Nadal y Alcaraz ponen en pie París con un debut estelar
Juegos Olímpicos
El manacorense y el murciano derrotan a los argentinos Molteni y González por 7-6 (4) y 6-4
Electricidad. Magia. Calidad. Expectación. Lucha. Y victoria. Rafa Nadal y Carlos Alcaraz se fundieron en un emotivo abrazo mientras el público les jaleaba al certificar su triunfo ante la pareja argentina formada por Andrés Molteni y Máximo González. 7-6 (4), 6-4 en 1 hora y 47 minutos de disfrute, de vibraciones y de auténtico acontecimiento. Fue una fiesta en la que los españoles se marcharon despedidos al grito de “Rafa, Rafa, Rafa”. Porque estos Juegos son un continuo homenaje a una leyenda. Los dos abandonaron la Philippe Chatrier en loor de multitudes mientras lanzaban bolas a la grada.
Lleno hasta la bandera. Mucho más que la mayoría de finales de dobles del Grand Slam. Esto es una primera ronda pero se trata de un acontecimiento mayúsculo. Son los Juegos Olímpicos. Es la catedral de la tierra batida y sobre la arcilla aparecen el actual campeón de Roland Garros y el dueño de Roland Garros para hacer equipo. Carlos Alcaraz y Rafa Nadal son recibidos por 15.000 personas puestas en pie. Con presencia nutrida de españoles pero con todo el calado de las estrellas internacionales.
El público solo tiene ojos para Nadal, que se erige en líder del tándem y da consejos a Alcaraz
Se juega a cubierto porque sigue cayendo la lluvia y eso otorga un poquito más de magia al escenario. Delante, el atractivo tándem español tiene a un par de veteranos argentinos que están dispuestos a demostrar que uno más uno no tienen por qué sumar dos, por muy buenos que sean. Molteni y González, 36 y 41 años respectivamente, no cuentan con ranking de individuales pero en el doble están el 14 y el 18 del mundo. Son una pareja consolidada que atesora en sus vitrinas dos títulos de dobles del Trofeo Godó.
Se las saben todas en esta modalidad pero Nadal ha venido a París a vibrar, a disfrutar, a transmitir. El balear sigue en modo ceremonia, tras su protagonismo en la apertura, con la magia en la mirada y con una tremenda electricidad en sus movimientos.
Pese a que su compañero Alcaraz viene de llevarse Roland Garros y Wimbledon no lo duda ni un momento. Toma la batuta del tándem, se erige en el líder total, le aconseja constantemente al murciano y mete golpe tras golpe. Mientras, a Alcaraz le cuesta un buen rato destensarse, como si se sintiera un pelín intimidado por jugar con la leyenda Nadal. Comete errores por nervios y por no estar acostumbrado al doble. El balear le rescata en más de una ocasión mientras el público, en gran medida, solo tiene ojos para Rafa y está dispuesto a homenajearle en cada instante. Si Nadal siempre ha empatizado con los Juegos, en estos que serán sus últimos, aún más. Por eso la pista se viene abajo cuando el manacorense conecta un passing de revés que supone la conquista del primer set para los españoles en la muerte súbita. Murciano y balear lo celebran a lo grande.
Al murciano le cuesta entrar en acción pero después se entona para certificar el triunfo
Molteni y González ni se inmutan pero suben el nivel, se convierten en un muro infranqueable en la red, buscan y encuentran ángulos de doblistas y ponen tierra de por medio en la segunda manga. Un 3-0 que apunta a equilibrio en el partido pero Nadal y Alcaraz no se rinden y protagonizan una reacción inmediata. 3-3 y a por todas. “Vamos, vamos”, le dice Rafa a Carlitos. Y Carlitos se entona para cruzar un revés que les da a los dos el break que les coloca al borde del triunfo. Al juego siguiente lo certifican. La pista estella de júbilo.