El Barça se reivindica y gana al Betis
Betis, 1- Barça, 2
Los blaugrana se sirven de los goles de Raphinha y Lewandowski para cerrar la primera vuelta con 50 puntos
Empeñado en ganar. Necesitado de celebraciones. Sin Dembélé pero con Raphinha y Lewandowski. Sin refuerzos pero con Gavi estrenando su dorsal número 6. Sin extremos pero con los cuatro centrocampistas. En el Benito Villamarín ante un buen Betis el Barcelona logró terminar ni que sea por un día con el debate de cómo dejar de sufrir aunque le tocó sudar hasta el final. Esta vez el Barça de Xavi Hernández, el de La Nueva Era, el líder destacado de la Liga, no ganó 0-1. Se valió de los goles de Raphinha y Lewandowski, ambos algo erráticos pero decisivos. Sus dianas valieron más que un autogol de Koundé en el tramo final y sirven para cerrar la primera vuelta del campeonato con una puntuación soberbia: 50 puntos que permiten soñar con la Liga. Son 16 victorias, dos empates y una sola derrota (3-1 en el Bernabeu). A los blancos, por cierto, el Barça los deja a ocho puntos a expensas de lo que suceda en el Madrid-Valencia.
No fue fácil. El Barça se topó con un Betis con un sentimiento de autoestima elevado a pesar de caer hace pocos días en la Copa y de que no es capaz de ganar al Barcelona en casa desde hace 12 años. Viva el Betis manquepierda es su lema. Sucede que además Pellegrini tenía demasiado presente la semifinal de la Supercopa de España, resuelta en la tanda de penaltis gracias a Ter Stegen.
Algo erráticos pero finalmente eficientes
Los tantos de Raphinha y de Lewandowski permiten al Barça meter máxima presión al Real Madrid
También Xavi desempolvó sus reticencias a situar dos extremos puros. En Riad el partido se convirtió en un correcalles, algo que aprovecharon los mediapuntas verdiblancos. Para ahorrarse el susto, controlar más el balón y de paso vigilar a Fekir y a Borja Iglesias, el técnico apostó de entrada por los cuatro centrocampistas con Busquets controlando a Guido Rodríguez y con Pedri y Gavi sorteando a Carvalho y recibiendo muy cerca del área.
A Raphinha le tocó jugar en el puesto de Dembélé. El extremo brasileño intuyó rápido que estaba en fuera de juego en su primera amenaza. Se fue en velocidad, buscando la espalda a Abner, el nuevo lateral zurdo bético fichado en este mercado de invierno, recortó en la línea de fondo y disparó sin ángulo obligando a intervenir a Rui Silva. Tampoco subió al marcador, justamente anulado, el gol que marcó tras cabecear un gran pase de Frenkie de Jong.
Raphinha también trató de buscar a Lewandowski, algo oxidado tras cumplir tres partidos por sanción. En una salida de córner se la puso bien el brasileño al primer palo pero el cabezazo del polaco se marchó fuera por poco. No tuvo su mejor día el arma secreta goleadora del Barcelona que aún así vio recompensada su vuelta.
Un autogol de Koundé rompe la racha de Ter Stegen, que no encajaba en Liga desde el 31 de diciembre
El Betis también jugaba haciendo gala del juego de ataque. Un Balde desencadenado por su banda izquierda y bien posicionado se convirtió en la peor pesadilla de Fekir y de Luiz Henrique. Fiabilidad también la que transmitía la dupla Araújo y Christensen, implacables en defensa. Y si no llegaban allí estaba Koundé para detener las incursiones de Borja Iglesias, máximo goleador bético, e interceptar un disparo de Canales que entraba solo. Ante semejante muralla la ocasión más clara de los béticos en el primer tiempo fue un remate alto de Carvalho.
La de los blaugrana, en cambio, nació de las botas de Pedri. Este Barça sí que sabe romper líneas para avanzar con el balón, pero el problema sigue radicando en definir mejor el último pase. Al canario, paciente y aportando ese punto de pausa, le sobró un regate. No vio tampoco que Balde estaba solo. Y Rui Silva le paró los pies. Tras el entreacto llegó el primer remate entre los tres palos. La acción fue exquisita. Una gran internada de Balde, pase al interior del área y el zurdazo potente de Pedri. Lo desvió con una sola mano el portero del Betis.
La presión del Barcelona fue aumentando por momentos. Mucho más agresiva. El balón fluía con velocidad. Pero casi todas las jugadas resultaban infructuosas. Sufría Raphinha, obstruido por Abner. También Lewandowski. Xavi, exaltado, les pedía calma y cabeza a sus dos delanteros. Y en esas llegó el gol de la redención del brasileño. Le regalaron la diana dos aceleraciones de Balde hasta la línea de fondo en una jugada iniciada por Frenkie de Jong. Lewandowski quiso unirse a la fiesta reivindicativa. Tocó Araújo de cabeza el córner sacado por Pedri y el polaco anotó su gol 14 en la Liga. La victoria quedó en peligro por el autogol que marcó Koundé y que terminó con la buena racha de Ter Stegen que no encajaba desde el 31 de diciembre.
Reaccionó el Betis. Pero Busquets se encargó de terminar con las ilusiones béticas sacando un balón que iba a rematar Juanmi