La otra cara de Ricky

La otra cara de Ricky

Ricky Rubio cumplirá mañana uno de sus sueños. El jugador más valioso del Mundial de baloncesto inaugurará una sala multifuncional en el hospital Dexeus Quirón para los enfermos de cáncer de mama y pulmón que deban realizar quimioterapia. Ricky acompañó a su madre en Barcelona y EE.UU. a esas estancias duras, dolorosas, en las que sufrían los enfermos y los familiares. Hace tres años que su madre falleció, y Ricky se conjuró en habilitar una sala que fuera agradable, amable, distinta, adecuada para disminuir el impacto del dolor. A través de su Fundación ha impulsado ese proyecto en el que habrá una dedicatoria para el padre de Víctor Claver, compañero en la selección, que falleció recientemente víctima de un cáncer. “No vale con ser un crack sólo dentro de la pista. Hay que serlo también fuera”, dice siempre Ricky sobre el papel de los grandes deportistas más allá de las canchas y los estadios.

El extraordinario base de la selección aplica una filosofía de vida basada en el esfuerzo y el trabajo en su parcela profesional. Contrató hace dos años como coach a Raúl López, exjugador de la Penya y del Real Madrid, y mejoró su aspecto técnico y también ganó confianza. “Ahora hago lo que pienso”, manifestó. En la parcela personal es seguidor de Robin Sharma,
el gurú que escribió El monje que vendió su Ferrari, cuya frase más conocida es “Lidera sin título” y hace meditación al menos entre 10 y 15 minutos cada día. Eso le ha aportado tranquilidad y una visión amplia de la vida, no solamente sujeta al ejercicio de su
oficio de deportista de elite. Siempre ha admirado a la gente que es grande fuera de las pistas y ha buscado
trascender su vivencia como depor-
tista para devolver algo a la sociedad.

Hace un par de temporadas le llamó un exentrenador en su época de El Masnou y le pidió si podía ir a ver a Luca, un chaval de 11 años que jugaba a baloncesto en Mataró y padecía una agresiva enfermedad pulmonar. Lo fue a visitar. “Ponte bueno y te invito a un partido de la NBA”, le dijo. Luca mejoró y Ricky cumplió su promesa en un encuentro que jugó contra los Knicks en Nueva York.

El MVP del Mundial medita cada día 15 minutos y ha impulsado una sala diferente para las sesiones de quimio

“Quiero hacer esto con tres niños cada año y que Luca sea su mentor”, dijo a los miembros de su Fundación, que crearon el Proyecto Luca en el hospital Vall d’Hebron. El sábado pasado Luca fue a jugar a baloncesto con dos de los niños elegidos que irán a ver un partido de Ricky en EE.UU. El deporte es rico también en este tipo de historias, cuando hay gente como Ricky Rubio, un deportista de elite comprometido con la vida, capaz de devolver parte de lo que le ha dado el privilegio de su enorme talento. Eso es ser campeón del mundo, dentro y fuera de la pista.

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