Vingegaard es pura dinamita en el Marie Blanque
Tour de Francia | 5.ª etapa
El danés saca un minuto a Pogacar en la primera etapa de los Pirineos y se sitúa segundo, tras Hindley
El cuerpo es memoria, piensa Pogacar, que espera que los recuerdos muevan las piernas y la bicicleta cuando sus músculos pasen por las carreteras que conocen bien y que fueron en las que, hace tres años, ganó su primera etapa en su primer Tour, en Laruns, tras subir el Marie Blanque, con Roglic enfrente. Pero ahora el duelo es otro. El ciclismo es sorpresa, defiende Vingegaard, que ha dejado de ser previsible para ser demoledor, que abandona su versión reactiva para asestar un golpe a su rival en un teórico puerto y final de etapa que beneficiaban a Pogacar.
El danés ganó el Tour de 2022 en el Granon y en Hautacam, ascensiones largas, tras etapas de mucho desgaste. Pero esta vez no quiso esperar a las jornadas reinas sino que jugó a ser grande desde el principio. Los fuegos artificiales del País Vasco no reflejaban la realidad. Vingegaard puso las cosas en su sitio en la primera etapa de los Pirineos. Se le vio pletórico mientras el esloveno le falta turbo.
Pletórico
El ganador del 2022 ha dejado de ser previsible para ser demoledor en un puerto y final de etapa que beneficiaban a su rival
El defensor del título sorprendió por su ambición al atacar el primero. A falta de 1.000 para la cima del Marie Blanque, demarró tras el trabajo de su compañero Kuss. Asombró por la facilidad con la que se marchó. Pogacar no hizo nada por seguirle la rueda, impotente de alcanzar la explosividad del Jumbo, pura dinamita. E impresionó por el tremendo bocado que arrancó al esloveno: un minuto y unos pocos segundos.
Vingegaard ya es segundo de la general, aunque Ciccone, Gall y Buchmann, pese a no colaborar en ningún momento, le privaron de las bonificaciones en meta, tras Jai Hindley. El australiano del Bora fue el ganador de la etapa y es el nuevo maillot amarillo, aspirante a casi todo en su debut, porque no hay que olvidar que ya tiene un Giro en su palmarés. “No tengo palabras. He ganado en el Tour. Me estaban gritando en la radio desde el coche que no parase, que no disfrutase, que aumentase al máximo la ventaja”, admitía.
Por detrás
El esloveno tuvo que esperar al grupo de los hermanos Yates y Carlos Rodríguez para minimizar los daños. A Landa le cayeron 2m54s
Por detrás Pogacar era incapaz de mantener el pulso con su rival e incluso tuvo que esperar al grupo de los Yates y de Carlos Rodríguez para minimizar la pérdida. El jefe del UAE vuelve al diván de las dudas, allí le ha mandado Vingegaard: al rincón de pensar. La muñeca, el poco rodaje, el equipo… El aspirante tiene mucho en lo que recapacitar. “No se puede hacer nada en estos casos. ¡Vaya ataque! Traté de agarrarme lo más posible pero iba demasiado rápido. Es un golpe duro”, encajó el esloveno, que mira hacia el futuro. “El entrenamiento se retrasó un poco este año. Espero que en la última semana mis piernas sean mejores que las de Jonas”.
Es el consuelo que le queda al que sufre el primer día de montaña, en su terreno, como Landa, que aún perdió 1m20s más. “La ventaja es superbonita”, reconocía Vingegaard. “En la última subida me he encontrado muy bien y le he dicho a Kuss que tirase”, explicó sobre su ataque, sin querer profundizar en el rendimiento de Pogacar, al que la memoria le traicionó. “Yo me fijo en mí. Sé que Tadej es de los que no se rinde y va a luchar hasta París”.