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El Espanyol se hunde en Valladolid

Valladolid, 2 - Espanyol, 1

Con un hombre menos durante 70 minutos, los de Abelardo pierden un partido clave

El colegiado Prieto Iglesias (c) expulsa al jugador del RCD Espanyol David López (izda)

R. García / EFE

Abelardo se afanó en trabajar para que el desastre de Wolverhampton no contagiase a sus jugadores, como sí había pasado con la afición, de un nerviosismo perjudicial. Pensó el técnico en poner todos los huevos en el mismo cesto y sacrificar la Europa League. Pero se dejó en el tintero cómo afectaría un muy mal resultado en una competición que tanta ilusión hacia al vestuario. Sobreestimó el asturiano la resiliencia de esta plantilla para encajar golpes y en Valladolid su equipo fue una sombra del que ganó en Villarreal y del que puso en aprietos al Sevilla en el Pizjuán. Un mal día en un momento horrible. Erró Abelardo en su planificación y su equipo fue un manojo de nervios en un inicio que comprometió el resultado, por la expulsión de David López. Más que una final, se trataba de un partido a vida o muerte. El Espanyol se marcha con una nueva estocada, mientras el rival se aleja.

El paso atrás en lo anímico con respecto a semanas anteriores fue evidente desde el inicio. Huérfano de De Tomás, que se perdió el partido de nuevo por molestias físicas en el aductor derecho, el miedo escénico de principio de temporada volvió a aparecer, una extraña parálisis que le impidió al Espanyol plantar cara a un rival muy cauteloso y académico, que vive de su oficio, pero en el que se intuyó siempre cierta fragilidad en las transiciones defensivas. Los de Sergio González no se salieron del guión esperado y fueron construyendo poco a poco, sin dar pasos en falso, y fue el equipo de Abelardo el que cometió los errores necesarios para guiar a su rival hacia la victoria.

La expulsión de David López condicionó el encuentro

El partido fue de bajas pulsaciones, de esos en los que nadie quiere arriesgar para no equivocarse, y pese a ello los errores en la entrega se sucedieron en un mal inicio blanquiazul. La seriedad que habían demostrado desde que llegó el asturiano se fue por el sumidero. Volvieron el nerviosismo y las indecisiones, y en esa indefinición el ayer capitán David López, un hombre con experiencia suficiente para lidiar con la presión, cometió un error injustificable. Con una amarilla a sus espaldas se fue al choque, llegó tarde y condenó a su equipo a jugar con un hombre menos durante 65 minutos. Un castigo añadido a la falta de soltura del equipo. Por tercera vez consecutiva se quedaban con un hombre menos los de Abelardo fuera de casa. Un escarmiento demasiado severo esta vez, que redundó en mal planteamiento del partido.

Si antes de la expulsión no estaba bien el Espanyol, con ella el equipo se sintió todavía más huérfano. Todos los duelos los ganaban los locales, mucho mejor posicionados y con la confianza para asumir riesgos en cualquier situación del campo. Desde ese momento, el Valladolid agigantó su dominio y fue capaz de llegar con muchos hombres al área contraria, aunque nunca con claridad. Tan solo dos tímidos disparos desde la frontal firmaron en todo el primer tiempo.

El delantero del Real Valladolid Sandro celebra el primer gol conseguido ante el RCD Espanyol

R. García / EFE

Pese a todos los males del equipo blanquiazul, el Espanyol tendría opciones a balón parado para poder marcar. Situaciones que al menos sirvieron para poner nervioso a un rival que durante muchos minutos jugó a placer. No es un virtuoso precisamente el equipo de Sergio Gónzález y eso lo demostró en un segundo tiempo en el que, con uno más, se sintió responsabilizado para buscar el triunfo, aunque el cuerpo le pidiese ser más prudente.

González intentó agitar el avispero dando entrada a Sandro y Hervías para provocar que algo sucediese en un partido que se encaminaba milagrosamente al empate sin goles. Pero ni por esas el Valladolid era capaz de encontrar a Diego López. Sin embargo, no necesitarían demasiado los locales para llegar al gol. Un mal despeje del portero blanquiazul permitió a Sandro anotar dentro del área. No estuvo fino el guardameta, que no cubrió su palo como mandan los cánones.

El Espanyol se queda a cinco puntos del descenso

Inmediatamente llegó el segundo tanto, el de la sentencia. Una carrera en la que Ünal superó a la defensa y, a placer marcó Sergi Guardiola. Un penalti que determinó el VAR en el descuento por manos de Kiko Olivas y que convirtió Embarba no sirvió como consuelo. Con este resultado el Espanyol da un paso atrás muy importante en su pelea contra el descenso y, peor aún, contra sí mismo. Porque más allá de los puntos, el equipo de Abelardo, que sí peleó en el segundo tiempo por evitar lo inevitable, fue víctima de nuevo la fragilidad mental que parecía superada desde la llegada de Abelardo. El próximo domingo llega el Atlético a Cornellà, una de las trece finales que quedan.

Ficha técnica:

Valladolid, 2 - Espanyol, 1

2 - Real Valladolid: Masip; Moyano, Kiko Olivas, Salisu, Raúl Carnero; Óscar Plano (Hervías, m.72), Míchel (Sandro, m.63), Alcaraz, Toni Villa (San Emeterio, m.79); Guardiola, Ünal.

1 - RCD Espanyol: Diego López; Javi López, Bernando, Cabrera, Didac; Embarba, David López, Marc Roca (Iturraspe, m.85), Darder; Wu Lei (Ferreyra, m.85), Calleri (Pedrosa, m.70).

Goles: 1-0, m.77: Sandro. 2-0, m.83: Guardiola. 2-1, m.90+: Embarba, de penalti.

Árbitro: Eduardo Prieto Iglesias (Comité navarro). Mostró cartulina amarilla a Raúl Carnero (m.88), del Real Valladolid, y a David López (m.16 y 24 -roja-), Marc Roca (m.36), Embarba (m.78) y Darder (m.88).

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo quinta jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio José Zorrilla ante 19.645 espectadores.