Javier Enríquez, hijo de José María Enríquez Negreira, envió un mensaje de WhatsApp a varios árbitros del fútbol español en el que se refiere a la polémica con el caso de su padre.
Enríquez lamenta que lo juzgaran de antemano aunque deja clara su buena relación con los colegiados y señala que le duele que algunos salieran "salpicados", en una comunicación a la que tuvo acceso Mundo Deportivo.
La 'carta' inicia con la explicación por la que no se había puesto en contacto antes, y con su opinión de Luis Medina Cantalejo, el actual presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), y de Carlos Clos Gómez, responsable del VAR en España.
"Hasta ahora no he escrito porque viendo la actitud del CTA y de vuestro presidente, sé que os comprometía con ello. Por cierto, que sepas que el mismo día que salió la noticia me puse en contacto con Luis Medina Cantalejo y con Carlos Clos Gómez, para explicar todo lo que yo sabía, intentando esclarecer y ayudar en lo que pudiera. Por supuesto no se atrevió a preguntarme, prefirió el victimismo, y participar en el linchamiento y juicio popular."
Enríquez también destaca en su mensaje la cordial relación que mantiene con los árbitros y las "muestras de respeto, cariño y confianza". "Aunque entre los árbitros hay de todo, y también me siento algo decepcionado, engañado y vacío. Sobre todo por algunos que pensaba que me conocíais bien. Desde el principio habéis sido víctimas del miedo con el que se crece en el arbitraje y me habéis prejuzgado como siempre ha hecho el mundo del fútbol con vosotros, injustamente", sostiene.
Me habéis prejuzgado como siempre ha hecho el mundo del fútbol con vosotros, injustamente"
El hijo de Negreira también aclaró que la razón por la que no ha salido a desmentir nada públicamente es porque no lo considera necesario.
"En tu caso me duele lo que te haya salpicado todo el caso. Imagínate cómo lo estoy viviendo yo... Con respecto a mí y todo lo que nos haya unido puedes estar absolutamente tranquilo y confiado. Es cierto que no he desmentido públicamente la barbaridad de falsedades, suposiciones y necedades que se han publicado, pero confiaba en que para muchos no era necesario hacerlo. También es posible que os hayan hecho confundir informes técnicos con espionaje, o preparación mental con persuasión e influencias corruptas... me parece patético".
Continúa hablando sobre la confidencialidad de su trabajo y se pone a disposición de los árbitros.
"Mi trabajo siempre ha sido confidencial. Nunca he compartido para quién trabajo (jugadores, técnicos, árbitros y/o clubs). Hasta ahora al leer la prensa y escuchar a necios instalar ideas en tu cabeza tenías excusa para pensar mal de mí, ahora yo ya te he dicho algo de verdad, y solo tú pasas a ser responsable de pensar mal. Mi teléfono ha estado siempre y seguirá disponible para los que me importáis, no para la prensa. Pregúntame lo que quieras."
Mi teléfono ha estado siempre y seguirá disponible para los que me importáis, no para la prensa"
Ya al final del mensaje, Enríquez deja entrever una desazón con su padre: "Cuando todo acabe estaré encantado de recibir un mensaje tuyo, no sé si será de afecto, disculpa o qué... pero será bien recibido. Pienso seguir confiando en las personas como he hecho siempre. (En uno en concreto tal vez no confíe, pero eso es un tema familiar). Por cierto, por si todavía no te has dado cuenta "yo tampoco soy Negreira". En los momentos importantes es cuando demostramos quiénes somos".
Javier Enríquez fue recientemente imputado por el juzgado que investiga los pagos del FC Barcelona a su padre José María Enríquez Negreira y se unió a los ya imputados expresidentes del Barça Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, al exdirector ejecutivo del club Oscar Grau y al exdirector de deportes profesionales Albert Soler, además del propio Enríquez Negreira.