El City, en cuartos por aplastamiento

Era seguramente la eliminatoria más desigual cuando se sorteó en diciembre pero las diferencias, lejos de acortarse, se fueron agrandando a medida que se fue acercando los partidos. El bache del Schalke pasó a convertirse en crisis mientras que la máquina del Manchester City se acercaba a sonar como esa sinfonía de equipo que juega de memoria cuando se gusta. El duelo cayó por su propio peso del lado inglés. El 2-1 con el que los alemanes se fueron al descanso en Gelsenkirchen fue un espejismo. Los citizens están en el sorteo de cuartos por aplastamiento.

Nada tiene que ver un portero que ha perdido la confianza y hasta la titularidad, como Fährmann, con un goleador de los que cuando coge la racha es imparable como el Kun Agüero. El argentino, aunque Scaloni no lo llame con la albiceleste, es letal dentro del área y esta temporada ha marcado en cinco competiciones distintas esta temporada.

Sané, exjugador del Schalke y que ya marcó en la ida, hizo el 3-0 y repartió tres asistencias

Poco puede hacer un entrenador discutido como Domenico Tedesco, cuyo futuro en el club minero es azuloscurocasinegro, con un técnico consolidado y muy laureado en un proyecto como el del City. Guardiola es plenipotenciario, sus jugadores le siguen a ciegas y tiene a su equipo en forma, ha recuperado el liderato en la liga y ahora, en su tercera campaña, quiere hacer el asalto a la Champions, título que no gana desde 2011.

El resultado es que el equipo más realizador de la Premier le hizo un siete a un conjunto que llevaba encajados 11 goles en las últimas tres jornadas en la Bundesliga. No hubo espacio para la sorpresas propias de esta Champions. No hubo relajación en el bando favorito. Apretó el acelerador y no paró hasta el final porque dos de los sustitutos, Foden y Gabriel Jesus, marcaron el sexto y el séptimo de la noche en el Etihad.

El Schalke fue un juguete roto en los pies del City. Guardiola dio una lección maestra de cómo se ataca una defensa de tres centrales. Esa que históricamente tantas veces se le ha atascado al Barcelona o a la selección española. El City abrió el campo de par en par situando a Sterling y Sané pegados a la línea de cal. Pero no quietos, sino que los dos extremos no pararon de tirar desmarques en el espacio que dejaban entre el central y el carrilero.

En el centro del campo, el técnico de Santpedor situó a tres jugadores pequeñitos, recordando a los tiempos en los que el Barça jugaba con Iniesta, Xavi y Deco, que tienen calidad para regalar como Gündogan, Bernardo Silva y David Silva para abastecer a sus alas. Y si no eran ellos estaba Zinchenko en el lateral izquierdo para poner pases milimétricos.

El City es el tercer equipo de la Premier en cuartos

El inicio del partido fue un anticipo de lo que iba a ser. Sterling se coló por la banda hasta la cocina, centró y Agüero remató a la madera. El Kun falló una pero no dos. Sobre todo porque fue desde los 11 metros por un ostentoso penalti de Bruma a Bernardo Silva cuando el portugués difícilmente llegaba al remate. Agüero batió a Fährmann a lo Panenka.

Cuando cayó el primero, fue un no parar. A renglón siguiente, Gündogan lanzó en profundidad a Sterling, que se encontró con una autopista y con mucha facilidad asistió de tacón para Agüero, que le coló el balón por debajo de las piernas al gigante portero germano.

Pero no hay peor veneno que el conocido. Y Sané, que ya marcó en la ida un golazo de falta, hizo el tercero y ajustició a su exequipo antes del descanso. Eso sí, por respeto no lo celebro.

El colmo de cómo se abre y se cierran las bandas como un acordeón fue el cuarto de la noche cuando Sané centró desde la izquierda para que rematase a gol el otro extremo, Sterling, desde la derecha. Además Sané le sirvió en bandeja el quinto a Bernardo Silva y el sexto a Foden.

El City es el tercer equipo de la Premier en cuartos (falta saber si el Liverpool hace el pleno) mientras que al Barça le toca defender el orgullo de la Liga.