Trampas con las patas muy largas
Los expertos aseguran que nuestros cerebros estarán conectados a un chip, o lo tendrán insertado, antes de 10 años. Ese será el fin del ajedrez presencial como se conoce pues no habrá forma de mantener el control sobre las ayudas externas. Hasta que eso no llegue, Magnus Carlsen quiere desafiar a los tramposos a costa de perder reputación y dinero y por eso ha denunciado a Hans Niemann, aunque su acusación se base en intuición y meras sospechas.
En los últimos años el ajedrez presencial ya está siendo sustituido por el practicado en internet. Allí millones de personas juegan cada día y aspiran cada vez a premios mayores. La pandemia impulsó un negocio muy lucrativo y, por ende, las trampas se han perfeccionado.
Ian Nepomniatchi y Fabiano Caruana también han deslizado dudas sobre el estadounidense
En ese escenario creció Hans Niemann (19 años), cuya progresión en el ranking mundial (del 800 al 49 en dos años) es anormalmente impresionante y que ha confesado haber hecho trampas en Chess.com cuando tenía 12 años. Los responsables de la página aseguran que lo hizo más veces aunque no aportan datos y de ahí la desconfianza de muchos jugadores.
Carlsen no está solo en su contienda. Ian Nepomniatchi y Fabiano Caruana también han deslizado dudas sobre el estadounidense. En cambio, otros exjugadores como Miguel Illescas o el mismísimo Gari Kaspárov han convenido que no hay nada ilegal en el juego de Niemann.
Andrii Punin descubrió que Niemann en el torneo de Charlotte del 2020 hizo entre 20 y 30 veces consecutivas el movimiento perfecto
Las trampas en el ajedrez han existido siempre. Desde las acusaciones de Korchnói a Kárpov por un yogur con arándanos hasta el toiletgate de Krámnik, señalado por Topalov por obtener información en sus escapadas al baño. Sucede ahora que los ordenadores pueden calcular cuánto de perfectos son los movimientos de un jugador. Eso fue lo que hizo el analista ucraniano Andrii Punin, que descubrió que Niemann en el torneo de Charlotte del 2020 hizo entre 20 y 30 veces consecutivas el movimiento perfecto. Algo imposible para cualquier ser humano.