El Brasil de Neymar gana, baila y avisa de su potencial ante Serbia

Brasil, 2 - Serbia, 0

Dos goles de Richarlison, el segundo espectacular, certifican la candidatura al título del equipo de Tite, compacto y muy ofensivo a la vez 

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Los jugadores de Brasil celebran el segundo gol de Richarlison ante Serbia en Lusail, Qatar

LAURENT GILLIERON / EFE

Brasil, guiada por Neymar y al contrario que otros favoritos como Argentina o Alemania, empieza el Mundial ganando, convenciendo y hasta bailando, gerundios que realzan su candidatura al título con solo un partido. Atrevida y nada rácana como en pasadas versiones que traicionaron el 'jogo bonito', Tite ha formado un grupo compacto pero con vocación claramente ofensiva, y lo hizo tras picar piedra ante una Serbia competitiva pero finalmente rendida ante el vendaval del oponente. Pero lo primero que hay que hacer es hablar de Neymar.

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Neymar disputa un balón con Nikola Milenkovic en el estadio Lusail en Lusail (Catar). EFE/ Juanjo Martin

JUANJO MARTIN / EFE

El crack de Brasil inició el calentamiento pre partido con la marca de sus auriculares aún dibujada en la frente. Había entrado a las instalaciones del Lusail Stadium con un artilugio dotado de unas enormes almohadillas de color dorado y con sus iniciales cubriendo sus orejas. Llegó al vestuario bailando, guiado por el sonido envolvente de una banda sonora sambera. El fútbol, vino a decir sin palabras, es para gozarlo, postura esta que se encuentra en las antípodas del jugador estándar argentino, por poner un ejemplo a mano, de gesto dramático ya antes de empezar. La puesta en escena del brasileño fue una señal. En el minuto 13 no metió un gol olímpico porque Savic estuvo muy vivo. Estaba jugón. Y Brasil también.

Tite alineó de salida a Neymar, obviamente, pero por delante le colocó a tres delanteros más: Vinícius por la izquierda, Richarlison por el centro y Raphinha por la derecha. Una apuesta atrevida (bravo por Brasil) que debían compensar Casemiro y Lucas Paquetá como guardaespaldas hiperactivos. Delante estaba Serbia, formada por jugadores de una competitividad innata a los que además no les falta calidad. El punta Aleksandar Mitrovic es un ídolo en su país y Tadic sigue generando peligro en el Ajax. En la contención, tipos duros de pelar con aire paramilitar: Gudelj en el centro del campo, el rapado Pavlovic en uno de los laterales… Serbia no ha venido a Qatar a divertirse, ha venido a pelear.

Jugón

Llegó Neymar al estadio bailando con sus auriculares, pero salió cojeando tras sufrir un esguince en el tobillo derecho

El primer disparo de Brasil, intento olímpico de Neymar aparte, lo firmó Casemiro desde fuera del área, como diciéndole a los serbios que con atar a los de delante no tendrían suficiente. Blocó Savic. El guardameta serbio volvió a tener faena en un balón profundo al que Vinícius no llegó porque se le interpuso un guante y, poco después, atajó un disparo tibio de Raphinha con Brasil cada vez más creativa, después de una maravillosa pared con Paquetá. Se llegó al descanso con la sensación de haber visto una buena primera parte pese a la falta de goles. Muy intensa. Que se lo pregunten a Neymar, que recibió bastantes golpes y recorrió 5 kilómetros y medio en 45 minutos. Mucho para un mediapunta.

En la reanudación el guion siguió por el mismo camino, con Brasil dominando y atacando. Con apenas unos segundos disputados lo intentó Raphinha, que todo lo hizo bien en el partido pero se encalló en la definición, es decir, no lo hizo tan bien. La dureza de los serbios se acentuó, con una entrada de Gudelj de esas inevitables (faltas tácticas se les llama ahora; una contundente segada de toda la vida para entendernos) para frenar a Neymar en el balcón del área cuando se colaba como un cohete.

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Brasil acentuó el abordaje aculando a Serbia y obligándole ya a un ejercicio puramente defensivo. Neymar estuvo a punto de agrietarlo con un remate con la zurda, tras servicio de un veloz Vinícus, que se fue fuera. El agotamiento llevó a Stoikovic, su entrenador, a sentar a un Gudelj reventado a falta aún de media hora. Entró Zivkovic en el relevo. La respuesta de Brasil fue la insistencia: lanzamiento lejano al poste del lateral zurdo Alex Sandro. En Brasil prácticamente ya todos buscaban el gol.

Resistencia

Serbia se vio obligada a realizar un ejercicio estrictamente defensivo pero acabó agotada y rendida

Lo materializó finalmente Richarlison, aunque el mérito fue más de Neymar, que fue superando serbios hasta que Vinícius conectó un balón que Savic rechazó pero Richarlison husmeó para fusilar en el área pequeña. La celebración del gol fue un espectáculo. Todos los jugadores, incluidos los suplentes, se fueron hacia el córner formando una piña bailonga muy descriptiva: diversión y unidad.

Pero lo mejor del partido estaba aún por llegar. Y aquí Richarlison, hasta ese momento poco participativo y teórico punto débil del ataque (menos mal), tuvo todo el mérito del mundo. Recibió un pase por la izquierda a media altura de Vinícius, controló el balón y, mediante una mediavuelta estética y demoledora, reventó la red. Un golazo como broche perfecto de la primera actuación de una Brasil que refuerza su candidatura. Su única preocupación, ver a Neymar retirándose lesionado tras sufrir un esguince en el tobillo derecho, cuya gravedad se conocerá en las próximas 24 horas tras los estudios médicos. "Confiamos en que podrá seguir jugando", dijo Tite, el técnico brasileño, tras conocerse la noticia.

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