura en 2013 en la final de Roland Garros perdida sin ninguna opción. También el número uno del mundo tuvo palabras de agradecimiento hacia el alicantino por su profesionalidad tras el partido de primera ronda. “Cuando juegue el último punto de su vida como profesional se irá al vestuario totalmente tranquilo de haberlo dado todo. Y no hay mayor satisfacción que poder decir eso”.