Osasuna, el equipo que despertó los fantasmas del Espanyol

Lucha por la salvación

La derrota en Cornellà en la ida señaló a la plantilla y condenó a Pablo Machín

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Los jugadores del Espanyol, cabizbajos durante el partido de primera vuelta contra Osasuna.

Llibert Teixidó

La primera vuelta del Espanyol fue un error tras otro. Y para ejemplo, el vídeo motivacional que preparó el club de cara a las jornadas 14 y 15. Eran dos partidos seguidos en casa contra Getafe y Osasuna y ganarlos era vital. El descenso se quería evitar a toda costa. Aunque si después de trece partidos ya se recurría a ex jugadores para alentar a los actuales, ¿qué se iba a hacer más adelante si la situación no se revertía? Era una pregunta recurrente.

Total, que llegó la jornada 14 y el Espanyol de Pablo Machín rascó un punto contra el Getafe. Pasó el trámite europeo del Ludogorets y llegó frente a Osasuna con la ilusión de dar un puñetazo en la mesa y mirar hacia arriba. Sumar cuatro de seis habría sido un alivio para un equipo que entonces iba penúltimo a cinco puntos del descenso.

En el partido de la primera vuelta se vio a un equipo incapaz

El partido empezó como todos esperaban. Marc Roca marcó el primero de penalti en el minuto 20 y, aunque el juego dejaba mucho que desear, los blanquiazules se marcharon al descanso con ventaja y la afición, más aliviada. Pero sólo empezar la segunda parte, dos goles por distracciones infantiles cambiaron radicalmente el partido. Directamente, mataron al Espanyol, que quedó en el campo como cuando la serpiente muda de piel, inerte.

Otros dos goles en el 84 primero y en el 92 después acabaron de desquiciar a una afición desesperada, que todavía no había visto a su equipo ganar en casa y que, por lo que transmitían en el terreno de juego, las arengas de las semanas anteriores parecían haber provocado el efecto contrario. Se vio a un equipo paralizado, incapaz de reaccionar, abocado a sufrir toda la temporada si nada cambiaba.

Machín señaló a los jugadores y les llamó “pipiolos”

Las declaraciones post partido de Pablo Machín acabaron de incendiarlo todo. El entrenador, a modo de escudo o de motivación, decidió señalar a los jugadores. Dijo que necesitaba “tíos de verdad, no pipiolos”, que no se había visto a un “equipo ‘Made in Machín’” y que quizás habían dado “tres pasos hacia atrás”. Tres jornadas después, tras otra bochornosa derrota contra el Leganés en Butarque, el técnico fue destituido.

Entonces, antes del parón invernal, llegó Abelardo, tercer entrenador de la temporada. Los números, y también las sensaciones, dan muestra de que el conjunto ha mejorado con el asturiano al mando, pese a que el equipo sigue, como entonces, a cinco puntos de la salvación.

Un buen resultado en El Sadar demostraría que el Espanyol ha dejado atrás la vulnerabilidad

Doce jornadas después, en la 27, el Espanyol visita a Osasuna en un partido que puede ser determinante para los blanquiazules. Faltan otras doce para que acabe la Liga y los navarros pueden ser uno de esos equipos que hasta ahora no han flirteado con el descenso pero que podrían, poco a poco, empezar a temer el caer en el pozo si los de Abelardo sacan un buen resultado en El Sadar.

Una victoria en Pamplona serviría para ahuyentar a los fantasmas que les absorbieron entonces. Demostraría que pueden ganar a equipos contra los que en la primera vuelta fueron muy vulnerables. Y, además, podrían aprovecharse de una jornada en la que los rivales directos tienen encuentros difíciles. El Leganés juega contra el Villarreal fuera de casa; el Mallorca y el Eibar entre ellos en Ipurúa, y el Celta contra el Getafe en el Coliseum Alfonso Pérez.

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