Resultados

Loading...

La servilleta con la que el Barça fichó a Messi se vende por 887.000 euros

Documento icónico

La servilleta que sirvió de primer acuerdo oficioso de Messi en el FC Barcelona y cambió la historia del club  

REDACCIÓN / Otras Fuentes

Un total de 964.450 dólares, al cambio algo más de 887.000 euros, es el precio que finalmente se ha pagado por la famosa servilleta de papel que sirvió como primer contrato de Leo Messi con el FC Barcelona, firmada por el que sería un crack en el año 2000, cuando solo tenía 13 años.

La primera imagen de Messi en Barcelona de que se tiene constancia, en el hotel Catalonia, con la plaza Espanya detrás

J.M. MINGUELLA

La pieza de museo, subastada por la prestigiosa firma inglesa Bonham's, tenía un precio de salida de 300.000 libras, unos 350.000 euros. Es decir, que se ha triplicado el precio pagado.

El codiciado objeto, que permanecía guardado en una caja fuerte en Andorra durante más de 20 años, había sido ofrecido en nombre de Horacio Gaggioli, el intermediario que firmó el acuerdo con Carles Rexach, entonces secretario técnico del Barça, y con el representante Josep Maria Minguella, según Bonham's.

Finalmente, en la subasta celebrada en Bond Street, la servilleta más cara y famosa del mundo obtuvo una sola oferta de 275.000 dólares hasta a falta de 30 minutos, cuando recibió un bombardeo de pujas, superando la estimación alta de 630.000 dólares. El icónico documentó entró entonces en una subasta extendida en la que se alcanzó la cifra final de 964.450 dólares (incluyendo la prima del comprador), algo más de 887.000 euros.

Un papel que cambió la historia

Carles Rexach escribió de su puño y letra el 14 de diciembre del 2000 el primer contrato que vinculaba a Messi con el Barça

En la servilleta, cuya foto ilustra esta información, se leía el texto escrito en bolígrafo azul por la mano de Carles Rexach: “En Barcelona, a 14 de diciembre del 2000 y en presencia de los Sres. Minguella y Horacio, Carles Rexach, secretario técnico del FC Barcelona, se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas”.

Aquel primer contrato oficioso tenía lugar en el club de tenis Pompeya de Barcelona, durante un almuerzo al que asistieron Rexach, Minguella y Gaggioli. 

El secretario técnico del Barça recibió una llamada “frenética” de un impaciente Jorge Messi, que le comunicó que la oportunidad del Barcelona de fichar a su hijo se acababa. Fue por eso que Rexach pasó a la acción: pidió una servilleta de papel al camarero al no encontrar ningún otro objeto donde escribir, y redactó un contrato improvisado para brindarle a Jorge un mínimo de compromiso con su hijo.

Los detalles de Minguella

El representante relataba en 'La Vanguardia' los entresijos de la llegada de Messi a Barcelona en diciembre del 2000

La historia posterior es de todos conocida: Leo Messi se convertiría en el Barça el mejor jugador de la historia, ganador de 8 Balones de Oro, 4 Champions y 10 Ligas con el Barça, además de un Mundial con Argentina (2022).

De aquel episodio y la llegada de Messi a Barcelona relataba los detalles Josep Maria Minguella en un artículo publicado en La Vanguardia (Conmigo nunca te habrías ido de aquí), en el que el representante escribía cómo era el pequeño crack argentino.

“Aquel Leo de 13 años era un chico tímido, de mirada huidiza –no te miraba a los ojos–, que parecía un poco asustado. Era el tercero de cuatro hermanos, pero ya era el centro de la familia. A pesar de su timidez, conmigo siempre mostró afecto, al ser el agente que le había procurado la entrada en Europa. Iba a verlo jugar y siempre me saludaba dándome dos besos. Por eso teníamos una gran proximidad. 

A veces venía a casa a comer, como cuando montábamos un asado con Riquelme, Motta y los jugadores de aquella época, y él, tímido, se sentaba en una punta comiendo macarrones que le había hecho mi mujer. Al cabo de los años se acordaba de los macarrones de la señora Orquídea”.

Lee también

Conmigo nunca te habrías ido de aquí

Josep Maria Minguella