Mademoiselle Dakar vuelve a su hábitat natural, a su coto de caza, equiparable a la Champions, al Tour o al Mundial para otros: el desierto, la navegación, la arena, las piedras, la aventura del rally más mítico. Laia Sanz, a sus 37 años recién cumplidos, afronta su decimotercer Dakar –el segundo en coche– con la ambición y la ilusión renovadas, después de un año de crecimiento aprendiendo al lado de un maestro como Carlos Sainz. “Cada fin de semana con él en el Extreme E ha sido una masterclass ”, comenta la piloto de Corbera de Llobregat, que apunta verdaderamente alto en esta próxima edición del rally.
Laia Sanz competirá en su segunda incursión en coche al volante de un buggy Century del equipo madrileño Astara. Es decir, un devorador de terrenos agrestes, con ruedas enormes y más recorrido de suspensión para absorber baches sin inmutarse. Una nueva herramienta con la que espera dar un brinco sustancial para acercarse a la élite.
“Haciendo una carrera muy, muy buena podemos estar entre los 15 primeros”, augura Sanz
–Con el coche he dado un paso adelante. El del año pasado (un Mini 4x4) era ideal para aprender y para acabar, pero con este cambio de reglamento tenía claro que teníamos que ir a un coche con rueda grande. Acceder a un T1+ [los pata negra del rally, a un millón por unidad] no era realista, y llevar un buggy nos permite ir con un coche más competitivo –explica Sanz.
Además de conducir un “coche fiable, duro y que permitirá tener un punto más de ritmo, sobre todo en las zonas rápidas, de piedras, al tener rueda grande, más suspensión y un buen motor”, la piloto catalana partirá en este Dakar 2023 con una categoría más elevada en su carnet, el B Plus , que no todo el mundo puede lucir: la sabiduría que dan las clases impartidas por Carlos Sainz, su compañero de equipo en el Extreme E, el campeonato de todo terrenos eléctricos en el que la pareja fue tercera. Sus cinco pruebas en esta competición y las tres que ha disputado en el Rallycross (en la categoría eléctrica RX2e) han sido la mejor escuela para avanzar a pasos agigantados en pilotaje.
–Esta temporada ha sido muy intensa, de aprendizaje a tope. He tenido una evolución de la que estoy muy contenta: he sido la mujer más rápida en las carreras y uno de los pilotos que más ha evolucionado en el Extreme E, como se ha visto en los tiempos. Pero me queda mucho por aprender; lo bueno es que tengo mucho margen de mejora todavía. Todo ha sumado y espero ponerlo en práctica en el Dakar –comenta Laia, que ha progresado notablemente. Para muestra, un botón: en la ronda del Extreme E de Chile, la catalana llegó a mojar la oreja en los entrenamientos a la santísima trinidad –Al Attiyah, Loeb y Sainz–.
Gran parte de culpa la tiene, además de su talento innato para pilotar, su capacidad de absorción para aprender de Sainz. “Carlos me ha ayudado mucho”, admite. Unas lecciones privilegiadas para una alumna aventajada.
–Le tengo que agradecer [a Sainz] la labor de mentor, de ayuda. Me da consejos, lo puedo llamar en cualquier momento con cualquier duda... Se agradece mucho porque me ha ayudado mucho a acelerar el proceso de aprendizaje. Comenzar este camino de las cuatro ruedas con alguien como él al lado es una pasada –explica la piloto catalana.
–Con él he aprendido de todo. Viendo cómo trabaja entiendes por qué está dónde está con la edad que tiene (60) y sigue siendo tan competitivo. Cuida cada detalle, es un obseso de la puesta a punto, algo que me ha enseñado mucho para dar un paso muy importante de lo que se necesita. Miramos la telemetría y podemos comparar nuestro pilotaje, ver dónde frena, dónde acelera y oír sus consejos de conducción. Cada fin de semana con Carlos ha sido una masterclass .
Así que con coche más killer y el aprendizaje extra que acumula, Laia Sanz se ve capaz de superarse en este Dakar 2023. “Será muy importante: el año pasado mi objetivo era acabar [fue 23.ª absoluta], pero este año no me sirve, me sirve empezar a dar gas”. Lo que significa...
–Hay que ser realista. En los coches no es solo cuestión de pilotaje, es de medios, de haber hecho kilómetros de tests, de ver la cantidad de T1+ que hay... Haciendo una carrera muy, muy buena podemos estar entre los 15 primeros –vaticina Laia Sanz, que no suele errar el tiro.