El debate de la portería

Por la escuadra

El debate de la portería
Director de Mundo Deportivo

Da la sensación de que el técnico del FC Barcelona, Hansi Flick, ha cerrado el debate sobre la portería blaugrana. La lesión de Ter Stegen llevó a fichar al meta polaco Wojciech Szczesny (el nombre de portero más difícil de escribir de la historia del Barça), un veterano (34 años) que se había retirado después de estar, entre otros, siete años en el Juventus italiano. Comenzó a jugar Iñaki Peña (25 años) pero Flick ha acabado confiando más en el polaco, que debutó el pasado fin de semana en la Liga.

Fue una sorpresa. Tek, como le llaman y habría que animar a seguir llamándolo, cometió errores contra el Madrid en la final de la Supercopa y frente al Benfica, aunque en el estadio portugués acabara con dos grandes intervenciones. Parecía una invitación al regreso de Iñaki Peña. Pero el entrenador germano optó por mantener a Tek, que pertenece a esa especie de porteros grandes (mide 1,95m y pesa 90 kilos) que se han puesto de moda. Iñaki Peña mide 1,85m y pesa 78 kilos.

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El meta polaco es evidente que posee más experiencia. Lo demostró contra el Benfica cuando tras un par de errores fue capaz de superarse y evitar la derrota blaugrana en un mano a mano con Di María. Pero no se encuentra cómodo en las salidas. Tampoco lo estaba Peña, pero mejoró notablemente. No es una cuestión de meritocracia. Iñaki no ha fallado para desocupar el banquillo. Es una cuestión conceptual. El exmeta del Madrid y del Valencia Santiago Cañizares cree que la decisión no es a corto plazo, sino pensando en el medio y largo: Flick ha decidido que Tek es mejor y quiere que esté rodado cuando se jueguen los títulos.

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Los porteros del FC Barcelona Iñaki Peña y Wojciech Szczesny durante un entrenamiento reciente

Alberto Estevez / EFE

Hay quien atribuye la decisión a la necesidad de incorporar veteranía a un equipo muy joven. Y hasta existe la teoría, repleta de optimismo y con un punto de humor, de que cuando los jugadores saben que juega Tek se muestran más concentrados en defensa. La respuesta de Flick llega a adentrarse en el mundo de la superstición: juega porque el equipo gana, pero en el fondo, el entrenador germano dejó muy claro que se optó por el meta polaco con la opinión unánime del cuerpo técnico. No fue una medida temporal ni caprichosa.

Flick está gestionando con mano izquierda el vestuario y da la sensación de ser un técnico que no se casa con nadie, por lo que tampoco puede cerrarse la puerta a volver a ver a Iñaki debajo de los palos, aunque no sea con la asiduidad con la que el meta de la cantera blaugrana quisiera. Tek está acostumbrado a jugar en equipos muy defensivos (Juventus) y ahora está haciendo un esfuerzo para integrarse en uno que tiene a su defensa a 45 metros. Y le pone entusiasmo, aunque no siempre acierto.

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