Las áreas ya no son tabú en el Barça. El vértigo, tampoco. Si hay que contraatacar se hace, con tres flechas delante, y si hay que defenderse con contundencia, también. La cocina de la medular y el juego reposado también tendrán su protagonismo durante la temporada, ya que siempre fueron el santo y seña de Xavi Hernández, pero lo mejor que puede tener un equipo es distintos pelajes para poder sorprender de formas diferentes. El Barcelona ha ganado en pegada y en seguridad con sus fichajes y ha reencontrado al Ter Stegen salvador de antaño. El balance de once goles a favor y uno en contra en los últimos tres encuentros ofrece una ecuación meridiana de la buena coyuntura blaugrana. Excelente noticia para sus intereses ante la llegada de la Liga de Campeones esta semana.
Ter Stegen, Koundé, Araújo, Eric Garcia y Balde
Una defensa joven y salvadora
Con una media de tres paradas por partido, el Barcelona ha recuperado la mejor versión de un rejuvenecido Ter Stegen. A sus 30 años el alemán disfruta como antaño. Sin temor por sentir ni un ápice de dolor en la rodilla derecha. Al margen de su buena preparación física, Ter Stegen tiene unos buenos aliados en defensa. Es época de cambios. De apostar por quien más lo merezca, criterio que se ha instaurado especialmente en la línea defensiva con Alba y Piqué observando el espectáculo desde el banquillo.
Con Marcos Alonso y Bellerín en la recámara, ninguno de los cuatro defensas titulares supera los 25 años
En esta renovada defensa ha caído de pie Jules Koundé, de 24 años. El polivalente defensa francés ejerce con autoridad y solvencia tanto de lateral como de central. Lo demostró ante el Valladolid y lo bordó en Sevilla. Un buen pase suyo significó el gol de Lewandowski. Estuvo a punto de marcar (todo llegará) y remató su papel asistiendo a otro defensa en una clara línea ascendiente. El que marcó fue Eric Garcia (21), que se estrenó en la materia como profesional. Quien siempre fue capitán en todas las categorías inferiores de la Masia encandila cada día más a su técnico y a quienes le rodean. Es sin duda la pareja de baile perfecta para Araújo (21) cuya contundencia y velocidad compensan con creces su todavía asignatura pendiente: la salida de balón.
Capítulo aparte merece Alejandro Balde. El lateral zurdo cumplió la mayoría de edad hace apenas un mes y con tres titularidades consecutivas ha logrado algo que parecía imposible: sentar a Jordi Alba con su potencia, su velocidad y también con su prudencia para tomar decisiones. Será interesante ver el papel del joven canterano con la llegada de Marcos Alonso, que en diciembre soplará 32 velas.
Pero de momento ninguno de los cuatro defensas de Xavi supera los 25 años de edad. Cifra que contrasta notablemente con una de las más utilizadas durante la segunda parte de la temporada pasada: Alves, Araújo, Piqué yAlba. Los 39 años del brasileño, los 35 del central catalán y los 33 del de L’Hospitalet elevaban la media de edad hasta los 32,5 años. En cuestión de meses, el Barcelona ha rebajado en más de una década el promedio de edad. A ellos se debe añadir dos piezas más. Christensen, de 26 años, y Héctor Bellerín de 27. Recorrido por delante.
Lewandowski, Dembélé y Raphinha
Una estrella y dos flechas
Robert Lewandowski no se lo podía creer. El pase era clarísimo. Estaba solo y únicamente tenía que empujar la pelota... si le llegaba. Pero Ousmane Dembélé decidió apostar por lo difícil y se la jugó en solitario. No fue gol. En otras circunstancias y con otros compañeros el francés se habría ganado, en el mejor de los casos, un par de miradas de las que dan miedo. El polaco reaccionó con una sonrisa entre irónica e incrédula e hizo como los buenos jugadores de tenis, es decir olvidar la jugada anterior y centrarse en la siguiente.
Porque Lewandowski ha revolucionado la delantera barcelonista en las formas y en el fondo. Suma cinco goles en el campeonato, ha enseñado un abanico de remates impresionante, desde los potentes a los sutiles, y su colocación en el área y sus inmediaciones sienta cátedra. Se sabía de su voracidad realizadora pero se conocía menos su faceta de líder y mentor, siempre dispuesto a marcar la presión sin balón y a dar consejos. Como si llevara varias temporadas en el equipo. Desde el primer día ha adoptado un papel de superclase pero sin aspavientos. Por los costados le están flanqueando Dembélé, mucho más fiable que en otras temporadas y un diablo a campo abierto, y el hiperactivo Raphinha, que no siempre es preciso pero nunca se esconde.
Dembélé y Raphinha aportan vértigo
y desborde y han aprendido a conectar entre ellos
Ambos saben lo que es marcar también en la Liga y generan mucho peligro con sus desbordes, sus centros y sus intercambios de posiciones. Incluso se buscan cuando uno de los dos deja la banda y tira diagonales hacia el centro. En el banquillo aguardan Ansu Fati, en fase de recuperación de las sensaciones, Ferran Torres, al que de momento no le sale nada, y Memphis Depay, que intentará ganar minutos tras no abandonar el Camp Nou. No será por falta de arsenal. El Barça perdió goles a toneladas cuando se marcharon Messi y también Griezmann. Va camino de recuperarlos.