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Schumacher, cinco años de silencio

Aniversario del dramático accidente

El Káiser prosigue su lucha en el mutismo absoluto sobre su estado de salud

Schumacher, el día de su adiós a la F-1, con Mercedes, en el 2012

Yasuyoshi Chiba / AFP

La tarde de hoy hace cinco años, aquel 29 de diciembre del 2013, el tiempo se detuvo. Las redacciones, casi por inercia, abrían los pocos teletipos que genera el letargo navideño de la actividad deportiva... hasta que la noticia estalló: medios franceses informaban de que Michael Schumacher, leyenda de la F-1, retirado hacía apenas un año (su último GP fue en Brasil, en noviembre del 2012), se debatía entre la vida y la muerte por las heridas sufridas en la cabeza por una caída esquiando en Méribel, en los Alpes. Han pasado ya cinco años. Cinco años de silencio hermético sobre el estado de salud del Káiser.

En todo este tiempo, pocos, casi ninguno, son los detalles que han trascendido sobre el proceso de recuperación del siete veces campeón del mundo de F-1, protegido por un mutismo concienzudamente controlado por la familia y su servicio de prensa con el fin de blindar la intimidad del expiloto. Ni una imagen, ni una filtración, ni un parte médico del estado de salud se han hecho públicos en cinco años. Una efeméride que la familia esquiva. “La familia desea comunicar sobre la imagen fuerte de Michael y su 50.º aniversario, más que sobre la fecha del 29 de diciembre”, rehusaba Sabine Kehm, portavoz oficial y antigua agente de prensa del piloto.

Sólo en el 2016, en un juicio, el abogado de la familia reconoció que Schumacher “no puede caminar”

¿Qué se ha sabido de Schumacher? La prensa germana, bajo amenaza permanente de querella, informaba de que Michael recibe cuidados diarios de un equipo profesional de médicos y terapeutas en su mansión familiar de Gland (Suiza), cerca de Ginebra, adonde fue trasladado desde que salió del hospital de Grenoble, en junio del 2014, tras medio año ingresado. Sin embargo, en verano, los medios publicaron que Corinna, la mujer de Michael, había comprado por 30 millones de euros la mansión Villa Yasmin, en Andratx (Mallorca) –de 15.000 m2y helipuerto incluido–, que había pertenecido a Florentino Pérez, con la intención de trasladar a la familia al completo. Aunque a los pocos días, Kehm desmentía que los Schumacher tuviesen previsto mudarse a Mallorca.

Aniversario del accidente del alemán

Clara Penín

Así ha sido durante estos cinco años: a cada publicación, un desmentido. El más sonado, en el 2016, provocó, indirectamente, romper el bloqueo informativo, aunque fuese por imperativo legal: el abogado de los Schumacher, Felix Damm, en su declaración en un juicio contra la revista Bunte por difamación (había publicado en diciembre del 2015 que Michael “podía caminar un poco con la ayuda de sus terapeutas”) arrojó algo de luz al desmentir rotundamente la información. “Michael no puede caminar”, aseguró, corroborando lo que se intuía y algunos habían deslizado: que el expiloto permanecía inmóvil, en un estado vegetativo. “La especulación de que podía caminar es irresponsable, porque dada la seriedad de las lesiones su privacidad es muy importante. Por desgracia, también les dieron falsas esperanzas a muchas personas involucradas”, añadió Kehm. La revista fue condenada a pagar a los Schumacher 50.000 euros por daños y perjuicios.

La familia sigue esperando un milagro. Porque aquel terrorífico parte médico de “traumatismo craneoencefálico, hematomas intracraneales y edema cerebral difuso” dejó a Schumacher secuelas de difícil curación. Un estado delicado que ya habían dejado entrever algunas de las pocas visitas que se atrevían a abrir la boca. “Verlo en esta situación es terrible”, dijo el expresidente de Ferrari Luca di Montezemolo. O Jean Todt, presidente de la FIA y antiguo jefe de Schumi en Ferrari, que lo visitó en noviembre. “Siempre soy cauto cuando digo algo, pero es cierto: he visto el GP de Brasil en Suiza con Michael”, confirmó el francés. Testigos que rescatan del olvido la carrera sorda de Schumacher para recuperarse.

El recuerdo de Michael revive cuando aparece en escena Mick, cada vez con más fuerza: ya está en la F-2

Quienes más han recuperado en público el nombre de Schumi en estos cinco años han sido sus antiguos rivales y compañeros de la F-1. No sólo luciendo el hashtag #keepfighting en sus bólidos, sino engrandeciendo la gesta del Káiser cada vez que igualan o superan alguno de sus récords históricos. Como Lewis Hamilton, que ya dejó atrás el de 68 poles, y se acerca al de títulos (7 a 5), el de victorias (91 a 73) y el de podios (155 a 134). O Fernando Alonso, que citó a Schumacher como “el mejor rival” contra el que se había enfrentado en sus 17 temporadas en la F-1.

Aunque el recuerdo de Schumi revive cada vez que aparece en escena, cada vez con más fuerza, Mick Schumacher, su hijo, su viva imagen de joven. Con 19 años, Mick esta temporada se ha proclamado campeón de la F-3 Europea y el curso próximo competirá en la F-2, la
antesala de la F-1, con el equipo italiano Prema. Lo que sitúa su eventual desembarco en la F-1 en el 2020 o el 2021.