Los malos barcelonistas

Por la escuadra

Con permiso de la autoridad competente, y sin ánimo de ofender al señor presidente, debo confesar que disfruté mucho anoche viendo jugar al Barça aún a riesgo de que estando en el bando de los malos barcelonistas –cosa que me impide dormir por las noches– disfrutar con el juego del equipo sea anatema y signo de oportunismos.

¿Qué puedo hacer yo para ser un buen barcelonista? ¿Ir a un campus de reeducación este verano en Corea del Norte? ¿Apuntarme a la Peña Barcelonista Anguera?

La conferencia de prensa del gran presidente del Barça y mejor persona fue un canto a la unidad y solo los mal nacidos, mal pensados o mal acabados podemos escribir que esto de decidir quién es un buen barcelonista y quién no debería competer a San Pedro. Por otra parte, es posible que el señor presidente haya querido sumarse a los fastos de los 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco y emular su reacción cuando vio en El Pardo El verdugo tras ser distinguida en el festival de cine de Venecia. El régimen echaba chispas por haber tolerado semejante alegato contra la pena de muerte, muy de moda y practicada aquellos años en España. Los aduladores que nunca dejaban solo al Caudillo –¡estas cosas hoy no pasan!– le hablaron mal de García Berlanga, director de la película, y vinieron a decir que se había vuelto un rojo. Franco soltó una de sus frases demoledoras: “Es algo peor: es un mal español”.

Lamine Yamal celebra con la grada del Estadi Olímpic su gol ante el Betis

Lamine Yamal celebra con la grada del Estadi Olímpic su gol ante el Betis

Manaure Quintero/AFP

El caso es que quienes nos sentimos aludidos por la división presidencial vemos jugar al Barça en noches como la de ayer y disfrutamos mucho. Más allá de la sociedad en ciernes Koundé-Lamine Yamal, nos alegramos de que Dani Olmo juegue con esta camiseta, disfrute y nos haga disfrutar. Y por muchos años. Desde un punto de vista psiquiátrico, el asunto es digno de estudio. ¿Cómo se puede ser un mal barcelonista y celebrar el juego actual y las victorias de este grupo que ha devuelto la ilusión a la afición?

Antes de que el señor presidente nos diga que o le pedimos perdón o no nos dejará ser buenos barcelonistas, me gustaría constatar que durante muchas décadas, aun en tiempos de la dictadura, en el Barça hubo pañoladas contra el palco, disconformidades profundas y críticas quizás injustas a jugadores, pero nunca nadie con mando en plaza se atrevió a dividir a la gent blaugrana entre malos y buenos. Era el estilo, el alma, la diversidad del FC Barcelona. En cuestión de unanimidades presidenciales, el rey indiscutible era el Real Madrid...

El equipo está en dulce. Hay juego colectivo y mucha individualidad. Buena noticia para el barcelonismo, para el fútbol. Lo que se ve deja buen sabor de boca. Y esto no hay dios ni Laporta que lo pueda quitar. ¡Vivan los malos barcelonistas!

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