La 85.ª edición de la Copa del Rey comenzó este jueves sin sorpresas. El Real Madrid se unió al Lenovo Tenerife cumpliendo los pronósticos y ambos se cruzarán mañana sábado en la primera semifinal. Sin público en las gradas por primera vez en la historia, el equipo anfitrión fue superior al Valencia aunque sufrió más de la cuenta tras una pequeña desconexión al final del tercer cuarto.
El Madrid, vigente campeón, había sido mucho mejor que su rival hasta ese momento. El acierto de Thompkins y la constancia de un imparable Deck (23 puntos de récord) comenzaron a poner los cimientos del triunfo madridista. La defensa valencianista hacía aguas y el equipo de Laso, que a pesar de la superioridad de su equipo no abandonó sus habituales protestas por casi todo, iba sumando puntos con demasiada facilidad. Los hombres de Ponsarnau, además, veían el aro del tamaño de un posavasos (1/13 en triples al descanso), por lo que las diferencias se iban ensanchando.
Pequeña reacción
Un 0-15 del Valencia en el tercer cuarto le puso algo de salsa al encuentro
El Valencia solo respondía a ráfagas y el Madrid acaba encontrando siempre la manera de bloquear al rival. Una canasta de Deck en el tercer cuarto situó el 59-38 (minuto 24) que parecía casi definitivo. Fue entonces cuando el Valencia se levantó la camiseta y encontró un poco de orgullo debajo, que utilizó para firmar un espectacular parcial de 0-15 y defender por primera vez en el partido como se espera de un equipo de la Euroliga.
La reacción naranja le puso algo de emoción al último cuarto, que apenas unos minutos antes casi hasta molestaba. Pero el Real Madrid mantuvo la cabeza fría para impedir que el Valencia se acercara más y atar el triunfo sin pasar muchos apuros más. Laso vio una técnica, cosa extraña, pero se marchó contento del WiZink. El Tenerife es su próxima preocupación.