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Demasiado tarde para la final de Copa vasca

Final de copa

La RFEF ha pactado con Athletic y Real Sociedad que se celebrará con la presencia de sus aficiones

Imagen del trofeo de la Copa del Rey

Rodrigo Jiménez / EFE

El gran derbi vasco en la final de la Copa del Rey sigue en pausa y no parece que nada vaya a cambiar. El coronavirus se llevó por delante el histórico choque entre Athletic de Bilbao y Real Sociedad que debía haberse disputado el pasado 18 de abril en La Cartuja (Sevilla), y ahora mismo se mantiene la incertidumbre sobre cuándo podrá celebrarse. Eso sí, todas las partes han ratificado una línea roja inquebrantable: deberá contar con la presencia de aficionados en las gradas.

Ambos clubs acordaron a principios de mayo con la Federación española (RFEF) que la final se debe disputar con público en el estadio, si bien el tema ha quedado ahí. El presidente del Athletic, Aitor Elizegi, ha confiado esta ­semana en que el partido pueda celebrarse en el 2020, pero tanto los rojiblancos como los txuri-urdin están a expensas de lo que decida la RFEF, que se inclina por aplazar el tema hasta la próxima temporada. En el pacto del mes pasado, el máximo organismo del fútbol nacional sí marcó como límite temporal que se juegue antes de la final de Copa del curso 2020-21.

Sin porcentajes

La RFEF ha pactado con Athletic y Real Sociedad que se celebrará con la presencia de sus aficiones

En un principio, la Federación había ideado un plan para posponer el derbi hasta la primavera del 2021, reservando plaza europea para el representante de la competición, una idea que sin embargo la UEFA echó para atrás. Así, el posterior compromiso firme para que se dispute con público supone en la práctica que el puesto europeo que da el torneo corresponderá al séptimo clasificado en la Liga, en este momento el Valencia.

Sin la pandemia, y con la Real manteniendo su actual puesto de Champions League, el Athletic hubiese entrado directamente en la segunda competición continental, una participación importante a escala deportiva y, también, económica. Ahora, de no clasificarse por la vía de la Liga –está a cinco puntos–, el club bilbaíno dejará de ingresar en sus arcas al menos siete millones de euros. El dato estuvo en la balanza cuando se planteó la posibilidad de disputar el encuentro copero este verano sin público, pero ambos clubs zanjaron la cuestión. Una cita tan especial debe celebrarse al calor de sus aficiones. La historia les da la razón. La última final entre equipos vascos se remonta a 1927, cuando Real Unión de Irun y Arenas de Getxo se enfrentaron en Zaragoza.