A ningún entrenador que llegase para sustituir a Rubi al frente del Espanyol le pasaría desapercibida la buena temporada realizada por el filial en el Grupo 3 de Segunda División B, que estuvo a un gol de alcanzar la promoción de ascenso. Finalmente el sustituto es David Gallego, quien los conoce mejor que nadie, así que habrá que estar atento a quiénes pueden sumarse de forma fija o esporádica al primer equipo durante la campaña que viene.
Gallego fue tajante en su presentación: “Yo no doy oportunidades, a mí me las tienen que pedir”. Que tomen nota los que vienen por debajo. Pero de momento ya hay dos que pasan a tener ficha del primer equipo: Lluís López y Pol Lozano. El primero, a raíz de las múltiples lesiones en defensa, se vio obligado a acelerar su subida y llegó a disputar 521 minutos en Liga. Fue titular hasta en el Camp Nou y cumplió. Su proceso de formación no ha terminado aún, pero ya demostró tener talante como para contar con él en Primera.
Víctor Gómez, un lateral derecho todoterreno
Con Pol Lozano la situación es diferente. Al centrocampista Rubi no le dio oportunidad de siquiera entrenar con el primer equipo y su posición está mejor cubierta. Es el termómetro del B pero por forma física, sobre todo, y regularidad, todavía está verde para la máxima categoría. Seguro que Gallego querrá contar con él durante la pretemporada y a partir de ahí ya se verá.
De los que seguirán en el filial hay quienes pueden tener oportunidades antes y quienes podrían tenerlas de forma más paulatina. Jugar en tres competiciones requiere efectivos y el Espanyol puede presumir de poder tirar de ella. Víctor Gómez es de los que parte en mejor posición.
Solidez defensiva y velocidad y aire fresco en ataque
El lateral derecho es una de las posiciones a reforzar y el jugador del filial fue quizá el más destacado de la plantilla. Rápido, compacto, bajo pero fuerte y con mucha presencia en ataque. Iago Indias, compañero infatigable de Lluís López y líder de la defensa en su ausencia, también contó con toda la confianza de Gallego. A su favor juega la confianza depositada en él y correspondida con pundonor, juego por alto pese a no destacar por altura, tranqulidad y solidez.
En la delantera hay una terna de la que Gallego podría echar mano en caso de necesitar cubrir alguna posición de ataque. El primero a mencionar es Víctor Campuzano, máximo goleador del filial con 15 goles. Rubi lo subió a entrenar con el primer equipo y hasta entró en alguna convocatoria, aunque no llegó a disputar minutos. Quienes también entrenaron con ‘los mayores’ fueron Moha y Carlos Doncel. Los extremos fueron de los más destacados del equipo y pueden ser un soplo de aire fresco.
De los juveniles a los veteranos y polivalentes del filial
Más complicado por la edad lo tienen dos que si continúan con la proyección actual deberían llegar al primer equipo, aunque esta temporada ya han debutado en Primera tres jugadores nacidos en el siglo XXI. Se trata de Nico Melamed y Nil Jiménez. Gallego les subió del Juvenil al B. El primero fue fundamental en el excelso tramo final del filial y demostró que emana calidad a borbotones. El segundo llegó para cubrir el hueco dejado por Adrià Pedrosa al asentarse en Primera aunque fue perdiendo protagonismo con la recuperación de Carles Soria.
Carles Soria, Álex Bermejo y Marc Manchón son otros tres nombres en los que David Gallego tiene plena confianza. Son jugadores, sobre todo los dos primeros, polivalentes. Soria, pese a ser diestro, jugó la mayor parte de la temporada de lateral izquierdo. Bermejo pasó de la delantero al medio campo. Manchón es un pivote de los de toda la vida y el líder del vestuario. Son jugadores sin adornos y con menos cartel que el resto de los mentados, pero todavía jóvenes y en los que el nuevo entrenador podría depositar su confianza para situaciones que requieran jugadores curtidos.