En el país del ‘ovalado’ sol naciente
Mundial de Rugby
Hace años que Japón,que ocupa el décimo lugar del ranking mundial, tiene un excelente nivel
En su novela Invictus, inmortalizada en el cine por Clint Eastwood, John Carlin ya describió que el rugby es mucho más que un deporte. En aquel Mundial de Sudáfrica, el país entero se unió, por encima
de las diferencias de raza o de
renta, para superar de una vez por todas el infame apartheid. Sin
duda, Mandela y el rugby fueron artífices de un mejor entendimiento y de la reconciliación
racial en el país. Pero mientras duró, la transición fue dura. Recordemos que en la final contra los All Blacks que disputó Sudáfrica en aquel Mundial de 1995, sólo uno de los jugadores sudafricanos era de color (el recientemente fallecido Chester Williams). Hoy ya no existe una diferencia tan abismal, prueba de ello es el excelente capitán de los Springboks, Siya Kolisi.
El Mundial de este año se celebra en Japón. ¿Pero es que los japoneses juegan a rugby? Pues sí que juegan, ¡y de lo lindo! Son jugadores fuertes, disciplinados, rápidos. Si alguien entiende de liturgias, esos son los nipones. Y el rugby es un deporte de liturgia. También de honor, de amistad, de compañerismo, de rituales guerreros, de valores (esfuerzo, valor, constancia, fuerza interior). Pero sobre todo es un deporte de respeto, a los oponentes pero también a ti mismo.
Japón, que ocupa la 10.ª posición del ranking mundial, hace años que está en las competiciones internacionales con un excelente nivel. En su palmarés tiene victorias históricas ante Gales, Escocia y Argentina, y el partidazo donde ganó a Sudáfrica 34 a 32 en el último Mundial del 2015. Yo tuve el honor de jugar contra ellos en el World Sidney 7ns en el 87 ¡y aún me duelen los hombros de tanto placarles! Les ganamos por dos puntos, 18 a 16.
La liga nipona de rugby, la Top Ligue, es fantástica, con equipazos en manos de grandes compañías como los Wild Knights (propiedad de Panasonic) o los Brave Lupus (de Toshiba), y repleta de jugadores internacionales: neozelandeses, australianos, fidjianos. En Japón, las empresas se comprometen con el rugby porque ven en él un excelente modelo de formación en valores y de gran reputación.
La Copa Mundial del 2019 empezará con el partido del país anfitrión contra Rusia el 20 de septiembre, en el estadio Ajinomoto de Tokio. España podría haber estado en la inauguración de no haber sido por el desgraciado partido contra Bélgica que eliminó a Los Leones. España, superior en el ranking a equipos que participarán en este Mundial (como Rusia, Namibia, Canadá, Georgia o Uruguay), ha perdido una gran oportunidad, que no hace justicia al alto nivel que tiene, femenino, masculino y de rugby 7. Tenemos grandes equipos y escuelas, donde se enseñan los valores clave del fair play y el tercer tiempo, y desde aquí, animo a las empresas e instituciones a apoyarles. Este país necesita más rugby y todos los valores que este deporte conlleva; seguro que nos iría mejor en todo. Empezando por nuestros políticos, a quienes les iría bien hacer más melés (empujar juntos con fuerza) y más terceros tiempos (conversar, reír y tomarse unas Guinness con el contrario después del partido).
En un país como el nuestro, donde el fútbol es como el plato de sopa que hay para comer cada día, el tenis (gracias a la leyenda Nadal), el baloncesto y el deporte femenino nos dan un respiro. El rugby debería tener también más presencia en los medios. El campeonato mundial es un espectáculo planetario y muy rentable, que llena estadios, y con jugadores y aficiones que abanderan el fair play. ¡Disfrutad de este gran Mundial! ¡Disfrutad del rugby, de sus sensaciones y sus sabores!
Hace años que Japón,que ocupa el décimo lugar del ranking mundial, tiene un excelente nivel
Acabo con mi quiniela de posibles favoritos: Australia, los All Blacks, Inglaterra, Gales, mi querida Irlanda y, cómo no, Japón, el país de ovalado sol naciente.