El escándalo del VAR se han instalado definitivamente en la Liga. El Real Madrid salió beneficiado de un clamoroso piscinazo de Casemiro que terminó en penalti, y a la postre, se convirtió en el gol del triunfo ante el Levante (1-2). Iglesias Villanueva tardó unos segundos, pero finalmente se animó a señalar pena máxima después de que Doukouré intentara despejar y lanzara una patada al aire.
El brasileño, delante del jugador costamarfileño, simuló la acción y el colegiado picó. El VAR revisó la acción pero no advirtió a Iglesias Villanueva para que revisara la acción ante la incredulidad y desesperación del Levante, en el campo y en el banquillo. Sí había intervenido en el primero, en la mano de Bardhi que permitió a Karim Benzema marcar el primer tanto de la noche. Bale anotaría el segundo, también desde los once metros, para neutralizar el gol de Roger.
Estoy a 25 metros y escucho la patada”
“Estoy a 25 metros y escucho la patada”, aseguró Dani Carvajal al término del encuentro. Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales del Real Madrid, no quiso entrar a analizar la jugada y aplaudió el beneficio que supone el VAR. “No nos gusta opinar de los árbitros, nunca lo hemos hecho”. A principios de enero, el propio Butragueño cuestionaba la funcionalidad del videoarbitraje.
Muchas más dudas tuvo Quico Catalán , presidente del Levante. “Por más que miro las imágenes, no entiendo el penalti. He visto 37 imágenes y me parece muy riguroso”. “Si (Doukouré) le da, a lo mejor Casemiro se va en ambulancia”, agregó. Por su parte, Paco López, entrenador de los granotas, evitó la polémica. “Soy un defensor de los árbitros. Me niego a pensar que puedan hacer cosas a conciencia”.
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