Víctor Valdés rompe su silencio cinco años después de su adiós más cruel del Barça
Su último partido
El exportero del Barça se rompió los ligamentos cruzados en un partido contra el Celta en el Camp Nou
El pasado 26 de marzo se cumplieron cinco años del último partido de Víctor Valdés como jugador del Barça. El portero de la época dorada del club catalán había anunciado semanas antes que la temporada 2013/14 sería la última vestida de blaugrana. Poco podía imaginar que en esa jornada intersemanal ante el club vigués se despediría de manera prematura del Camp Nou. El adiós más cruel.
Una acción desafortunada tras no agarrar el balón le cambió la vida. Se rompió los ligamentos cruzados y dijo adiós a la temporada, frustrándose también su fichaje por el Mónaco. Poco dado al foco mediático, un lustro después habló para Deportes Cuatro con Valdés en Madrid, donde ahora entrena el juvenil de la Escuela Deportiva Moratalaz.
Era una noche fría en el Camp Nou. Recuerdo el crujido”
“Era una noche fría en el Camp Nou. Recuerdo el crujido”, explicó delante de las cámaras de la cadena de televisión después de un entrenamiento de su equipo. “Se hizo un poco de sangre de todo ello en cuanto al tema de la renovación”, añade. Valdés había declinado renovar para el Barça y en junio se quedó sin equipo.
Se fue a recuperarse de su rodilla en Augsburgo (Alemania), donde se desplazaba en tranvía. “Fue una etapa muy dura por mi cabezonería a estar solo, aunque me manejo de forma cómoda en la soledad”. Una vez volvió a sentirse futbolista varios meses después, nada volvió a ser lo mismo en sus etapas en el Manchester United, el Standard de Lieja y el Middlesbrough, aunque guarda un buen recuerdo de la etapa en este último equipo con Karanka. “El fútbol no me dio las opciones que me podía dar”.
Fue una etapa muy dura por mi cabezonería a estar solo”
Valdés reconoce que echa de menos su etapa en el Barça, cuando lo ganaron todo bajo las órdenes de Pep Guardiola y con jugadores como Xavi, Puyol, Iniesta o Messi. “Se echa mucho de menos el ambiente del vestuario. Con el tiempo se convierten en tus amigos, casi hermanos”.
Ahora se siente feliz y sin presión dirigiendo a ese grupo de chicos jóvenes, con ganas de ser entrenador profesional. “En Madrid he encontrado ese rincón de paz”, confiesa. Y es a pesar de su aversión a ser portero, Valdés nunca ha escondido su pasión por el fútbol.