“Chooolo, Chooolo”

Un mito

Rinus Michels era el entrenador del Barcelona en 1973 cuando se abrieron, por fin, las fronteras a los extranjeros. El técnico neerlandés, poco dado a incorporar futbolistas sudamericanos, viajó personalmente a Perú, acompañado de Josep Maria Minguella, para estudiar posibles fichajes. De hecho, la primera opción era Teófilo Cubillas, pero también vieron en acción a Sotil, y Michels pensó, acertadamente, que el estilo de juego y la planta del Cholo (alrededor de 1,70 metros, piernas robustas, un tipo difícil de derribar) se adaptaría mejor a la dureza de las defensas de la Liga española.

Cuando Sotil aterrizó en Barcelona, el 13 de junio de 1973, se dijo que contaba 24 años, pero en realidad eran tres más. A Minguella le impresionaron los callos que tenía en los pies, de andar descalzo. Y a sus acompañantes al sastre, para tomarle las medidas del uniforme de calle del club, les sorprendió comprobar que usaba una especie de taparrabos como ropa interior. Pero sobre el césped, que es lo que contaba, Sotil tuvo un éxito inmediato y una adaptación fulgurante.

Su debut en el Gamper de 1973 fue glorioso y al marcar un gol de bandera afloraron los pañuelos. Sorprendido, preguntó qué pasaba y le dijeron: “Es por tu gol, Cholo, por tu gol”. Pronto el Camp Nou cantaría a coro: “Chooolo, Chooolo...”

La historia reunió a Cruyff, Sotil y Neeskens. Los tres nos han dejado ya y el barcelonismo los llora

Sotil cautivó al barcelonismo. Era hábil, rápido, rematador certero, valiente... y humilde fuera del campo. Aunque llevaba el 10 a la espalda (entonces los dorsales aún indicaban la posición sobre el terreno), jugaba en punta y se metía en el área sin miedo. Al propio Cruyff tuvieron que explicarle sus compañeros que era más juicioso que él no se prodigara en la zona crítica del campo, que podía salir malparado.

El equilibrio entre los dos extranjeros del Barça fue perfecto y además contó con la ventaja mediática y anímica de eclipsar ampliamente a la pareja elegida por el Real Madrid: el alemán Günter Netzer y el argentino Óscar Pinino Mas no dieron la talla.

Fue una temporada redonda para el Barça. El título de Liga , el 0-5 en el Bernabeu... Sotil jugó los 34 partidos de Liga, marcó 11 goles y nunca se metió en líos, apenas vio una tarjeta amarilla.

Luego llegó el otro Sotil. El Barcelona fichó a Neeskens y preparó la nacionalización del crack peruano. Era cosa de semanas, se dijo, pero tardó un año. Y cuando Sotil regresó al campo era otro, afectado por la inactividad y viciado en la vida nocturna de Barcelona que le abrió las puertas. La historia reunió de una forma u otra a Cruyff, Sotil y Neeskens. Los tres nos han dejado ya y el barcelonismo los llora.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...