Messi y Pochettino, tenéis trabajo por delante en el PSG
PSG, 2 - Lyon, 1
Pese a alinear simultáneamente al astro argentino, a Neymar, a Mbappé y a Di María, el PSG manifiesta carencias colectivas y pasa un mal rato ante el Lyon
Messi, contrariado, abandona el terreno de juego tras verse sustituido por Hakimi (76)
Tiene trabajo por delante el PSG, moderna amalgama de galácticos que juegan desperdigados, sin orden ni concierto, rotos por la mitad, un despilfarro en el fútbol que corre.
Messi, Neymar, Mbappé y Di María son una maravilla con el balón en los pies, pero también un suplicio para su técnico, en este caso Mauricio Pochettino, cuando toca arremangarse y trabajar en defensa. Aunque el PSG acabara adjudicándose el partido (2-1), el Lyon de Shaqiri, Slimani y Paquetá le ha hecho un retrato este domingo, en el día del debut de Messi en el Parque de los Príncipes.
Falta de criterio
Le cuesta entenderse a la moderna galaxia del PSG, aunque sus desajustes son peccata minuta en la Ligue 1
Un aroma vintage envuelve al PSG, conjunto que juega a golpes, a ramalazos, destellos que ofrece Messi (a solas), Neymar (a solas), Mbappé (a solas), salpicados de esporádicas combinaciones entre ellos mismos.
Le cuesta entenderse a todos estos fenómenos –los hay en el campo y en la zona VIP del Parque de los Príncipes, donde se asomaban Raí, Juninho Pernambucano y Leonardo–, aunque esos desajustes, suerte para ellos, son peccata minuta en la Ligue 1, competición atestada de conjuntos de medio pelo.
Sin enormes alardes, el Lyon le complicaba la vida al PSG, siempre espeso y, en apariencia, ya Messidependiente.
Ofensas
Neymar le iba a negar el lanzamiento de penalti a Messi y Pochettino suplía al argentino en el minuto 76
Todo el peligro del PSG lo elaboraba Messi, deriva que nos lleva al Barça de los últimos años.
Este domingo, buena parte del poder ofensivo del PSG se resumía en las tres acciones que el astro argentino había firmado en el primer tiempo (entre ellas, un disparo de falta a la cruceta de la portería de Anthony Lopes), muy poquita cosa para un conjunto del que se espera tanto.
No mucho más aportaría el resto del PSG, acaso algunas acciones aisladas de Neymar, gestiones en solitario de desenlace intrascendente salvo en el penalti que le arrancaría, como un sacamuelas, a Malo Gusto (66).
Neymar, de penalti, firma el gol del empate, este domingo en el Parque de los Príncipes
Lo que vendría a continuación iba a ser la primera ofensa que Messi sufría anoche: Neymar iba a agarrar la pelota para ejecutar la pena y firmar el empate.
La segunda ofensa iba a llegar diez minutos más tarde, cuando Pochettino sustituía al astro argentino para dar entrada a Achraf Hakimi.
Aunque Messi ya no tiraba del hilo, iba a tomarse mal su marcha: se iba de muy mala gana, negándole el saludo a Pochettino –no es Valverde ni Setién–, que ya sabe con quién se la está jugando.
A esas alturas ya no le quedaba fondo de armario al Lyon, ordenado pero encogido, que había visto cómo se le volatilizaba la ventaja que le había ofrecido el gol de Paquetá (54), y que ahora debía soportar las acometidas desesperadas de Hakimi e Icardi, inesperado autor del gol del triunfo local en el descuento (93).
El PSG lleva seis victorias en seis partidos en la Ligue 1, pero nada le garantiza semejante paseo triunfal por Europa, donde le esperan rivales con cara, ojos y criterio.
Nadie le va a regalar nada a Pochettino.
Y por lo visto, sus hombres tampoco.