Adiós al capitán eterno
Francesco Totti
Francesco Totti se despide este domingo de la Roma, el amor de su vida, 25 temporadas después
Nada es para siempre, ni siquiera en la città eterna. Incluso las historias de amor más bonitas se acaban. Ha llegado el momento de que la Roma diga adiós a Francesco Totti, mito y emblema del club italiano desde hace 25 temporadas. Esta tarde contra el Génova (18.00 horas), por última vez vestirá la camiseta giallorossa.
Ha llovido mucho desde aquel 28 de marzo de 1993 en el que un joven de 16 años debutara en Brescia con el equipo romano. Para que el lector se haga una idea: todavía no existía la serie Friends ni habían nacido 551 jugadores que esta temporada han disputado la Serie A. Nadie en aquel momento, ni el tifoso más fanático e iluso, podía imaginar que ese adolescente imberbe se convertiría en el mejor jugador de todos los tiempos de su equipo y que jamás les abandonaría.
Debut en 1993
Ni el ‘tifoso’ más fanático e iluso podía imaginar que ese adolescente imberbe se convertiría en el mejor jugador de la historia de la Roma y que jamás les abandonaría
Totti renunció, por amor a unos colores, a una carrera plagada de éxitos. Pero en el fútbol, como en la vida, existen cosas más importantes que el dinero y la fama. El reconocimiento de los suyos y convertirse en un jugador irrepetible no tiene precio para este romanista de cuna. “Un Scudetto en Roma equivale a diez en cualquier otro equipo de Italia”, decía hace unos años sobre el que sin duda ha sido su título más especial -sin olvidar el Mundial 2006-. Además del campeonato liguero, dos copas italianas y la Bota de Oro lograda en 2007 son sus logros cuantitativos más destacados.
Romano de pura cepa, ni el intento de seducción de ‘grandes’ como el Milan o el Real Madrid le hicieron parpadear. Il Capitano se debe al pueblo romano, su pueblo, con el que celebró como uno más el título de liga de 2001 y con el que lloró desconsolado tras perder la final de Coppa contra la Lazio en 2013. El recuerdo que tuvieron los ultras hacia su enemigo íntimo hace unas semanas dice mucho de la inmensidad del ‘10’ romanista en un ciudad donde sólo el Papa puede hacerle sombra. Sin duda, el emperador de los tiempos modernos.
Totti nunca ha escondido el hincha que lleva dentro, un auténtico representante de la Curva Sud en el campo. Profesional de la cabeza a los pies, siempre ha defendido con lealtad y honor los colores un club que en los últimos meses ha recibido críticas por parte de varios sectores romanistas, que han considerado que no ha estado a la altura para despedir al más grande de la Roma y uno de los mejores jugadores italianos de las últimas décadas.
Spalletti le ha dado muy poco protagonismo este año, pero aun así no fue hasta hace unos días que Totti no hizo oficial su marcha. No quería descentrar ni al equipo ni al entorno. Sólo se pronunció una vez ya no había opción de ganar ningún título, ejemplo de discreción pese a su magnitud. Ante los genoveses , queda en juego nada más y nada menos que asegurar la segunda plaza que da acceso a la Champions, por lo que difícilmente jugará de inicio.
Totti priorizó el reconocimiento de los suyos a una carrera plagada de éxitos lejos de Roma
A sus 40 años y sin todavía haber confirmado qué hará a partir del lunes, Totti cerrará su historia con la Roma sobre el césped 8.827 días después de su debut. Casi un tercio de la vida del club ha contado con su presencia desde su llegada a las categorías inferiores en 1989 cuando tenía 13 años. Lo suyo son récords uno detrás de otro: 784 partidos, 307 goles (250 en Serie A, el segundo máximo anotador de la historia tras Piola), un cuarto de siglo defendiendo una camiseta (sólo igualado con Maldini) o el hecho de ser el jugador más veterano en marcar en Champions son algunos ejemplos.
En el selecto grupo de los One Club Men en los que acompaña ya a los Puyol, Maldini, Giggs o Gerrard, seguro que estos no tendrán ningún reparo en darle el brazalete de capitán. A diferencia de ellos, Totti no ha podido saborear la miel del triunfo en tantas ocasiones. Pero su dedicación a su club y a su ciudad que le tiene enamorado le otorgará una categoría divina para siempre en la capital italiana. 65.000 almas se dejarán la voz y expresarán su gratitud en el Olímpico en su último partido. Porque Francesco Totti es la Roma.