La barcelonesa Sílvia Bellot, chica para todo, y más

500 Millas de Indianápolis

Además de comisaria de la F-1, codirige uno de los equipos de la Indy500

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Sílvia Bellot, con su equipo, Carlin-Chevrolet, en las 500 Millas de Indianápolis

Andy Clary / ANDY CLARY / SPACESUIT MEDIA

No estará Fernando Alonso el domingo en la parrilla del impresionante IMS, el Indianapolis Motor Speedway, el templo deportivo con más capacidad del mundo. Pero las míticas 500 Millas siguen adelante con su 103.ª edición, en la que participarán activamente dos catalanes: dentro del coche 77, el ampurdanés Oriol Servià, en su undécima participación; y en el muro, dirigiendo el coche 23 de Charlie Kimball, la barcelonesa Sílvia Bellot, en su segunda Indy500, “el espectáculo deportivo más grande que he vivido; nunca había visto tanta gente junta, tan apasionada”, cuenta ilusionada a La Vanguardia la comisaria de la FIA.

Polivalencia

Como adjunta del jefe, gestiona la administración, la logística o los viajes, pero también hace ‘pit-stops’

A la carrera, ametrallando las frases en tiempo de pole, Bellot (Barcelona, 1985) atiende a este diario telefónicamente en medio de unos entrenamientos de las 500 Millas de su equipo, el británico Carlin, un histórico del motorsport, que se estrenó el año pasado en las series Indycar. Necesitaban un responsable y para Florida que se fue, en febrero del 2018, para ocupar el cargo de adjunta del jefe de equipo, Colin Hale: una mujer, joven (33), licenciada en Biología, que estudió Diseño de Modas, que es la única mujer comisaria deportiva de la F-1, ahora codirigiendo un equipo profesional. De hecho, haciendo de todo.

Sus funciones son numerosas, variadísimas. Se llama racionalización del trabajo y polivalencia, fruto de la filosofía económica yankee.

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Sílvia Bellot

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–Aquí, los equipos de la Indycar tienen estructuras bastante más pequeñas que las de la F-1: Mercedes, por ejemplo, emplea a 1.100 personas; nosotros, en las 500 Millas, con tres coches, tenemos 65 trabajadores. Así que me toca hacer de todo...

De todo es casi todo.

–Por mis conocimientos sobre reglamentación deportiva me encargo de la relación entre el equipo y los comisarios de la Indycar; hago tareas administrativas, la contabilidad, contratar los seguros, hacer las acreditaciones, la documentación, la logística, hacer reservas…

Pero no sólo tareas de producción. A Sílvia también le toca ponerse el mono y pisar el asfalto.

–Ayudo en los pit-stops haciendo de stop-board o piruleta (la señal para advertir al piloto en las paradas que puede arrancar) y de extintor…

–¿Cómo? ¿Apagando fuegos?

–Se trata de accionar el extintor en la boca del depósito de combustible para evitar que se produzcan fuegos durante los repostajes. No corro peligro, porque tanto el lollypop como el extintor se accionan desde detrás de la barrera, a unos dos metros del coche –tranquiliza.

Mujer en un sector masculino

“He tenido la suerte de trabajar en la F-1, la F-2, la F-3 y la Indycar; poca gente lo puede decir”

Y para completar su amplio abanico de funciones, a Bellot también le toca hacer de enfermera de su piloto, Charlie Kimball (34), que es diabético de tipo 1 y debe inyectarse insulina antes de la carrera. “Charlie corre monitorizado. Él puede ver sus datos biométricos en el volante y nosotros, desde el garaje. Si nos damos cuenta de que le baja el nivel de azúcar lo hacemos entrar. Hemos entrenado a un mecánico para que si es necesario le inyecte insulina cuando pare a cambiar neumáticos”, explica Bellot.

Para afrontar todas estas responsabilidades la barcelonesa cuenta con sus amplísimos conocimientos sobre reglamentación deportiva y la competición. Lo único que le pilla a contrapié es la parte técnica. “Pero para eso ya están los ingenieros, aunque estoy aprendiendo mucho de aspectos técnicos y de estrategia, que en EE.UU. es muy importante”.

De su vida americana está entusiasmada. Aunque le fastidian las distancias enormes para ir a cada carrera. “Para mover los camiones del equipo de Florida a California se están 3 días...”, ilustra Sílvia, que no se plantea dejar su cargo en la FIA como comisaria deportiva –que ocupa desde el 2011–. Este año formará parte del triunvirato de jueces en los GP de Austria, Italia y México. “Pero por el trabajo en Carlin he dejado de hacer de directora de carrera de la F-2 y la F-3”.

Entonces surge la duda: ¿en qué lado de la trinchera se queda?

–En el equipo hago de todo, son muchas horas. Cuando hago de comisaria en la F-1, el trabajo es más concentrado y con mucha presión: millones de personas están pendientes de una decisión tuya. Me gusta hacer de comisaria, pero no está remunerado, mientras que lo de Carlin es un trabajo importante. He tenido la suerte de trabajar en la F-1, la F-2, la F-3 y la Indycar; poca gente lo puede decir.

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