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Vargas: “A los quince años dejé el fútbol, quería dejar de sufrir”

Entrevista

El fichaje más caro de la historia del Espanyol sabe lo que es sufrir para alcanzar el éxito

Tiene sólo veintidós años, con el balón es un diablo, hasta hace unas semanas había jugado en un equipo sólo y en cambio habla como un veterano. A Matías Vargas (Salta, 1997) la vida y el sueño de ser futbolista le hicieron madurar muy rápido. También expandir la mente y preocuparse de asuntos ajenos a su profesión. Su padre, el Mono Vargas, fue uno de los mejores jugadores de la provincia argentina de Mendoza en los ochenta. A él le apodaron el Monito y convirtió el diminutivo en éxito. Este verano dejó Vélez Sarsfield para convertirse en el fichaje más caro de la historia del Espanyol (10,5 millones de euros). Vargas quiere romper tabúes en el fútbol y triunfar de blanquiazul.

–Su fichaje ha supuesto una inversión muy importante. ¿Le genera presión?

–El dinero hay que olvidarlo un poco, si bien es una responsabilidad, tanto si han puesto mil pesos o diez millones. Es plata que el club pone. Así que es una responsabilidad, no una presión. Nada es una presión, hay que intentar liberar todo para jugar lo más suelto posible y poder estar en el nivel que uno quiere.

–Borja Iglesias llegó el año pasado como el fichaje más caro y se convirtió en ídolo de la afición. ¿Es el ejemplo a seguir?

–Pienso que si hago las cosas bien como las hace Borja, si tengo esa templanza y esa actitud para entrenar y jugar, me puede ir bien. Ojalá pueda generar un vínculo con la afición como el suyo. Triunfar en el club en el que uno está es el sueño de todos. Siempre digo que si al Espanyol le va bien, a mí me irá bien.

Nada es una presión, hay que intentar liberar todo para jugar lo más suelto posible”

Matías Vargas

–¿Cómo se encuentra desde que llegó?

–Muy cómodo. Los compañeros me recibieron espectacular y me integraron muy rápido al grupo. Hay muy buen grupo. Son muy buenas personas y el nivel de juego también es espectacular. Siento que llevo bien el proceso de adaptación.

–Defínase como futbolista.

–Soy un jugador que desequilibra, que por lo general va mucho para adelante. Sobre todo me caracterizo por buscar el último pase y después también llegar al remate y al gol.

Ayudaba a mi tío para ganarme unos pesos”

Matías Vargas

–Usted nació en Salta, su padre fue futbolista, pero su infancia no fue sencilla.

–Sí, de más chico vivía en Buenos Aires, a mil kilómetros de Mendoza, donde vive mi familia, y cuando volvía en verano me gustaba ayudar porque mis padres no tenían una muy buena situación económica. Ayudaba a mi tío y de esa forma ganaba unos pesos. Siempre fui una persona a quien le gustó trabajar y ganarse las cosas con voluntad.

–Se marchó muy joven para ser futbolista.

–A los trece años me fui solo a la pensión de Vélez Sarsfield a mil kilómetros de mi familia, a quienes veía tres veces al año porque ellos tampoco podían viajar a Buenos Aires casi. Son cosas que uno tiene que pasar, que uno tiene que dejar por el sueño, por lograr estar en un lugar como éste. Siempre me quedo también con la cantidad de compañeros que hicieron lo mismo que yo y no lo lograron. Esto es así. Es arriesgar, dejarlo todo.

Dejé el fútbol hasta que me di cuenta de que mi vida estaba en Buenos Aires y volví con otra mentalidad”

Matías Vargas

–Pero su adaptación fue difícil, ¿llegó a pensar en dejarlo?

–Sí, incluso lo dejé. A los quince años me volví a Mendoza. No quería sufrir más el extrañar, el enfrentarte con problemas desde tan chico. Lo dejé un tiempo. Estuve en Mendoza con mi familia hasta que me di cuenta de que no tenía futuro allí y que mi vida estaba en Buenos Aires. Volví con otra mentalidad y avancé más.

–¿Influyó que su padre fuera futbolista?

–No me dijo ‘tienes que jugar al fútbol’. Influyó en el sentido de que yo era muy joven y estaba en el vestuario, cancha, estadio… en mi casa todo el tiempo se veía fútbol.

Mi padre era mejor que yo, tenía una pegada exquisita”

Matías Vargas

–Dice que su padre era mejor que usted.

–Sí, la pegada de mi padre la he visto en muy pocos jugadores. Una pegada exquisita.

–¿De él le viene lo de Monito?

–A él le llaman mono desde pequeño, creo que porque se colgaba mucho de los árboles. También puede ser por la cara, los pelos, no sé, hay muchas similitudes entre los monos y nosotros, así que viene de familia (entre risas).

Estoy acostumbrado a estar solo, a lucharla solo y no me molesta”

Matías Vargas

–¿Aquí prefiere que se le llame Matías o Monito?

–Como quieran. Todo el mundo me llama Monito, ya lo tengo adaptado.

–¿Toda esa experiencia en Vélez le ayudó a madurar?

–Sí, yo viniendo a Europa no voy a extrañar, porque estoy acostumbrado a no tener a mis padres cerca. Estoy acostumbrado a estar solo, a lucharla solo y no me molesta.

En mi adolescencia abrí la mente y tomé conciencia sobre ciertos temas”

Matías Vargas

–¿Es eso lo que le ha convertido también en un jugador que pelea contra tabúes y tiene un discurso rebelde?

–En la etapa de mi adolescencia me encontré con personas que me hicieron abrir un poco la mente y poder tomar conciencia de ciertos temas que creo que tienen que ser de una manera. De cada amistad y de cada persona se aprenden cosas y se crea una personalidad.

–Le gusta la política, los rompecabezas… no muchos futbolistas tienen esos gustos.

–La política me gusta. No sé demasiado pero me gusta aprender, me gusta escuchar. Me interesan mucho las cuestiones sociales. Con veintidós años todavía no puedo predicar y no sé si lo podré hacer, pero sí aprender. Y sí, me gustan mucho los rompecabezas. Aquí en Barcelona ya hice dos. Tengo un centro comercial enfrente y fui, me metí en la juguetería y como me gustan mucho los juguetes y esas cosas, me compré dos rompecabezas y ya los acabé.

Uno ve a los jugadores como objetos cuando tenemos las mismas cosas que cualquier persona”

Matías Vargas

–El fútbol no lo es todo.

–El fútbol es gran parte de mi vida por lo que hago y por lo cual tengo un nombre. El fútbol también me mueve de mis zonas de confort. Pero no es toda mi vida. Aquí soy el futbolista y después soy una persona. A mí me pasaba cuando estaba al otro lado como aficionado, que uno ve a los jugadores como objetos cuando tenemos las mismas cosas que cualquier persona.

–¿Qué le ha aportado Gabriel Heinze (técnico de Vélez)?

–Llegué aquí físicamente muy bien, con una costumbre de entrenamiento y de profesionalismo que en Argentina no se ve y que lo tenemos por él. En Vélez trabajamos como en Europa y Heinze me enseñó muchos conceptos que aquí quizás los enseñan en categorías infantiles.

Gallego tiene una locura linda”

Matías Vargas

–¿Ve algún parecido entre Heinze y Gallego?

–Me gusta mucho su idea de juego, he tenido charlas con él, me ha explicado bien lo que quiere. Le gusta que me sienta cómodo. Tiene la misma idea de salir jugando, de cuidar siempre la pelota, de tenerla siempre. Tienen una pasión muy grande por esto, los dos técnicos tienen una pasión y, como digo siempre, una locura linda, esa euforia tan grande por hacer todo perfecto, por ganar todo, por entrenar al máximo.

–¿Qué le llevó a cambiar Vélez por Barcelona?

–Decido dar el salto porque me sentí preparado. Era el momento para venir a intentar jugar en la élite. Fue desde el momento en el que me dijeron que el Espanyol tenía interés en mí y cuando hablé con Rufete. Me dieron un valor, porque no es sólo que yo quería jugar en el Espanyol, sino que el Espanyol me quería… todo esto sumado al proyecto, a todo el club, la forma de jugar, la ciudad… mirara donde mirara era todo positivo.

El primer objetivo es clasificarse para Europa”

Matías Vargas

–¿Le pidió referencias a Pablo Cavallero (director deportivo de Vélez y ex guardameta del Espanyol) o a algún compañero antes de venir?

–Sí, preguntaba a gente que ha jugado en Europa. Todos me decían que es un lindo club, que ha agarrado una identidad y que juegan muy bien al fútbol con un estadio hermoso. Iba averiguando, veía vídeos y en todos los sentidos vi que era una oportunidad increíble.

–¿Qué objetivos se marca para esta temporada?

–A nivel individual adaptarme lo más rápido posible, poder jugar ya y soltarme. Como objetivo grupal el primero es clasificarse para Europa. Después día a día pensaremos en los objetivos para la Liga.