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Ridículo estilo NBA

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Francesc Peirón Corresponsal en Nueva York

Escribió Oscar Wilde, “cuando los buenos estadounidenses mueren, se van a París”. A veces hay frases que irrumpen en la memoria sin previo aviso, aunque en otras el magín empieza a dar vueltas y no para hasta que halla la cita concreta ante algo que está sucediendo.

Así ocurrió este sábado, postrado frente el televisor, donde una colección de ilustres estadounidenses (con alguna excepción sobrevenida) han puesto rumbo a la capital francesa y ofrecían, en un parada intermedia en Londres, el lamentable espectáculo de los moribundos, deportivamente hablando.

En uno de esos grupos de chat en WhatsApp con varios amigos, creado hace unos años para hacer porras sobre quién ganará la liga de baloncesto de la NBA, hubo uno que tiró de guasa con sal gorda: “¿Alguien sabe poner a Sudán del Sur en el mapa?”. A la que otro colega respondió con mucho criterio: “Debajo de Sudán del Norte, casi seguro”.

Sudan del Sur y EE.UU. disputaron un partido en Londres antes de los Juegos Olímpicos de París

Henry Browne/Getty Images

Con mucho menos humor, los comentaristas televisivos en Estados Unidos se frotaban los ojos, se pellizcaban incluso, al observar lo que se desarrollaba en la cancha. Un equipo de desconocidos llegó a ganar por 26 puntos, justo poco antes del descanso (58-44), a toda una constelación de estrellas de la mejor liga del mundo. Los africanos recuperaron el liderato a falta de 20 segundos para el final, y acabaron perdiendo por un punto (100-101) tras escatimarles una personal al filo de la bocina.

Ahí estaban LeBron James, Stephen Curry, Jason Tatum, Joel Embiid (el camerunés), Anthony Davis, o entre otros galácticos (ausente Kevin Durant por lesión), Anthony Edwards, al que piropean como “el hijo de Michael Jordan”.

Visto lo de este sábado, mencionar a Jordan, el vivo retrato de aquel Dream Team que iluminó la Barcelona olímpica de 1992, suena a rechifla y a copla del carnaval de Cádiz

Entre la cita de Barcelona y esta de París han pasado más de tres décadas, un tiempo en el que la NBA ha evolucionado a peor. Jordan, Magic o Bird sabían que había una diferencia entre lo que ellos hacían y el circo de la canasta, cosa que quedaba en manos de los Globetrottters. La existencia de estos está relegada al olvido porque los profesionales de la NBA ya ejercen artes circenses.

No cabe duda de que la pléyade del equipo olímpico USA del 24, una sombra de aquel Dream Team del 92, parte como favorito para llevarse de nuevo la medalla de oro. Pero como bien recordaron los comentaristas locales, esas estrellas han de adaptar su baloncesto a las reglas de juego de la FIBA o corren el peligro de hacer un ridículo histórico.

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