En un derbi pueden saltar, y saltan chispas. Son partidos calientes en los que puede ocurrir de todo. Pero lo que sucedió en Stamford Bridge, con los entrenadores del Chelsea y el Tottenham de por medio, sólo puede calificarse de vergonzoso. En un partido de alto voltaje Thomas Tuchel y Antonio Conte dieron una lección de cómo no se deben comportar en un banquillo. De todo menos ejemplar. El encuentro terminó 2-2 tras un gol en el minuto 96 de Harry Kane para los Spurs, pero antes y después de este tanto sobre el alambre los técnicos jugaron su propio partido, como si se tratara de dos gallos de pelea. Se enzarzaron en dos ocasiones y tras el pitido final ambos vieron la tarjeta roja. Un justo castigo.
Por un lado el italiano Conte, técnico pasional donde los haya y antiguo entrenador del Chelsea. En el otro Tuchel, que tampoco es frío precisamente. Se dirimía uno de los derbis de Londres de más rivalidad, junto con los Arsenal-Tottenham y los Arsenal-Chelsea, y el partido se las traía.
Al final el alemán le dijo al italiano que le mirara a los ojos al darse la mano y Conte se envalentonó
Ya camino del descanso Tuchel se dirigió al borde del área técnica de su rival aplaudiendo ostensiblemente y buscando a Conte con la mirada. Pero lo más bochornoso estaba por llegar. Koulibaly había avanzado al Chelsea en la primera mitad pero en el 68 empató Hojbjerg, con polémica. Por una posible falta previa y porque Richarlison se encontraba en posición de fuera de juego posicional, en la trayectoria del balón. Conte fue corriendo a festejar hacia la zona de Tuchel, que hizo el camino contrario para protestar. De tal forma que colisionaron con el pecho y ya se armó un primer gran tumulto en las bandas. De resultas de esta acción ambos técnicos ya vieron la amarilla.
Primera bronca, tras el 1-1 del Tottenham
El encuentro siguió de manera vibrante y el Chelsea se adelantó de nuevo con tanto de James (77). Explosión de euforia de Tuchel, que protagonizó una carrera que no se veía en el Bridge desde que Guardiola celebró el milagroso tanto de Iniesta en el 2009.
Quedaba el último capítulo. Empató Kane en el 96 en un córner poco después de que en otro saque de esquina Cucurella sufriera un tirón del pelo ostensible de Romero. Ni el colegiado lo señaló ni el VAR intervino. Venía por lo tanto Tuchel caliente. El alemán y el italiano se dieron la mano pero entonces Tuchel no se la soltó al interpretar que Conte le estaba despreciando. “Mírame a los ojos”, le dijo el del Chelsea al del Tottenham. El transalpino se envalentonó y se formó de nuevo una melé descomunal. Expulsados y habrá que ver cómo les sanciona la Premier.
“Pienso que cuando tú das la mano miras a la otra persona a los ojos. Él tiene una opinión diferente, pero es como si dos jugadores lucharan en el campo y ninguno saliera lesionado. Nosotros luchamos por nuestros equipos”, afirmó Tuchel. “Si yo veo agresividad respondo con agresividad. El colegiado me expulsó porque no entendió la dinámica de lo que ocurrió pero no pasa nada. Lo acepto”, contestó Conte. Y tan panchos.