Victoria del francés Arnaud Démare (Fdj) en un accidentado sprint que puso punto final a la décima etapa el Giro de Italia 2019, de Rávena a Módena, sobre 145 kilómetros. La victoria de Démare, por delante de Viviani y Selig, añade un nuevo nombre a la relación de velocistas victoriosos de esta edición del Giro. En la próxima etapa, de Carpi a Novi Ligure, los vencidos podrán tomarse la revancha.
La jornada del Giro, anunciada como de transición en el camino hacia los Alpes, cumplió los pronósticos hasta el último kilómetro. Se gestó una escapada sin peligro (el japonés Hatsuyana y el italiano Covili) y los dos fueron alcanzados cuando el pelotón consideró que era el momento correcto, a unos 25km del final. Llegó entonces la elaboración del sprint, con un primer cambio de guión al atacar Fran Ventoso a un par de kilómetros del final. Pero todo se complicó con una caída aparatosa bajo el banderín de los últimos mil metros. Entre los afectados, Pascal Ackermann, ganador de los sprints de las etapas segunda y quinta, que ya quedó descabalgado de la lucha.
Con la ayuda de su equipo, Démare realizó una perfecta remontada y pudo alzar los brazos sin que Viviani o Ewan pudieran replicar. El australiano ya ha ganado una etapa, pero el campeón de Italia sigue en blanco. El único día que cruzó la meta en cabeza luego fue descalificado. Para Démare es su tercera victoria en el Giro, tras las que logró en 2012 y 2016. En el Tour tiene 4. “Sabía que mi equipo estaba fuerte, buscábamos esta victoria y ya la tenemos. Todo perfecto. En la caída iba por delante y he oído que caían, pero estaba bien situado”, explicó el vencedor.
Ackermann pasó por el podio con visible señal de las consecuencias de la caída sufrida
En la batalla por la general no se registraron cambios reseñables y la maglia rosa continúa en poder de Valerio Conti, con Primoz Roglic situado en la segunda plaza a la espera de que llegue su terreno.