El Barça se regala un triunfo formidable en Turín
Juventus, 0 - FC Barcelona, 2
El equipo barcelonista se coloca líder en la Champions tras ser muy superior a la Juventus
En el estadio de un grande de Europa el Barça completó un encuentro formidable. 24 horas de después de la dimisión de la junta de Bartomeu el conjunto barcelonista se regaló un triunfo convincente que debió ser más abultado. A pesar de perdonar una mano de oportunidades cristalinas el conjunto de Koeman espabiló con respecto al partido del Madrid y enseñó que sabe cómo empezar a recorrer el largo camino que tiene por delante. Con un gol inicial de Dembélé y otro final de Messi, de penalti, el Barcelona superó a la Juventus en Turín y se colocó líder de su grupo en la Champions. Una victoria que sabe a gloria en un club donde están temblando los cimientos. Un triunfo que debe servir de mucho a este equipo que está repleto de brotes verdes. Nunca antes el Barcelona había vencido en el terreno del equipo juventino. Historia pues.
Porque el Barça salió disparado al partido. Con viveza, con vigor, con ritmo, como si todavía atronara por megafonía la música de AC/DC por la megafonía del Juventus Stadium. Nada de esperar acontecimientos, ni de leer la situación. Nada de especular con el balón. La pelota para agredir al contrario. El conjunto de Koeman se instaló en el campo de la Juventus con decisión y pronto pudo marcar. Tuvo una triple ocasión en un santiamén. Bonucci desactivó el primer tiro de Messi, Pjanic probó fortuna desde la larga distancia y Griezmann soltó un latigazo que se estampó en el poste. Impresionante carta de presentación de un equipo deseoso de olvidar el mal trago del clásico. Este Barcelona parecía otro con respecto al sábado y a fe que lo estaba siendo.
Realizadores
Dembélé, en un remate afortunado, y Messi, de penalti, fueron los autores de los goles
Entre otras razones porque Koeman agitó la coctelera e introdujo cinco cambios en el once. Volvieron Sergi Roberto y Griezmann, apareció Dembélé por la derecha, Pjanic dio descanso a Busquets en el regreso al que fue su estadio y Araújo cubría la baja por sanción de Piqué. El técnico holandés no se quedó aquí, sino que colocó a Pedri por la izquierda pero haciéndolo participar por dentro, construyendo y combinando. El canario es un primor, un jugador que habla el idioma del fútbol caviar y que hace alegrar el gesto a Messi, que se ubicó en la mediapunta mientras Griezmann ejercía de nueve.
El equipo barcelonista, ataviado con su maglia rosa, como si fuera el líder del Giro, planteó un encuentro desencadenado, atacando, demarrando en cada palmo, como si estuviera subiendo estos Alpes que tanto se atisban desde buena parte de Turín. El juego intenso hacía batir de palmas a los suplentes barcelonistas, rompiendo el silencio de este insoportable fútbol sin público. Faltaba el gol pero no tardaría en llegar. Messi se colocó el frac y delineó un cambio de orientación fenomenal hacia la derecha. Recibió Dembélé, que dibujó sus clásicos amagos hasta que conectó con la derecha. Su remate rozó en Chiesa y entró en la portería juventina.
Relevos
Koeman cambió cinco futbolistas en el once y apostó esta vez por Griezmann como nueve y por Dembélé como extremo derecho
Se llegaba al cuarto de hora y mandaba el Barcelona ante una Juventus que trataba de espabilar pero que echaba de menos al depredador Cristiano. Sólo asustaba Morata, al que le anularon de forma acertada dos goles por fuera de juego antes del descanso. Luego le invalidarían otro. En el primer acto la Juve remató una vez. El Barça, ocho.
Sólo cabe ponerles un pero en esta fase a los barcelonistas, que no fueran resolutivos dentro del área en un día en que Fati, el más acertado en este principio de temporada, se quedaba en el banquillo. Porque Griezmann realizó una dejada fantástica que no aprovechó Messi. Porque el argentino le dio un gol casi hecho a Dembélé, que se perdió con un regate de más. Y porque el propio Griezmann, en la continuación de la jugada, no se decidió a chutar y perdió la opción. Lo justo habría sido que el Barcelona se hubiera marchado a refrigerarse con el partido casi en el zurrón pero el fútbol sólo entiende de goles.
Oportunidades perdidas
Griezmann y Messi se entendieron de maravilla pero perdonaron ocasiones meridianas
Para más inri, al borde del descanso, se lesionó Araújo y Koeman tuvo que colocar a De Jong de central de emergencia y a Busquets como pivote, junto a Pjanic. Pero el partido siguió por los mismos derroteros, con el Barça generando ocasiones inacabadas y la Juve esbozando llegadas aisladas, como la del tercer gol invalidado a Morata, este mucho más ajustado. Lo era por muy poquito. Casi milimétrico. Tres minutos de revisión y el empate que no llegaba para alivio de Koeman y su tropa.
El holandés, cansado de ver cómo no llegaba la sentencia, recurrió a Fati pero serían Messi y Griezmann, que se entendieron muy bien, los que volvieron a perdonar con chuts ajustados que no encontraron portería. Esa falta de definición abocó el partido hacia la emoción final. Hasta que expulsaron a Demiral y hasta que Messi transformó un penalti claro cometido sobre Fati. Un triunfo incontestable. El Barça se dio un voto de confianza.
Ficha técnica
0 - Juventus: Szczesny; Bonucci, Demiral, Danilo; Cuadrado, Bentancur (Arthur, m.83), Rabiot (Bernardeschi, m.84), Chiesa; Dybala, Kulusevski, Morata.
2 - FC Barcelona: Neto; Sergi Roberto, Lenglet, Araújo (Busquets, m.46), Alba; Pjanic, De Jong; Dembelé (Ansu Fati, m.66), Messi, Pedri (Braithwaite, m.91); y Griezmann (Firpo, m.89).
Goles: 0-1, m.13: Dembelé; 0-2, m.92: Messi, de penalti.
Árbitros: Danny Makkelie (Holanda). Mostró cartulina amarilla a Kulusevski (m.48), Cuadrado (m.74) y Rabiot (m.79), del Juventus, y a Sergi Roberto (m.60), del Barcelona. Expulsó por doble amonestación a Demiral (m.70 y m.85).
Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada del grupo G de la Liga de Campeones disputado en el Juventus Stadium de Turín a puerta cerrada.