De sobras es conocida la afición de Donald Trump al golf. Tanta que desde hace años ha ido comprando y construyendo nuevos campos alrededor del mundo. Uno de ellos es el Trump National Bedminster, que está en Nueva Jersey, donde trabajó como assistant professional Jim Herman, entablando ambos amistad a raíz de varios partidos que jugaron juntos.
La última vez que Trump y Herman compartieron partido fue hace dos semanas y el hombre más poderoso del mundo se permitió el lujo de darle un consejo a su compañero de partido, todo un veterano jugador del PGA Tour con una victoria incluso en su palmarés. “Cambia de estilo si no te funciona, cambia de putt”, le dijo.
Herman ya jugó con Trump antes de su primera victoria en el PGA Tour. “Tendré que volver a verle”, bromeó el domingo
Dicho y hecho, Herman decidió devolver a su bolsa un putt con un grip tradicional y una cabeza más habitual de la que llevaba.El resultado no fue otro que su victoria el domingo en el Barbasol Championship, torneo valedero para el PGA Tour con ausencia de los mejores del mundo, eso sí, presentes en el British de Royal Portrush. El de Cincinnati se impuso por un golpe a Kelly Krat, segundo.
“Voy a tener que quedar con Trump pronto otra vez”, bromeaba después. Y es que Herman ya jugó con el hoy presidente norteamericano apenas unos días antes de su primer triunfo en el circuito norteamericano, el Shell Houston Open de 2016. “Siempre me motiva y me pone en buena situación”, confirmaba. Los hechos le dan la razón.