Los objetivos del Barça en 2019
Desafíos
Los blaugrana afrontan un año lleno de desafíos en el campo y en los despachos
El Barcelona de Leo Messi seguirá jugando en el Camp Nou aunque el Estadi tenga un nuevo apellido, seguramente catalán, necesario para costear el Espai Barça. Pronto, las futuras estrellas de la Masia ya no se pulirán en el Miniestadi, donde se fogueó la perla argentina antes de ser crack, sino que su nueva casa será el estadio Johan Cruyff en la ciudad deportiva. El holandés siempre defendió un Barça con gente de la cantera, por eso su familia encontró idónea la nomenclatura.
En el 2019 habrá dos bautizos claves para la historia del club, pero será de nuevo la vieja-nueva Champions la que dirá si el año es bueno, malo o excelente, convertido en un objetivo prioritario para un vestuario que quiere volver a tocar el cielo y ganarse la admiración del planeta después de años dominando la Liga.
El club espera inaugurar en abril el estadio Johan Cruyff, el comienzo de un macroproyecto patrimonial
Por eso, es imposible que la mirada no se vaya ya al 1 de junio. Ese día se jugará la final de la Champions en el estadio Metropolitano de Madrid. El Barça tiene una deuda con esa competición. La contrajo en Roma el año pasado pero también ante el Juventus en el 2017 y el Atlético en el 2016. Ya son tres eliminaciones seguidas en el torneo con más glamour y que más ilusión despierta en la afición. Sin duda, el devenir en la competición acabará marcando la renovación de Ernesto Valverde.
El 74,66% de los socios se muestra ilusionado con la materialización del Espai Barça, según una encuesta de Mundo Deportivo. El proyecto, que requiere una inversión de 639 millones de euros, es el mayor reto del club fuera de los terrenos de juego y pronto dejará de ser una ilusión para comenzar a materializarse con la inauguración, posiblemente en abril, del estadio Johan Cruyff, el sucesor del Miniestadi. Paralelamente, el Barcelona formalizará el rebautizo del Camp Nou con una marca comercial que le dará apellido a cambio de una sustanciosa aportación económica, imprescindible para la viabilidad del macroproyecto patrimonial que concluirá con la reforma total del estadio. Las obras comenzarán el próximo verano por la primera gradería con la primera gran inversión del Espai Barça: 72 millones de euros. El club azulgrana se consolidará en el 2019 como la entidad deportiva con mayor facturación del mundo, pero tendrá que seguir esforzándose en la contención de la masa salarial de los futbolistas, que se come la mayor parte del presupuesto y se encuentra al límite de la sostenibilidad.
Si consigue mantener el rumbo económico Josep Maria Bartomeu pasará a la historia como gran impulsor de la mayor operación patrimonial de la entidad, que debe concluir en el 2022, un año después del final de su mandato. A dos años de las elecciones, el 2019 será un año interesante en los movimientos de los presidenciables.
Los retos deportivos
Tres años seguidos sin catar unas semifinales europeas. Tres derrotas consecutivas en cuartos, ninguna tan dolorosa como la debacle de Roma del 10 de abril, cuando el Barça se dejó remontar un 4-1 de la ida. Tres aguijonazos al orgullo de un vestuario liderado por Messi. Tres eliminaciones que, por si no fuera suficiente doloroso, coinciden con tres títulos para el Madrid. Por el contrario, el Barça ha levantado las últimas cuatro Copas del Rey. Esos tres fracasos convierten la Champions en una prioridad. También para Valverde, después del doblete del curso pasado.
UNA ESPINA MUY CLAVADA
Sábado 1 de junio. 21 horas. Estadio Metropolitano. La fecha, la hora y el lugar están bien presentes para el barcelonismo. La sensación general es que se han perdido grandes oportunidades dejando pasar algunos de los mejores años del mejor jugador del mundo. Pese a tener a Messi en sus filas, el Barça sólo ha ganado una de las últimas siete Champions. Un botín escaso. Pero lo peor ha sido la forma de caer. La imagen de inoperancia de Roma es una espina clavada, bastante profunda. Europa se merece una gran obra. La Champions no puede esperar más al rey. El primer escollo en octavos de final será el Lyon. Con el añadido de que la final se juega muy cerca de casa. El Barça ha ganado sus cinco Copas de Europa en cuatro de las grandes capitales. ¿Seguirá Madrid a Londres, París, Roma y Berlín?
PALABRA DEL DIEZ
Convertido ya en capitán y en el jugador con más títulos en la historia del club (33), Messi tiene entre ceja y ceja la Champions. Lo dijo en su discurso antes del Gamper (“Vamos a darlo todo para que esa copa tan linda vuelva al Camp Nou”) y en zona mixta (“es la frutilla del pastel”). El diez no mira los premios individuales sino los colectivos, pero sabe que no hay mejor aval para su sexto Balón de Oro que la Copa de Europa después de ser, incomprensiblemente, rebajado a quinto en la presente edición.
LA HEGEMONÍA DE LA LIGA
Siete campeonatos de liga en la última década reflejan el dominio apabullante del Barcelona en el torneo nacional. El equipo no ha sido capaz de trasladar ese ritmo y esa estabilidad a Europa pero la regularidad y la competitividad del vestuario barcelonista está fuera de toda duda. En los enfrentamientos directos con el Madrid, el Barça golea (0-3 en la 2017-18, 5-1 en la 2018-19). De hecho, el curso pasado sólo perdió un partido, en la jornada 37, cuando ya era campeón. Pese a los sustos contra el Leganés y el Betis, el equipo encara la segunda vuelta con tres puntos de ventaja sobre el Atlético y ocho respecto al Madrid, que tiene un partido menos. En la Liga no hay urgencias pero sí ganas de extender la dinastía con los grandes rivales.
RENOVACIÓN DE VALVERDE
Ernesto Valverde firmó dos años de contrato más uno opcional y ha llegado el momento de sentarse a hablar y ver si el técnico seguirá en el banquillo. Hombre calmado y domador del entorno, el Txingurri supo compactar el equipo tras la fuga de Neymar a las semanas de su llegada. Ha demostrado dominar varios registros (hasta los tres centrales), dar impulso a Messi en el campo, adaptar a Paulinho y Arturo Vidal y saber reconducir a Dembélé. En su debe, la sobreexplotación de ciertos jugadores y el conservadurismo con la cantera. Pero ha sabido mantener la exigencia sin tanto brillo. Falta saber sus fuerzas para un tercer año. Sería fácil decidir al final de curso (con el desenlace de los títulos) pero hay que actuar antes. No es la única prórroga que debe negociar la cúpula deportiva. También Alba y Rakitic están en la lista de espera.
¿COUTINHO ENCAJA?
El fichaje más caro de la historia del club preocupa. Un jugador que ha costado 120 millones (más 40 en variables) no puede ser suplente habitual. No debería, vamos. Por eso, el brasileño, que no es interior puro ni extremo clásico, aún no ha encontrado su encaje en el esquema del Barça. Parece que la etiqueta de sustituto de Iniesta le está pesando. Tiene un gran disparo pero no es constante. Aparece y desaparece. Así ha sido hasta ahora. Estuvo mejor de enero, tras llegar del Liverpool, a mayo, que de agosto a diciembre, cuando Dembélé le ha adelantado por la izquierda. ¿Qué Coutinho se verá en el 2019?
DE LIGT, DE JONG Y RABIOT
Tras los aciertos de Lenglet y Arthur, el Barça vuelve a tener marcadas las posiciones de central y organizador para el próximo verano. Media Europa se pegará por los dos holandeses del Ajax. Nadie tiene más futuro que el defensa De Ligt y el medio De Jong. Pero muchos los quieren. En cambio, el club se ha situado en la pole con Adrien Rabiot (PSG). Los tres parecen valores seguros. Entre los fichajes de futuro hay que buscar un nueve para convivir con Luis Suárez, que no marca en la Champions fuera desde el 2015, para que el nuevo nueve aprenda el oficio sin presión.
EL DEBATE DE LA CANTERA
La Masia, símbolo del mejor Barça, necesita de valentía. Con Aleñá ya en el primer equipo, la generación de Riqui Puig, Miranda, Chumi, Cuenca, Collado y Abel Ruiz está a las puertas. O se las abren o las derriban o dan un portazo.
Los retos institucionales
Fuera del ámbito estrictamente deportivo, la actividad del club es intensa y presenta importantes desafíos especialmente en los apartados económico y patrimonial. En el 2019 el Barcelona aspira a consolidarse como entidad deportiva con mayor facturación del mundo y dar pasos decisivos en la construcción del Espai Barça, un proyecto en el que se invertirán 639 millones de euros hasta el año 2022.
ESTADIO JOHAN CRUYFF
Las gradas y la estructura de la cubierta están ultimadas. Al sucesor del Miniestadi, ubicado en el recinto de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí, le faltan sólo los acabados y el césped. Es la primera pieza del macroproyecto del Espai Barça y el club espera inaugurarla en abril bajo el nombre de Estadi Johan Cruyff en homenaje al mítico holandés. Con capacidad para 6.000 espectadores, el club invertirá 12 millones en la nueva sede de los partidos del Barça B, el femenino y el juvenil A. Una vez Josep Maria Bartomeu corte la cinta se encenderá la luz verde para la demolición del Miniestadi, en cuya parcela se edificará el futuro Palau Blaugrana. No se descarta que las obras, presupuestadas en 90 millones de euros, puedan dar comienzo a finales del 2019.
EL NUEVO CAMP NOU
El club sigue invirtiendo en parches y remozados pero la obsolescencia del Camp Nou, inaugurado en 1957, avanza a marchas forzadas. Todo empezará a cambiar en el nuevo año. Con un presupuesto de 72 millones, en verano comenzarán las obras de remodelación de la primera gradería en el marco de la reforma integral del estadio.
EL APELLIDO
Una de las claves de la ejecución del Espai Barça es la figura del patrocinador, que debe aportar un tercio del coste de las obras. A través de empresas especializadas, el club lleva meses sondeando el mercado en busca de una marca comercial que ponga apellido –o naming rights– al Camp Nou. La farmacéutica catalana Grífols figura entre las principales opciones. En cualquier caso, la entidad azulgrana espera cerrar esta carpeta de manera inminente, a lo largo del 2019.
El Barça pretende seguir firmando patrocinadores –de mayor o menor entidad, en todo el mundo– y otro objetivo para el nuevo año consiste en designar una línea aérea oficial después de la extinción de las alianzas con Turkish Airlines, primero, y Qatar Airways después. No es un objetivo trivial: el club espera ingresar entre 7 y 10 millones anuales con un contrato de al menos tres años.
RÉCORD DE FACTURACIÓN
El Barcelona calcula cerrar el ejercicio, el 30 de junio, con unos ingresos de 960 millones y un beneficio neto de 11 millones. Se trata de la mayor facturación de una entidad deportiva y se aproxima a la barrera de los 1.000 millones fijada por la junta de Bartomeu como objetivo para el 2021. El caballo de batalla de los administradores del club seguirá siendo la reducción del impacto de la masa salarial en la tesorería. “Ahora viene una política de cantera que nos tiene que ayudar a rebajar la masa salarial”, anunció el director general, Òscar Grau. Este concepto representa el 66% del presupuesto y la mayor parte del pastel corresponde a las nóminas de los futbolistas: el 62%. Su contención es esencial para el margen de maniobra de la entidad en materia económica.
LA LUCHA CONTRA EL FRAUDE
En el capítulo social, la batalla contra la venta fraudulenta de abonos seguirá centrando la actividad del club, que por este motivo ha expulsado a 33 socios y mantiene sancionados a otros 2.789. Estas sanciones, de entre medio año y un año y dos meses, irán expirando a lo largo del 2019. Paralelamente, la Fiscalía anticorrupción proseguirá las diligencias contra empresas involucradas en un fraude que ha ocasionado pérdidas por valor de millones de euros a la entidad.
LA SUCESIÓN DE BARTOMEU
En su discurso con motivo de las navidades el presidente subrayó que ya ha superado el ecuador de su mandato. Con la perspectiva de las elecciones en verano del 2021 es de esperar que durante el 2019 se produzca un incremento de los movimientos respecto a la sucesión, tanto dentro de la junta como en el entorno. El vicepresidente Jordi Cardoner se perfila como posible abanderado de la opción continuista, aunque otros miembros de la junta ambicionan formar parte de la carrera sucesoria. Los gestos del presidente y los movimientos de determinados directivos empezarán a interpretarse en clave sucesoria.
Fuera de los despachos del Camp Nou, Víctor Font ha sido el primero en postularse como candidato a la presidencia azulgrana. Durante el 2019, otros, hasta ahora en stand by, podrían situarse en la rampa de lanzamiento a falta de dos años para los comicios y articular movimientos de oposición más o menos activos. El expresidente Joan Laporta, el exdirectivo Toni Freixa o Agustí Benedito, que encabezaron candi-daturas en las últimas elecciones, pueden volver al escenario.