De las próximas cinco ediciones de la Ryder Cup, cuatro ya tienen sede. Este año se disputará en Bethpage (Nueva York), en el 2027 viajará a Adare Manor (Irlanda), en el 2029 será el mítico campo de Hazeltine (Minnesota) el que acoja el torneo y en el 2033 el destino será la bahía de San Francisco, donde está situado The Olympic Club. En esta lista llama la atención el hueco que sigue quedando en el 2031, una edición que tendrá lugar en suelo europeo y que cada vez está más cerca que se dispute en la provincia de Girona, en el espectacular resort de Camiral. A pesar del retraso acumulado, la primera fecha límite que se habían marcado las partes era a finales del 2024, los flecos que quedaban parecen haber encontrado una vía de solución y, aunque nadie quiere confirmarlo de manera oficial, la firma del contrato y el anuncio podría estar más cerca de lo que muchos piensan.
De las próximas ediciones, la única que queda por confirmar es la del 2031
El último escollo esta siendo la financiación. De un presupuesto de 130 millones de euros, la Generalitat, con una carta firmada por Salvador Illa nada más acceder al cargo de presidente, se había comprometido a apoyar el proyecto y aportar unos 40 millones de euros, la última partida que queda por confirmar. Pero la sensación de que la Copa del América de vela, también apoyada desde el erario público, no ha sido un éxito en cuanto a público e impacto en la sociedad catalana como se esperaba ha provocado que desde Sant Jaume hayan surgido algunos recelos a la hora de dar el paso definitivo y encontrar presupuesto para la Ryder Cup. La organización de la competición más mítica del golf, la única en la que (hasta ahora) no había dinero en juego, solo el honor, estaba a la espera de recibir un contrato firmado por la Generalitat con esa aportación final para darle oficialidad al anuncio. Como no llegaba, se reactivaron las conversaciones para decidir si se buscaba una vía alternativa, siempre en territorio español gracias al apoyo incondicional de la Federación Española y de muchas entidades públicas, o se hacía un último intento para mantenerla en Camiral. Ahí surgió una propuesta que puede haber provocado que se desencalle todo y encienda la luz verde para que la Ryder aterrice en suelo gerundense.
El proyecto aprobado incluye un recorrido mixto en el ‘resort’ gerundense de Camiral
Se van a aportar inversores privados para que completen la partida de los 40 millones que la Generalitat finalmente no aportará en su totalidad. Una vía que desde Ryder Cup Europe (organizadora de la competición) han recibido con muy buenos ojos y que está a la espera de ser concretada. De ser así, se confirmaría una noticia histórica como es el regreso de la Ryder a España 34 años después de que Valderrama acogiera la cita en 1997, convirtiéndose entonces en la primera sede europea fuera de las islas Británicas. Las cosas han cambiado mucho desde entonces, y las dos últimas ediciones en el Viejo Continente se han disputado en París (Le Golf National) y Roma (Marco Simone), de ahí la trascendencia que adquiriría Caldes de Malavella uniéndose a esta exclusiva lista. El proyecto que a día de hoy está aprobado por la Ryder Cup tras muchos años de trabajo por parte de Camiral, incluiría un recorrido mixto entre los dos que actualmente tiene en juego el resort gerundense, el Tour y el Stadium, el más conocido de los dos y sede de dos Open de España (2000 y 2014). Pero las necesidades logísticas de una Ryder Cup superan con creces las de un torneo habitual del DP World Tour, y de ahí que el proyecto incluya hoyos de ambos campos, maximizando el espacio de la finca para albergar las múltiples gradas y carpas gigantes que acompañan a una Ryder. Como ejemplo, el actual hoyo 3 del recorrido Tour sería el primer hoyo del recorrido, ya que tiene la mejor ubicación para poder construir alrededor del tee una grada que dé cabida a unas 15.000 personas.