El ‘Diablo’ se vuelve a escapar

Cuando tenía 9 años y competía en el campeonato Promovelocitat del RACC, a Fabio Quartararo, nieto de sicilianos emigrados a Niza, le empezaron a llamar el Diablo. “Tenía un casco de calle, normal, con un diablo pintado en la parte posterior. Mi mayor rival en aquella época en categorías pequeñas me llamó el Diablo. Había más de 50 rivales, todos me llamaban así, y hasta ahora”. Don Diablo a vuelto escaparse con ganas de liarla.

Ya lo hizo en Jerez, arrebatando a Marc Márquez el récord de pole más precoz, y ahora en Montmeló, con su segunda posición preferente del curso, amenaza al de Cervera con birlarle el récord de la victoria más joven, por 6 días, con 20 años y 57 días. Hoy, en el GP de Catalunya, Fabio tiene su última oportunidad de robarle historia al 93.

Aunque no le inquieta lo más mínimo. Lo comentaba en una entrevista a este diario. “Los récords no me interesan demasiado. Si lo logro, perfecto. Pero tengo que pensar en progresar: fui 7.º (en Austin), tengo que ser 6.º, luego 5.º, antes de pensar en la victoria”. Y lo ratificaba ayer, pese a verse desde la atalaya de la pole: “Mi objetivo no es el récord, sino aprender de todos los pilotos, ganar experiencia y sobre todo hacer una buena salida. Ahora mismo estoy más centrado en aprender que en los resultados. Debo aprender de Marc, que seguro que tiene un ritmo muy fuerte”.

Con modestia y humildad, Quartararo se borraba de los competidores que buscarán hoy la victoria en Montmeló. Se aparta –para quitarse presión– y deja paso a los grandes. “He visto a muchos pilotos con un ritmo similar, Rins va con un ritmo muy fuerte, Maverick, Marc, Rossi... Será una carrera muy divertida”, pronostica Fabio, que, si no hay sorpresa mayúscula, difícilmente estará en la pelea por falta de consistencia, a pesar de su magnífico fin de semana: segunda pole, primero en 2 de los 4 ensayos y segundo en los otros dos... Pese a su primera caída del curso, inofensiva.

La batalla por la victoria parece reservada a Márquez, Rins y quizás las Yamaha oficiales –Viñales y Rossi han vuelto arriba tras “dar un paso adelante”, admitía el de Roses–, mientras que la incógnita es Dovizioso, agazapado en un segundo plano.

“Todo el mundo esperaba un duelo Honda-Ducati, pero las Yamaha están delante”, recordaba Márquez. No le falta razón: sin hacer ruido, hay cuatro motos de los diapasones en los cinco primeros puestos. “Nunca he visto tan mal a las Yamaha, han demostrado con poles y en carrera que son competitivas; lo que ocurre es que cuando un piloto como Quartararo es competitivo pone las pilas a los otros”, razona Marc, que se marca el objetivo de “terminar delante de los rivales por el título, Rins y las Ducati, y si algún piloto Yamaha es más rápido intentaremos sobrevivir”.

En Yamaha no dan pistas, pero a nadie se le escapa que Montmeló les sonríe. La ausencia de larguísimas rectas y la necesidad de una buena tracción se alían con las máquinas azules. “Esta mañana dimos un pequeño paso adelante; estamos en el buen camino”, decía Viñales con cara de tahúr. Su tercer puesto en la clasificación se fue al traste por una penalización –que llegó tres horas después de la sesión– por obstaculizar a Quartararo. Mack pierde tres plazas en la parrilla y saldrá 6.º.

Eso no debería excluirle de los candidatos a la victoria. Entre ellos, aunque no haya brillado en los primeros puestos, todos dan por hecho que estará Álex Rins, 8.º de salida. “Es el domingo que llego mejor preparado, tengo un buen ritmo”, avisaba el de Nou Barris, con ganas de ser profeta en su tierra –nunca ha ganado en Barcelona–.

¿Y Jorge Lorenzo? Décimo, y gracias. “Mi objetivo realista es el top 10 por primera vez este año, y si todo va bien, el top 5. Es mi fin de semana más consistente”, se anima.