Evenepoel, ‘pequeño caníbal’, derrota al Movistar en la Clásica de San Sebastián
Ciclismo
El adolescente belga, de 19 años, desactiva la estrategia del equipo de Alejandro Valverde, que acaba décimo
Se suponía que la estrella era Egan Bernal, flamante, el último campeón del Tour. O, como alternativa, el sorprendente Julian Alaphilippe, ese clasicómano francés que, ahora lo hemos descubierto, también se defiende en las pruebas de tres semanas.
Pero apenas ha habido noticias de ambos. Bernal no se ha dejado ver. Y Alaphilippe ha sido incapaz de defender su victoria del 2018: fundido, se ha bajado de la bicicleta a las dos horas de carrera. El Tour le ha caído encima, a plomo.
Así que la Clásica de San Sebastián, se suponía ahora, debía pasar a manos del Movistar: al fin y al cabo, el equipo funciona como un bloque. Y por lo general, maneja un montón de alternativas.
De hecho, así lo parecía durante buena parte de la carrera.
Cuando la cosa se ponía seria, seria de verdad, las alternativas del Movistar iban cobrando forma. A ratos aparecía Mikel Landa, generoso, alma de líder reconvertido esta vez en delfín, un tipo comprometido con el equipo, empeñado en recortar el margen que había abierto Fernando Barceló, una ventaja que rondaba el 1m05s a 60 kilómetros de meta, y que se ha difuminado diez kilómetros más tarde.
Y luego, con Landa ya desfondado, aparecían Antonio Pedrero y Andrey Amador. Con ambos en cabeza, el Movistar enfilaba el penúltimo ascenso, el temible Mendizorrotz, con porcentajes de hasta el 19%, estirando el grupo y abriéndole paso a Alejandro Valverde.
¡Cómo luce Valverde el arco iris!
Todo tenía buena pinta para el Movistar. Muy buena pinta.
Pero luego, a 20 km de meta, ha aparecido Remco Evenepoel, el niño revelación de la temporada, apenas 19 años.
Y adiós.
Una carrera extraña
Evenepoel ha disputado una carrera extraña: se ha descolgado en dos ocasiones, ha repartido bidones y se ha ido cuando ha querido hacerlo
Compacto como un toro, estirado sobre la bicicleta, Evenepoel ha roto a Toms Skuijns, el único que le acompañaba en el último puerto, el alto de Murgil. Ha roto a Skuijns y por extensión, al Movistar, que se ha desconfigurado, ahogados Amador y Pedrero y sorprendido Valverde, superado por la exhibición del pequeño caníbal, que había abierto un margen de 45 segundos. Ya no ha habido manera de atraparlo. En el sprint del grupo, Greg van Avermaet ha sido segundo. Marc Hirschi, tercero. Y Valverde se ha dejado llevar: décimo.
–No me lo creo. No me he sentido bien durante la carrera. He arriesgado al atacar tan pronto, pero tenía muy claro qué potencia puedo mover. Y cada vez que miraba la pantalla de la bicicleta, los número me salían –ha dicho Evenepoel, que ha disputado una carrera extraña.
En la última hora de carrera, ha hecho lo siguiente: se ha descolgado en dos ocasiones. Ha pasado bidones para sus compañeros de equipo en otros momentos de la prueba. Y cuando ha decidido que se iba, se ha ido.
–¿Y su límite?
–Yo no esperaba esto. Para mí hubiera sido un sueño ganar esta carrera con 26 o 27 años. No ahora.