Victoria providencial y sufrida del Barça en Gran Canaria para seguir vivo en la lucha por entrar en la Copa del Rey. El conjunto de Joan Peñarroya venció por 74-77 a los canarios en otro final de infarto en el que todo estuvo abierto hasta la última jugada. Con el triunfo, los azulgrana salvaron el primer 'match ball' para mantenerse en la pelea por clasificarse para el torneo copero. Cabe recordar que, en el caso de no lograrlo, el cuadro catalán no lo disputaría por primera vez en su historia, lo que supondría una auténtica hecatombe para la entidad.
El equipo blaugrana salió al parquet del Gran Canaria Arena consciente de estar al borde del abismo. Solo valía ganar. Además, la victoria del Baxi Manresa en la casa del Casademont Zaragoza abría la posibilidad de que los pupilos de Peñarroya volvieran a situarse en la octava plaza si se imponían al conjunto de Jaka Lakovic.
Pese a la buena actitud, el partido fue una demostración de lo que está siendo la temporada para el Barça: muy irregular. La cita trascendental arrancó con un Gran Canaria más enchufado y más acertado que los culés, puesto que en los primeros tres minutos acumulaban una ventaja de 9-4. A partir del 12-7, el Barça empezó a estar más fino en los rebotes ofensivos y contó con un Metu y un Punter muy efectivos desde la línea de tres.
El ritmo del duelo, muy intenso, tuvo una pequeña tregua en los últimos minutos del primer cuarto. Cuando parecía que los primeros diez minutos acabarían con una renta favorable al cuadro local (18-16), Juan Núñez robó el balón en la última posesión de los canarios e igualó el luminoso sobre la bocina que marcaba el fin del primer parcial.
En los siguientes diez minutos, apareció la mejor versión defensiva del Barça, muy preciso en los rebotes defensivos. Abrines fue clave bajo el aro. Ello permitió a los de Peñarroya ponerse por primera vez por delante en el marcador y se pusieron seis arriba (23-29). Con Satoransky manejando el timón azulgrana y Parker y Metu -que llevaba 13 puntos- poniendo la guinda al pastel, los catalanes se fueron al descanso con una ventaja de siete puntos (32-39). El equipo había ido de menos a más y ello se reflejaba en el electrónico.
Tras el paso por los vestuarios, los azulgrana volvieron a salir entonados y consiguieron ponerse 12 puntos por encima de sus adversarios (36-48). Punter, el mejor del partido, se mostró aún más explosivo tras la reanudación: anotó nueve puntos en menos de tres minutos. Tras un tiempo muerto solicitado por Lakovic, el equipo canario remó y empezó a acortar distancias con los visitantes enlazando un parcial de 7-0. El Barça empezó a sufrir y el Gran Canaria llegó a ponerse a solo dos puntos, pero un triple de Brizuela en los últimos segundos dejó en 56-61 el luminoso antes de los diez minutos finales.
En los primeros compases del cuarto tiempo, los azulgrana volvían a evidenciar sus carencias en las rectas finales de los partidos, que tantos resbalones y tropiezos les ha supuesto a lo largo del curso. Cuando todo parece encarrilado, el camino se les hace cuesta arriba en la cancha. De estar 12 arriba en los primeros tres minutos del tercer cuarto a ir por detrás faltando seis minutos para el final (67-65). Una auténtica montaña rusa.
A diferencia de lo ocurrido contra la Penya y el Girona, el cuadro de Joan Peñarroya reaccionó al son de Punter: prueba de ello es que hizo 19 puntos en el segundo tiempo. Los culés endosaron un parcial de 0-10, lo que les daba tranquilidad. Sin embargo, la última palabra no estaba dicha. Hubo arreón final de los canarios, que se pusieron 74-75 a falta de once segundos para el término del encuentro.
Al final, una falta en ataque de Albicy permitió a los azulgrana romper su racha de tres derrotas consecutivas en la Liga Endesa y seguir así en la lucha para sacar el billete, precisamente, a Gran Canaria para la Copa. Para ello, eso sí, también tendrá que salvar el último jaque en casa contra el Bilbao Basket el próximo domingo. El problema es que no depende sólo de eso. Si el Zaragoza gana su próximo partido y el Baskonia también se impone en los dos que tiene pendientes, los culés estarán dentro si no les superan en basketaverage.
La parte negativa fue la lesión de Álex Abrines, que tuvo que abandonar la pista a falta de seis minutos después de que su rodilla chocara con la de Carlos Alocén. Abrines se retiró con lágrimas y sin poder apoyar su pierna izquierda en el suelo. Faltará ver el alcance de la dolencia.