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Anderson gana un partido inacabable y se mete en la final de Wimbledon

Wimbledon

Derrotó a Isner gracias al 26-24 del quinto set en el segundo partido más largo de la historia del torneo

Sigue en directo el Nadal - Djokovic

El saludo de dos campeones, Isner y Anderson

Glyn Kirk / AFP

Los récords se han sucedido. La semifinal más larga del Grand Slam. El segundo partido más largo de la historia de Wimbledon. El jugador con más aces en una sola edición del torneo. Pero lo más importante no fue otra cosa que el triunfo de Kevin Anderson ante John Isner, que convierte al sudafricano de 32 años en el primer finalista en el All England Club, la segunda final de Grand Slam de su carrera.

Anderson se impuso a Isner en cinco eternos sets (7-6, 6-7, 6-7, 6-4 y 26-24) después de 6 horas y 35 minutos de lucha y agonía, en un partido que no parecía acabar nunca y que parecía querer emular al que el propio Isner disputó y ganó ante Mahut hace unos años. El duelo obligó a Djokovic y Nadal a retrasar su partido hasta la noche londinense y a readaptar toda su preparación.

Los 53 aces de Isner no bastaron para tumbar a Anderson

Chispeando, con el cielo negro barruntando tormenta, y con ambos jugadores agotados, devorando plátanos y chocolatinas para mantenerse, ingiriendo líquidos sin cesar, disparando sus tiros como podían acabó un partido histórico, que el público de la central presenció sin moverse, atenazados por el dramatismo.

El jugador de Johannesburgo se ha convertido así en el primer surafricano en alcanzar la final de Wimbledon desde Brian Norton en 1921. Kevin Curren, nacido en Durban, disputó la de 1985 contra el alemán Boris Becker, pero dos años antes había cambiado a estadounidense. Isner es reconocido como aquel jugador que junto con el francés Nicolas Mahut protagonizaron en Wimbledon 2010 el partido más largo de la historia (1ª ronda 6-4, 3-6, 6-7 (7), 7-6 (3) y 70-68) en número de juegos, 183, y tiempo: 11 horas y 5 minutos.

John Isner cayó ante Anderson

Oli Scarff / AFP

Ante este ‘hombre maratón’, Anderson ganó los dos últimos sets, los únicos en los que no hubo desempate, con una rotura final en el juego 49, cuando el de Greensboro daba señales de calambres en sus piernas y cabizbajo sabía que se le escapaba la oportunidad de disputar su primera final de un Grand Slam. En ese juego, Anderson cayó al suelo y fue capaz de levantarse, devolver la bola con la raqueta en el brazo izquierdo y luego ganar el punto. Y el público de la central rugió entusiasmado.

Isner acabó con 53 saques directos, (214 en el total del torneo), batiendo el récord del croata Goran Ivanisevic, de 212, instaurado en 2001 cuando ganó el título convirtiéndose en el primer y único campeón que lo lograba como invitado especial, pero no le valió para tumbar a Anderson.