De Cruyff a Flick : Viaje a las raíces del estilo actual del Barça

Un Barça divertido

Algunas ideas radicales del fútbol del técnico holandés perviven en el Barça actual tal y como explican a La Vanguardia Guillermo Amor, Bakero y Eusebio Sacristán

A la izquierda, Johan Cruyff, derecha, hansi flick fc barcelona entrenadores

A la izquierda, Johan Cruyff; a la derecha, Hansi Flick

LV

Decía Johan Cruyff que prefería que su Barça ganara 5 a 4 que 1 a 0. Arriesgando. Con un juego desinhibido y divertido. Como el que busca Hansi Flick. “Sí, me gusta mucho esa idea. Aunque contra el Valencia no queríamos encajar ningún gol”, advirtió el alemán, siempre en busca de la perfección. “Pero he disfrutado con la ambición del equipo”, admitió con una sonrisa.

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En el manual cruyffista también había otras cuestiones defensivas que Flick aplica en su Barça. Por ejemplo, conceder metros al contrincante a la espalda de una defensa muy atrevida. “Es que, al final, el ataque siempre es la mejor defensa. La de Flick suele ser una defensa de cuatro. La nuestra era de tres”, recuerda a La Vanguardia Jose Mari Bakero, capitán de aquel dream team que con los años lograría la primera Copa de Europa de la historia del Barça en Wembley en 1992. Un centrocampista con llegada, intenso, que presionaba al rival y que buscaba conectar con los delanteros.

Atacar siempre es la mejor defensa. Es lo que hacía Cruyff y ahora también Flick”

Jose Mari Bakero

“A mí este Barça me divierte mucho”, añade Eusebio Sacristán, otro de los integrantes de aquel Barça de Cruyff que, sobre todo en su primer año, el más transformador, ha marcado la filosofía de Flick. “Igual que hacía Johan, Flick pretende manejar y dominar el balón desde atrás. Desde la portería. Se ataca desde el primer pase. El de Flick es quizás mediante un fútbol más rápido, pero la filosofía es la misma. El centrocampista tiene que triangular, pensar y buscar al hombre libre. Como hacen Pedri o Casadó”, recalca.

“Y luego en el Barça de Flick hay mucha gente de casa con hambre y con ganas de marcar una época. A Johan también le gustaba apostar por la Masia. En el primer año de Cruyff estaban Milla, Roura, Chapi Ferrer, Guardiola y yo”, añade Guillermo Amor, otro de los símbolos de la Masia y de aquel Barça que nació tras la final de Sevilla fallida y el motín del Hesperia. “Luego fueron apareciendo más canteranos porque también estaba Rexach insistiendo. Flick está demostrando que es de esa cuerda. Igual no lo esperábamos porque es de fuera, pero lo está haciendo”, sentencia Amor.

Igual que hacía Johan, Flick pretende dominar el juego desde el primer pase”

Eusebio Sacristán

Cruyff logró que el optimismo y la mentalidad ganadora se apoderaran del vestuario y del entorno culé. Como ahora Flick, que ha logrado que el equipo recupere la autoestima. Sobre todo en Europa, terreno delicado para el Barcelona, que lleva nueve años sin llegar a una final de la Champions. “El Barça juega para ganar. Y para ganar, hay que arriesgar. Eso es lo que hacía Johan. Y es verdad que con Flick se arriesga mucho con una defensa que tira la línea alta y con un riesgo de que el rival caiga en fuera de juego importante. Pero, al final, si tú eres defensa y dispones de la pelota y buscas, en primera instancia, la referencia del nueve, puedes progresar. Al final es buscar al tercer hombre, simplemente que en ese momento todavía no lo decíamos así”, analiza Amor.

“Y es verdad que Flick en Lisboa, cuando iban perdiendo 4-2 ante el Benfica, decidió cambiar el esquema con un tipo de ataque mucho más decidido y arriesgado similar al de nuestra época. Un 3-4-3 que le salió muy bien ”, recuerda Eusebio. “Pienso que lo que muestra Flick con este tipo de cambios, más allá de beneficiar el juego, es querer que todos los futbolistas se sientan preparados para jugar, que eso también es muy Cruyff”, añade Amor. Y Bakero puntualiza que “esta manera de defender, de entrada, puede parecer que te hace más vulnerable. Pero en realidad son atributos tácticos que conceden al equipo una fuerte personalidad y más posibilidades de ganar. Johan siempre nos decía que si defendías bien, atacabas bien y, por lo tanto, tenías más opciones de ganar. Y, aunque encajábamos goles, marcábamos más. Eso pasó en Lisboa”.

Flick, como hacía Cruyff, también apuesta por tener muchos canteranos”

Guillermo Amor

Más allá de la defensa, también está la sala de máquinas. El centro del campo que forman Casadó, Pedri y un tercer centrocampista que enlaza con el ataque barcelonista, como pueden ser Dani Olmo, Gavi o Fermín. “Ese triángulo también nos venía muy bien a jugadores como yo o Guardiola, que no eramos ni rápidos ni fuertes, pero que teníamos visión. Eso se ve en este Barça también con Casadó, Pedri y quien esté en la mediapunta. A mí Casadó me gusta muchísimo. Ya le seguía en el filial. Ha mejorado, es incansable. Se escapa de la presión rival, gestiona el tiempo del partido, da pases con intención y regala ventajas al compañero. Conecta de forma que la siguiente acción ya casi esté escrita a partir del pase”, describe Eusebio. “Y en el centro del campo se busca una circulación rápida de balón. Aunque en nuestra época era más posicional y ahora tienen mucha más libertad de movimientos”, matiza Guillermo Amor.

Para Eusebio hay una última clave que ambos entrenadores comparten. “Hay momentos en los que el centro del campo cuenta con cuatro futbolistas. Porque hay un atacante que baja a presionar y conecta con el pivote. Eso hace que el Barcelona domine el relato”, insiste. “En nuestra época eran Stoichkov o Goikoetxea quienes bajaban a presionar. Ahora tienes a Lamine Yamal y a Raphinha, que conectan mucho con los laterales”.

“Como todo, hay riesgos”, advierte Amor. “El Benfica, por ejemplo, había estudiado muy bien al Barça y aplicó varios centros largos desde las bandas. El Barça sufrió. Pero igual que pasaba con Johan, la gente disfrutó con ese fútbol alegre que ataca y que imprime un ritmo de juego alto. Al final, como decía Johan, sales, disfrutas y diviertes. Que es de lo que se trata”, sentencia.

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