Y un influencer vio la luz

Vuelta y Vuelta

“El futbolista depende del periodista; debería tratarle mejor”, dice Iker Ruiz del Barco; publica ‘La vuelta al fútbol en 80 historias’

Entrevista a Iker Ruiz del Barco, escritor, para Vuelta y Vuelta

Iker Ruiz del Barco, días atrás, en el estudio de fotografía y vídeo de ‘La Vanguardia’ 

Xavi Júrio

Sócrates murió envenenado; Roberto Baggio murió de pie

Anónimo

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Iker Ruiz del Barco (24) me pregunta:

–¿A usted le cae bien Iñaki Williams?

Y yo sonrío.

Pues pensar en Iñaki Williams me despierta una sonrisa.

Hace muy poquitos días, mi hija Julia me propuso abrir Netflix para ver Los Williams. La historia es tan dura como simpática, y los dos en el sofá echamos unas risas viendo cómo Iñaki y Nico Williams, hermanos y vacilones, se trataban como hermanos: se vacilaban.

–¡A todo el mundo le cae bien Iñaki Williams! –le respondo.

–Claro que sí: porque es abierto, se relaja y vacila. Serás del Madrid, el Barça o el Cartagena, pero Iñaki Williams te caerá bien. Y lo mismo pasa con Joaquín. Ya hemos visto qué bien trata a los aficionados. Al futbolista se le tiene que meter en la cabeza que la vida no es solo fútbol, sino ser un buen ser humano. Si no lo es, no se ganará a la gente. Si un futbolista no da ejemplo a la sociedad, nunca le dedicaré un vídeo.

Iker Ruiz del Barco, en el estudio de 'La Vanguardia'

Iker Ruiz del Barco, en el estudio de 'La Vanguardia'

Xavi Júrio

Y la amenaza es importante: sumadas sus distintas plataformas digitales, Iker Ruiz del Barco supera los diez millones de seguidores; si usted quiere comprobarlo, vaya a la cuenta @elefutbol.

En TikTok, arrasa.

(La historia de los Williams también aparece en La vuelta al fútbol en 80 historias, de Planeta, la creación de Iker Ruiz del Barco que ya lleva unas semanas exhibiéndose en librerías físicas y digitales, buen regalo navideño, por cierto).

Iñaki Williams es abierto, se relaja y vacila. ¿Cómo no nos va a caer bien? Y lo mismo pasa con Joaquín”

Iker Ruiz del BarcoEscritor y analista de fútbol

–¿Quiere que le ponga un ejemplo? –me pregunta ahora.

–Adelante...

–Hotel El Embarcadero, en Las Arenas de Bilbao. De esto hace once o doce años. Sentado a la mesa está Marcelo Bielsa, entonces entrenador del Athletic. Mi hermano Xabi tiene cinco años y es un friki del fútbol, como yo. Xabi se acerca a Bielsa y le sugiere un cambio en el once. Bielsa coge al niño, lo trae a nuestra mesa y dice a nuestros padres: ‘Tienen ustedes a un genio’. Agarra una servilleta y escribe: ‘Para mi amigo Xabi, de un admirador’. ¡No sabe la imagen que nos quedó de él! Esas experiencias te marcan. Por eso, si un niño viene a hablarme de fútbol, siempre me detengo y le pregunto de qué equipo es.

–Pues hoy en día, ningún futbolista de élite se detiene a hablar con un periodista...

–No son capaces de entender que le verán la cara al periodista hasta que se retiren. Yo me he ido ganando a los futbolistas a través de las redes sociales. Siempre supe que, como periodista, nunca conseguiría conectar. Ahora son más majos conmigo porque nunca me meto con nadie, pero es una pena que un periodista joven, que arranca ilusionado, reciba tantos desplantes. Fíjese en Tchouaméni. Hace unos días, saliendo de Valdebebas, se comió un cono con el coche porque quería irse muy rápido esquivando a quienes le esperaban. Se ha perdido la conexión espectador-jugador. Entiendo a quienes hablan del odio eterno al fútbol moderno. En los 80 y los 90, los dioses estaban conectados. Ahora están simplemente endiosados.

–Cuando usted era niño no era así, ¿no?

–Cómo añoro aquellos inicios. Durante cuarenta años, mi padre, Jesús María, llevaba un bar en Sestao. El Rompeolas. Mi padre era futbolero y en el bar emitía la jornada entera, y también la argentina o la brasileña. La clientela se pasaba la tarde viendo al Athletic, al Barça o al Madrid. Y luego, al River o al Botafogo. Y yo me quedaba hasta la una de la noche, maravillado con los cánticos de aquellas gentes, mientras mi padre me hablaba de Yashin, Eusebio y Di Stéfano, o me ponía un CD con emisiones de De la Morena y el vídeo de la mítica volea de Zidane, con el Madrid, al Bayer Leverkusen... Pero a mí me interesa todo, ¿eh? Pienso en abrir un canal en TikTok con mi madre, María Jesús (¡se llama como el padre pero al revés!), para tratar sobre arte. Ella lleva años hablándome de Ofelia y de los pintores prerrafaelitas.

–Le pregunto a lo Broncano: ¿Dinero en el banco?

–No se equivoque. Vemos a alguien con 100.000 seguidores y creemos que es rico, cuando es mileurista o ni eso. Yo tenía dos millones de seguidores en TikTok y apenas monetizaba. En el 2023 decidí firmar con Mugan Agency: Asier y Esteban movieron mi imagen con una transparencia total. Me lancé. Ahora vamos bien.

(A su lado, Esteban, el agente, sonríe).

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