El Real Madrid se sobrepuso a un mal comienzo para doblegar al Espanyol, que se adelantó muy pronto en el Bernabéu, pero al que la cuerda le duró poco más que el primer cuarto de hora. Luego, todo se le vino encima y los de Diego Martínez no tuvieron recursos y vieron como poco a poco el Madrid les iba metiendo en su campo para acabar remontando en el primer tiempo.
El partido se jugó poco antes de que el Madrid anunciara junta directiva a mediodía de mañana domingo para analizar el caso Negreira. Muy de uñas con los árbitros el Bernabéu esta temporada, los primeros esta vez en corear el grito de “corrupción en la Federación” fueron el grupo de unos 300 aficionados pericos situados en uno de los ángulos del fondo norte. El resto del estadio les siguió tímidamente en su protesta, que no fue tan masiva como en otros días salvo en el momento en el que Figueroa Vázquez le mostró una amarilla a Vinícius por cortar una contra rival, la enésima de Vinícius, que se gana una por partido, casi todas, sino todas, innecesarias.
Fue un partido de guante blanco, como casi siempre los Madrid-Espanyol en el Bernabéu. De hecho, antes ya de acabar el primer tiempo la grada joven del Bernabéu coreó “Espanyol, Espanyol”, la primera vez que lo hace en honor del equipo contra el que están jugando los suyos.
Solo un buen inicio
Joselu marcó en el minuto siete
Lo mejor que hizo el Espanyol lo hizo en el primer cuarto de hora. El Espanyol salió con una presión muy alta y sorprendió al Madrid, que sufrió mucho por su lateral izquierdo, donde Camavinga pasó las de Caín ante Rubén Sánchez.
Camavinga llevaba dos partidos en el centro del campo y la vuelta a la defensa le sentó como un tiro. Por ahí incidió el Espanyol, que marcó en en el minuto siete, tras un robo de balón a Camavinga y un centro desde el lateral de Rubén Sánchez que mandó a la red por toda les escuadra de un zapatazo Joselu.
La ocasión desperdiciada
Courtois evitó el gol de Vini Souza
El Madrid acusó el golpe y anduvo despistado unos cuantos minutos. Ancelotti había salido con todo, salvo Benzema que por sus problemas en el tobillo había quedado guardado para recibir al Liverpool el miércoles en la Champions.
Le costó coger el hilo al Madrid y el Espanyol pudo dar un golpe acaso definitivo en el quince en otro centro desde la izquierda y un cabezazo de Vini Souza que Courtois atajó de manera casi milagrosa.
A partir de ahí algo hizo click en el Madrid, que se reseteó y dio un paso al frente. Kroos dirigió las operaciones desde el centro del campo y mucho tuvo que ver el alemán con que el Madrid acabara la primera parte con el 80% de la posesión.
La jugada clave
Vinícius desatascó al Madrid
El Espanyol reculó y se atrincheró en torno a Pacheco, confiado quizás en que al Madrid se le da fatal atacar defensas cerradas. Pero esta vez fue distinto. Vinícius, en una jugada que recordó su primer gol en Anfield, estableció el empate en el 22 y hasta el descanso ya todo fue un mano a mano del Madrid contra Pacheco del que dijo en su día Mourinho que sería un portero del Madrid para muchos años porque lo consideraba mejor que Casillas y Diego López.
Pacheco le sacó con el pie un remate a Rodrygo, pero ya no pudo con un cabezazo de Militão en el 39 a centro con el exterior de Tchouaméni.
La segunda parte fue mucho más sosa. El Espanyol no encontraba la forma de hacerse con el balón y el Madrid jugaba con el freno de mano echado, sin malgastar energías. Lanzó una falta al larguero Rodrygo y el partido se escurrió hasta el final entre cambios y sin apenas ocasiones de gol. La única medio clara del Espanyol llegó muy tarde, un remate de Braithwaite que se le fue muy alto al danés. Ya en el añadido Asensio culminaría una contra para poner el 3-1 definitivo. El Madrid rebaja a seis puntos la desventaja del Barcelona a la espera de lo que pase mañana en San Mamés.