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El Tengi Ragi Tau o cuando el tamaño no importa en el Himalaya

6.660 metros

Marc Toralles, Roger Cararach y Alberto Fernández firman en estilo alpino el pilar sur del pico nepalí de 6.660 metros

Entrevista con Marc Toralles

La ascensión al Tengi Ragi Tau se realiza lejos de las masificaciones de otras cumbres

ROGER CARARACH

La expedición integrada por los catalanes Marc Toralles y Roger Cararach y el vasco Alberto Fernández ha tenido que enfrentarse este mes de octubre a no pocos contratiempos para poder culminar un pico, el Tengi Ragi Tau, que no destaca por su altitud pero sí por su exigente escalada en un terreno mixto de roca y hielo, con un peligroso tramo final de nieve inconsistente a la que es prácticamente imposible aferrarse.

Tras permanecer atrapados cinco días en Katmandú a la espera de poder volar a Lukla, su punto de partida, una vez en la montaña se percataron de que al menos otras dos expediciones perseguían el mismo objetivo, ser los primeros en coronar el Tengi Ragi Tau, de 6.938 metros, por su vertiente oeste. Para evitar entrar en carreras tuvieron que improvisar y decidieron apostar por otra opción, el pilar sur de la punta Este, que se eleva hasta los 6.660 metros.

La tienda que los alpinistas utilizaron para las ascensión les causó algún dolor de cabeza

ROGER CARARACH

El robo de la tienda a 5.400 metros

Mientras aclimataban surgió otro escollo. “Nos robaron la tienda de campaña que habíamos depositado a 5.400 metros. Como antes sólo había pasado por allí un grupo que ya se había marchado, Roger bajó y se fue corriendo en su busca hasta Namche Bazar (capital de Solo Khumbu, la región del Everest)”, relata Toralles. “Fui a la policía y se rieron de mí, así que seguí hasta el siguiente pueblo, Monjo, donde pillé al ladrón, un porteador, con nuestra tienda dentro de su mochila. Con este incidente nos retrasamos dos días, si hubiéramos perdido uno más es probable que no hubiéramos podido seguir pues al final cambió el tiempo”, añade Cararach.

Una vez solucionado el episodio de la tienda se enfrascaron en la nueva ruta, que en principio pensaron que nadie había culminado pero posteriormente pudieron comprobar que un equipo francés la había abierto en el 2005. Sí ha sido el primer ascenso en estilo alpino.

Marc y Alberto, ascendiendo por la pared del Tengi Ragi Tau

El Tengi Ragi Tau se encuentra en la zona de Rolwaling, lejos de la masificación de los destinos más solicitados del Himalaya. El trío Cararach-Toralles-Fernández logró encararse en solitario a este vertiginoso pico siendo fieles a su estilo. El panorama del Tengi Ragi Tau, o de otras cimas que rondan los 7.000 metros, aptas solo para alpinistas comprometidos y que no dependen de banales ochomiles para alimentar su ego, están a años luz de, por ejemplo, el Manaslu. Esta montaña supera la mágica altura de 8.000, una poderosa razón para que este otoño la hayan pretendido centenares de personas.

Cambio de ruta para evitar la competición y estar solos

“Cuando llegamos a Thengpo, a 4.350 metros, que funcionó como nuestro campo base, nos dijeron que había al menos otras dos expediciones que intentarían la vertiente oeste, una de Estados Unidas y otra francesa. Nos sentimos muy incómodos, nosotros habíamos salido con la idea de estar solos en la pared y tampoco queríamos entrar en carreras. Además, en el caso de los americanos, Tino Villanueva y Alan Rousseau, este era su tercer intento. Por todo esto decidimos ir al pilar sur de la punta Este, que al final resultó ser una ruta más interesante, con más escalada”, apuntan los tres.

Cuando Cararach regresó exhausto al campamento base con la tienda dedicaron un día al descanso y el siguiente iniciaron el ascenso hasta el pie de la vía. “El primer tramo suponía andar por el glaciar y teníamos tantas ansias de escalar”, apunta Toralles mientras saborea en Katmandú un plato de ternera, después de semanas a base de una dieta aburrida, barritas energéticas, alimentos liofilizados y, de vez en cuando, dal bhat (arroz, lentejas y hortalizas), el plato nacional de Nepal.

Marc, en primer plano, asegurando a Alberto durante la ascensión

Imagen cedida por Roger Cararach

La fiesta empezó a partir de los 5.100 metros, el segundo día de ascensión, cuando se manifestó un terreno difícil. “Aunque no tenemos un patrón fijo y vamos cambiando, en esta ocasión Marc iba delante, con pies de gato, y nosotros detrás, con botas y crampones. Al llegar a 6.000 metros montamos la tienda en una repisita”, cuentan Cararach y Fernández”. En este tipo de aventuras, en que se lleva lo esencial, que tres personas sudorosas se apretujen dentro de una tienda de 1,30 por dos metros no es fácil. Así que Toralles optó algunas noches por pernoctar a la intemperie.

El itinerario iba deparando sorpresas bien recibidas por tres escaladores amantes de las rutas menos trilladas y que exigen una buena dosis de compromiso. Uno de los “regalos” fue “un largo de 40 metros con un desplomado final de diez y con roca muy mala”. De hecho, a Cararach le cayó una piedra y se le desprendió en sus manos un bloque de dimensiones nada despreciables, que consiguió esquivar gracias a los reflejos.

Los tres alpinistas, eufóricos tras hollar la cima

ROGER CARARACH

Los planes eran alcanzar la cima al tercer día de escalada, pero al llegar a la arista final toparon con nieve en muy malas condiciones, casi en polvo, y por tanto prácticamente imposible de asegurar en tramos tan verticales. Una lotería. Y si te toca el número perdedor puede pasar de todo. A 6.550 metros se hizo de noche y tuvieron que improvisar un bivac. “La mañana siguiente nos faltaban sólo 100 metros de desnivel pero precisamos dos horas y dos largos para pisar la cumbre. Luego bajamos directamente rapelando hasta el pie de la vía”. Un día antes, el16 de este mes, los americanos también habían coronado el Tengi Ragi Tau por la cara oeste.

Tobias Pantel, integrante del equipo del Himalayan Database, organización sin ánimo de lucro que documenta los ascensiones a las cimas nepalíes, considera que las escaladas de Rousseau y Villanueva y de Toralles, Cararach y Fernández al Tengi Tagi Tau, así como las cumbres vírgenes del Panpoche I (6.620metros) y Panpoche II (6.504 m.), holladas por la expedición georgiana integrada por Archil Badriashvili, Tepnadze Giorgi y Bakari Gelashvili son las actividades más relevantes que se han visto esta temporada, en el Himalaya de Nepal. Pantel también es del parecer que el tamaño muchas veces no es lo más importante, tal como se ha visto en estas montañas que no alcanzan los 7.000 metros. A pesar de la devoción popular por el Everest, numerosos picos anónimos ofrecen aventuras más excitantes, exigentes y serias teniendo en cuenta que el 99% de los aspirantes a conquistar el techo del mundo, de 8.848 metros, optan las rutas convencionales, con la ayuda de oxígeno artificial, con cuerdas fijas, con sherpas… Sólo una minoría tantea itinerarios diferentes como intentó Kilian Jornet este octubre.

Después del almuerzo, Alberto Fernández Roger Cararach y Marc Toralles visitaron una barbería del barrio de Thamel, en Katmandú

Rosa M. Bosch